Capítulo 27 :   Intentos de recuperación legitimista

1. intentos armados y la incorporación del Reyno de Navarra a la Corona de Castilla, León y Granada
2. Carlos V castiga y abandona la Baja Navarra
3. las alianzas matrimoniales
4. las vías diplomáticas de Antoine de Bourbon

1 intentos armados y la incorporación del Reyno de Navarra a la Corona de Castilla, León y Granada

1.1 primer intento de octubre 1512
1.2 incorporación del Reyno de Navarra a la Corona de Castilla, León y Granada, junio 1515
1.3 segundo intento de marzo 1516
1.4 tercer intento de mayo 1521
1.5 la incursión de Bonnivet
12

 1.1 primer intento de octubre 1512

Tras los acontecimientos del mes de julio de 1512 en Pamplona, los ingleses del marqués de Dorset continúan estacionados en Irún y Rentería, con dificultades para mantener el orden y la avitualla. El Rey Católico, ante su éxito en la campaña de Navarra, piensa como buen estratega en consolidar su ganancia y no ve prudente atacar al rey Louis XII en Aquitania como lo tenía acordado con el Papa y su yerno Enrique VIII de Inglaterra. Muy al contrario, envía una embajada a la corte de Blois para ofrecer al rey francés una alianza que no excluiría su apoyo para recuperar el Milanesado. Fernando el Católico temía que Julio II hiciera ahora alianza con Louis XII para expulsarle de Nápoles, lo que hubiera dado una excusa al rey de Francia para atacar a Castilla por Navarra.

Louis XII no quiso recibir a los embajadores del Católico, pero les hizo saber que seguía estando por los reyes legítimos de Navarra, sus vasallos Juan y Catalina.

El Católico informa a Dorset

“que ya no había que hacer nada en Guyena por la campaña de 1512”

Ante las noticias de que se está formando un fuerte ejército en Francia, Dorset que estaba desprovisto de armamento apropiado pues debía haberlo recibido del duque de Alba, prepara las naos y sin consultar con Henri VIII se hace de inmediato a la mar en el mes de octubre de 1512.

Era la señal que estaban esperando los reyes navarros para iniciar un intento de recuperación de su trono por las armas.

A pesar de que el duque de Alba sigue fortificado en San Juan de Pie de Puerto, tres cuerpos del ejército francés con fuertes contingentes de mercenarios suizos y lansquenetes alemanes penetran el 15 de octubre en Navarra. El primer cuerpo lo manda François de Valois, el futuro rey François I; el segundo cuerpo lo manda Charles de Bourbon, duque de Montpensier; y el tercero que constituye el grueso del ejército, el Gran Maestre Jacques de Chabannes, señor de la Palice, general La Palice - a quien acompaña el rey Juan de Albret - que poco antes había estado al mando de las tropas francesas en Italia de donde había evacuado el 28 de junio. Ninguno de los comandantes tiene prestigio militar. A pesar de su bravura legendaria, La Palice tiene su fama arruinada en Italia y los demás no tienen ninguna experiencia militar.

Los dos primeros cuerpos penetran por Guipúzcoa destruyendo Irún, Oyarzun, Rentería y Hernani, llegando a sitiar San Sebastián que pudo rechazar a los atacantes. El general La Palice penetra por pasos poco frecuentados del Pirineo, dando un rodeo por los valles de Aézcoa y Roncal, para venir luego sobre Burguete que toman y pasan a cuchillo a toda la guarnición del capitán Valdés que consigue huir. Pero no cierran el tránsito de Roncesvalles que hubiera impedido el paso al ejército castellano. El duque de Alba teme ser rodeado en San Juan de Pié de Puerto y abandonando allí su artillería e intendencias consigue con dificultad volver sobre Pamplona, entrando en la ciudad el 26 de octubre. Este imposible y meritorio logro del duque de Alba fue la clave que acabaría abortando la invasión francesa, pues evitó a tiempo el levantamiento de Pamplona en favor de sus Príncipes (1).

Los cuerpos del ejército atacante fueron abriéndose al mando de sus oficiales para tomar numerosas villas de Navarra. Estella es tomada por Juan Ramírez de Baquedano; Tafalla por Martín Goñi; Murillo por Pedro de Rada, Santacara por Vélez de Medrano y Miranda de Arga por Ladrón de Mauleón, entre otras. Francés de Beaumont, primo del tercer conde de Lerín, hace salir de Estella a Ramírez de Baquedano que vuelve al sitio de Pamplona a donde ya han llegado el general La Palice y el rey Juan de Albret.

Pamplona está defendida por 4.000 hombres del duque de Alba. El primer asalto a la ciudad ocurre el 7 de noviembre pero es rechazado sin que puedan sublevarse los de Pamplona en favor de su Rey por la fijación en que los tenía el Duque y porque había muchos partidarios del conde de Lerín que no querían a los Foix. En el tercer ataque, el 27 de noviembre, la artillería de La Palice consigue abrir una brecha cerca de la puerta de San Nicolás y según Campión,

“los gascones y alemanes del ejército sitiador
se portaron al igual de chusma vilísima,
cometiendo robos, muertes, incendios, sacrilegios y violaciones,
cuya odiosidad recayó sobre la causa del buen rey don Juan,
que reprochaba estos actos atroces”

El arzobispo de Zaragoza había salido de Tudela y se instala en Olite desde donde envía hacia Pamplona 600 aragoneses, quienes serían despojados de sus armas por un bando de roncaleses fieles al rey don Juan. El duque Pedro Manrique de Nájera viene a socorrer al duque de Alba y llega el 1 de diciembre a lo alto del monte del Perdón desde donde se divisa Pamplona.

El general La Palice ha sido informado la víspera de la salida de este duque de Puente la Reina y decide de inmediato levantar el cerco de Pamplona sin esperar los refuerzos que le vienen desde Guipúzcoa enviados por el Delfín de Francia. Viendo la expedición así perdida, don Juan vuelve a Francia el 4 de diciembre por el camino de Baztán pero al pasar por el puerto de Velate donde había mucha nieve, su retaguardia de mercenarios alemanes que llevaban la artillería fue atacada por unos 300 guipuzcoanos de Joan Pérez de Leyçaur ayudado por algunos vizcaínos, tomando éstos doce cañones que llevan a fundir a la ferrería de Andoain (2). También indican las crónicas que los cañones fueron llevados el 13 de diciembre a Pamplona y entregados allí al duque de Alba.

 

1.2 incorporación de Navarra a la Corona de Castilla, León y Granada

Tras el fracaso de este primer intento armado de recuperación del trono, los beamonteses mostraban decepción por el poco caso que les hacían los castellanos en el gobierno. Muchos agramonteses estaban en esta época en silencio o en el exilio por haber ayudado a su rey Juan de Albret en el intento armado de recuperación legitimista del trono. No pocos deciden venir a la obediencia del rey Católico. Se ven compelidos a jurar fidelidad a don Fernando para obtener su perdón y recuperar sus bienes y hacienda (3). El 18 de enero de 1513 se presentan ante Fernando el Católico en Medina del Campo a prestarle fidelidad el agramontés Juan de Jaso - padre del santo de Javier - Miguel de Espinal y Alonso Carrillo de Peralta, nieto de Mosén Pierres “el Joven” de Peralta. Representaban a un sector agramontés. El jefe de la facción agramontesa, el mariscal Pedro II de Navarra no lo haría sin embargo. Don Fernando concede el 24 de abril a Alonso Carrillo el título de marqués de Falces. Espinal había sido hombre de confianza de Juan y Catalina pero era pública su proclividad hacia el rey Católico.

Las Cortes de Pamplona - cuya representatividad es más bien solamente beamontesas (4) - reunidas el 23 de marzo de 1513 con las representaciones de los Prelados y clerecía, de Nobles y Ricoshombres y Barones, de procuradores del Pueblo y Universidad, refrendan la conquista jurando al “muy alto y poderoso rey Católico”, recibiéndolo y tomándolo por Rey y Señor natural de todo el Reino de Navarra. Ante estas Cortes el Virrey Diego Fernández de Córdova, marqués de los Comares, juraba los fueros en nombre del rey Católico, quien lo ratificó en Valladolid el 12 de junio.

Los embajadores del Católico firman treguas el 1º de abril de 1513 con Louis XII en el castillo de Urtubie (Labourd) cercano a Saint-Jean-de-Luz, cuya negociación se había mantenido secreta al papa Julio II (5). Don Fernando, en alianza con el emperador Maximiliano Henri VIII de Inglaterra, había atacado a Francia con éxito en el condado de Flandes, lo que hizo el aragonés fundamentalmente para forzar al francés a negociar en Bayona la dicha tregua. El Católico buscaba un compromiso de no intervención de Louis XII en Navarra. Para ello ofrece al francés su ayuda para recuperar el Milanesado y - resignado a no tener descendencia en su segundo matrimonio (6) - la renuncia de su esposa Germaine de Foix a sus derechos sobre Bearn, Foix y otros señoríos. El rey Louis XII se comprometía en contrapartida a no volver a ayudar a los reyes Juan de Albret y Catalina de Foix en sus intentos de recuperar el trono navarro. En Urtubie se acordó que Castilla conservara Navarra y Francia tendría el Milanesado.

“Venía muy a cuento a estos dos reyes este concierto;
al Católico para asegurarse en las posesiones de Navarra;
al francés para recobrar lo de Milán


opina el Padre Mariana

Fue en ese año de 1513 cuando Maquiavelo escribió “El Príncipe” en el que Navarra es el laboratorio o terreno de observación y aplicación del maquiavelismo en la dominación de los pueblos sin preocupación por la moral.

Las secuelas del Conciliábulo de Pisa están siendo borradas por el nuevo papa Medici León X. El 11 de diciembre de 1514 se entrevistan León X y François de Valois que pronto va acceder al trono de Francia y puede decirse que se acaba de liquidar el Cisma de la Iglesia.

Sin embargo será unos meses después cuando Fernando ratifique en Burgos la incorporación de Navarra a Castilla usando todavía como pretexto este Cisma que ya estaba completamente superado. El 19 de diciembre se reintegra Francia en el concilio de Letrán y poco después el 1 de enero de 1515 muere el rey de Francia Louis XII.

Las alianzas deben ahora revisarse con un nuevo papa en la Santa Sede y un nuevo monarca en Francia. El 31 de marzo de 1515 se reúnen en París los embajadores del nuevo rey de Francia François I y del Príncipe Carlos de Gante y deciden en virtud del acuerdo de amistad que les une llevar a cabo un arbitraje en el asunto de Navarra para,

“ayudar al Rey de navarra a la luición o recobramiento
de la dicha navarra ocupada por el Rey de Aragon,
gran padre del dicho señor príncipe”

y piden a Fernando y a los reyes de Navarra que acepten este arbitraje y el que incumpliera el laudo quedaría fuera de este tratado de amistad. El rey Católico no quiso entrar en esto y no se llevó a cabo el arbitraje.

Fernando el Católico

Tres meses después el rey Católico - administrador y gobernador de los reynos de Castilla, León y Granada - sin esperanza ya de tener descendiente con Germana de Foix a quien entregar el reino de Aragón y el de Navarra, todavía oficialmente depositario” del Reyno de Navarra y ante las quejas de los castellanos porque Navarra hacía cuerpo con los Estados de Aragón cuando era así que los gastos de la conquista habían sido pagados por Castilla, acude a Burgos.

Juana I de Castilla
"la loca"
y su hijo Carlos

Y viendo que su nieto Carlos quiere entrar en este asunto de Navarra, en esa ciudad, el 11 de junio de 1515 en una reunión con la “muy poderosa princesa la reina doña Juana nuestra soberana”,- su hija Juana - en “una sala baxa de las casas del condestable de Castilla en Burgos”, en la que también estaban una serie de señores y notables del reino, el II Duque de Alba,

“asentado en medio de los dichos presidentes dixo a todos los susodichos, alta e ynteligible voz,
que el dicho rey don Fernando nuestro Señor, les enviaba a decir que ya sabían como el papa
Jullio, de buena memoria, le proveyó del Reyno de Navarra por privación que del dicho Reyno
su Santidad hizo a los reyes don Juan de Labrit y doña Catalina su mujer (...)”

 y continuó diciéndoles que:

porque “perseguía la yglesia con armas y con clamor”

El rey don Fernando ya no quería tener más responsabilidades en este asunto y lo despachó sin formalidad entregando la conquista del Reyno de Navarra a su hija Juana I de Castilla,

“ e el dicho Rey don Fernando nuestro señor,
sea despues de su vida,
daba el dicho Reyno de Navarra a la dicha Reyna doña Juana
nuestra señora su hija
e desde agora lo yncorporaba e yncorporó a la corona real
destos reynos de Castilla, de Leon, de Granada”.


el príncipe Carlos de Gante

Este es el acto - a todas luces poco solemne para lo trascendental de lo tratado - que, llevado por el duque de Alba, se llamó de “anexión de Navarra en las Cortes de Castilla” y es normalmente conocido con la incorrecta mención de "anexión a Castilla".

Elipse: Navarra mon amour  teatro

 
1.3 segundo intento de marzo 1516

Un ejército castellano, bajo el mando del marqués de Comares - el nuevo virrey de Navarra - había penetrado en la primavera de 1513 en la Baja Navarra, asegurando su sumisión con la ayuda de su aliado el señor de Luxa.

castillo de Laxague
Ostabat
Baja Navarra

 

territorios de Baja Navarra

Los Estados de Navarra rindieron vasallaje a Fernando el Católico en Ostabat en su reunión del 5 de junio de 1514. El último martes del mes de octubre de 1515 se reúnen de nuevo los Estados en la iglesia parroquial de Uhart, cerca de San Juan de Pie de Puerto. En esta reunión participan numerosos “barones, vizcondes, bailes, gentilshommes, consejos y universidades” y prestan juramento:

  • de estar unidos al servicio del rey don Fernando nuestro Señor, debiéndole obediencia y fidelidad.

  • de estar unidos para conservar el territorio (Baja Navarra) sin que nadie de Francia, ni de Bearn ni de cualquier otro lugar, le causen daño

  • de estar unidos para rechazar a cualquier persona de este mismo territorio que pudiera actuar en rebelión contra el Rey nuestro Señor.

  • de estar unidos para conservar y guardar sus privilegios, bienes, usos y costumbres y que el Virrey, en nombre de su Alteza, jure guardarlos y hacerlos guardar.

  • y que si alguno o algunos de estos territorios se encontraran en desobediencia del Rey nuestro Señor o de su justicia, todos permanecerán unidos y se concertarán con el Virrey para que se aplique el castigo de la justicia.

Juan de Albret se dirige a París tan pronto como François I toma la corona el 1 de enero de 1515, a la muerte de su tío y suegro Louis XII. El rey francés se compromete a abogar ante el joven príncipe Carlos de Gante la causa de la restitución del Reyno de Navarra. Un acuerdo fue firmado a tal efecto el 24 de marzo de 1515 y una semana después se reunían los embajadores de Carlos y de François sugiriendo el arbitraje mencionado anteriormente. El Católico había entregado sin embargo Navarra a la corona de Castilla el 11 de junio y François I no había elevado ninguna protesta por ello. La desilusión del rey Juan de Albret fue grande y concibió planes para actuar por la fuerza por su cuenta.

Dos acontecimientos vendrán a determinar la fecha de su segundo intento de recuperación del trono navarro:

  • el 14 septiembre de 1515 François I gana la batalla de Marignano en Italia derrotando un importante ejército de mercenarios suizos aliados del duque de Milán y retoma el Milanesado. Su prestigio, estima y fuerza en Europa fueron instantáneos. Aseguró su nueva presa con un concordato con el florentino Medici Leon X y tomó ventajas con los suizos, Carlos V y con Maximiliano en varios tratados.
  • Fernando el Católico muere el 23 de enero de 1516 en la posada de Madrigalejo con lo que muchos navarros beamonteses desafectos con la forma en que les habían tratado los castellanos, consideran que ya ha perecido el juramento de lealtad que le habían hecho a Fernando el Católico, quedando ahora libres para renovar su lealtad a los reyes Juan y Catalina.

Amigo del rey de Francia y con la autorización de los Estados de Bearn para levantar un ejército de 3.000 hombres, Juan de Albret decide aprovechar lo antes posible el vacío de poder en Castilla para entrar en Navarra. Lo hace en el mes de marzo de 1516. La preparación de la invasión ha sido muy rápida, quizá incluso improvisada. El rey francés no contribuyó con efectivos de guerra.

Las tropas bearnesas ocupan con rapidez San Juan de Pie de Puerto, pero fracasan en tomar su ciudadela por falta de artillería y se repliegan. Poco después, el 7º mariscal Pedro de Navarra sale de Sauveterre de Béarn y asedia la ciudadela defendida por Antonio de Ávila mientras que el cuerpo principal de esta tropa cruza los Pirineos hacia Isaba en el valle del Roncal. El cardenal Cisneros ha asumido la regencia en Castilla y envía de inmediato al coronel Hernando de Villalba que tiende una emboscada al Mariscal el día de Pascua, haciéndole prisionero (7).

Ante este rápido desenlace, Juan de Albret levanta el sitio de San Juan de Pié de Puerto y vuelve a Béarn siguiéndole las tropas castellanas hasta la frontera. El segundo intento armado de recuperación del trono navarro había fracasado al primer contratiempo y el valeroso Mariscal quedaba en prisión. Poco después el cardenal Cisneros encargará la demolición de los castillos y fortalezas de Navarra para impedir focos de resistencia y desalentar la preparación de nuevas incursiones desde Francia (8).

Habrá un tercero y último intento de recuperación del trono en el año 1521 pero será el Príncipe de Viana, Enrique de Albret - el futuro Enrique II de Navarra -, quien lo organizará. Su padre el rey Juan de Albret muere el 9 de junio de 1516 poco después de su expedición malograda y sería todavía testigo del comienzo de una vía diplomática para seguir luchando por recuperar el trono, ya que poco antes de su muerte sometió ante la Sante Sede una petición de anulación de las bulas de excomunión.

Entre mayo y agosto de 1516 se habían celebrado las conferencias de Noyon en Picardía para solventar las diferencias entre las casas de Francia y de Austria. La reina Catalina consideró oportuno enviar a Noyon algunos miembros de su consejo privado, el señor de Montfaucon y el jurista Pierre de Biaix, quienes no consiguieron otra cosa que un artículo en el tratado con vagas promesas de que en su día y a la vista y exámen de títulos y derechos, se daría estado a la cuestión. Tampoco obtuvieron mucho más estos representantes pocos días después en Bruselas, ante el mismo Carlos de Habsburgo, declarada ya su mayoría de edad el 5 de enero de 1515 en el palacio ducal de Bruselas. El cardenal Cisneros le había escrito en esa ocasión influyendo para que no cediera en el asunto de Navarra (9).

Ni tampoco lo conseguirían seis meses después en Arras en donde se encontraba Carlos de Gante. Adujo entonces que nada haría sin deliberación de su Real Consejo de España. A mediados de marzo de 1517 se reúnen en Cambrai Maximiliano de Austria, su nieto Carlos de España François I de Francia para dirimir sus diferencias ante el Consejo de los Flamencos. Alain de Albret envió allí una embajada compuesta por Bernard de Monfaucon, Pierre de Biaix y de Andoins. Pero no fueron recibidos por don Carlos. Se vieron obligados a seguirle en sus viajes con la esperanza de ser recibidos por don Carlos. Fueron así tras él a Valladolid, Aranda de Duero y Zaragoza. Los juristas españoles no les dejaban acercarse al Rey con idea de retrasar la solución al problema, según se había prometido en el tratado de Noyon. Por fín en la conferencia celebrada del 3 al 10 de mayo de 1519 en Montpellier, los embajadores españoles ofrecen a los Albret una indemnización pecuniaria y el matrimonio del rey Enrique II de Navarra con la archiduquesa Catalina, hermana del monarca español. El bearnés Pierre de Biaix rechazó en nombre de Enrique II de Navarra y Albret tales proposiciones.

Tras la llegada de Carlos de España en septiembre de 1517 al puerto de Villaviciosa en Asturias, las cortes de Valladolid, que conocen el tratado de Noyon, habían obligado al Rey a declarar que nunca rompería la unión de Navarra ni restituiría jamás el reino conquistado por Fernando el Católico. La reina Catalina habría quedado apesadumbrada por esta respuesta. Murió poco después, el 12 de febrero de 1518. El cardenal Cisneros le seguía a la tumba el 8 de noviembre del mismo año. Se reúnen entonces las Cortes en Valladolid siendo jurado Carlos como rey de Castilla y León. Muy pronto, el 19 de enero de 1519, fallece su abuelo el emperador Maximiliano quedando vacante el trono imperial.

Todos los protagonistas del asunto de Navarra han desaparecido.

Se presenta a la elección imperial Henri VIII de Inglaterra, pero hay dos contendientes de mayor peso para los electores de la Dieta de Francfort. Son los que van a tener una gran rivalidad durante casi 30 años: Carlos V François I.

« Regardons-nous comme deux amis
qui poursuivent les faveurs d’une même maîtresse,
et que chacun de nous promette de respecter les droits du plus hereux » 

(trad) "Aceptemos vernos como dos amigos
que compiten por una misma amante
y los dos prometen respetar la primacía del que,
entre los dos, será el elegido"

escribe François I a Carlos. Los electores entregan la corona al Elector Fredrick de Sajonia, pero éste la rehúsa y el 28 de junio de 1519 decide los sufragios en favor del joven Carlos. La guerra entre ellos comenzaría en 1521 y el primer escenario de batalla será Navarra.


1.4 tercer intento de mayo 1521

A la muerte de los reyes de Navarra, Juan de Albret (1516) y Catalina de Foix (1518), el Príncipe de Viana Enrique tiene solamente 13-15 años. Aunque la tutela la tuvo su abuelo Alain de Albret, Enrique II de Navarra Albret vivió en la corte de Blois con los reyes de Francia. Y fue probablemente por esta circunstancia que casó con Marguerite de Angulema, hermana del rey François I.

En 1520 François I consiente que el joven Enrique II, vuelva a su territorio de Béarn donde es calurosamente recibido. Estudia allí las posibilidades que se le ofrecen para reconquistar el trono de Navarra que había sido usurpado a sus padres. Sus súbditos bearneses no parecen estar muy motivados en ello aunque le prometen seguirle, pues Bearn está sufriendo por la guerra de aduanas que les han impuesto los castellanos y que les causaba perjuicio en el comercio de los productos que atravesaban Somport. Consiguió así promesas de buenos subsidios (5.000 escudos).

Volvió entonces a la corte de Blois, permitiéndole el rey François I asistir a las conversaciones que tuvo del 7 al 24 de junio de 1520 con Henri VIII de Inglaterra en “Camp du Drap d’Or”, entre Andres (villa francesa) y Guînes (villa inglesa) cerca de Calais (10). Enrique II de Navarra no pudo entonces obtener apoyos para recuperar el trono de Navarra pero al estar en el centro de la política europea sintió la rivalidad entre las casas de Francia y de Habsburgo, confirmándose en el objetivo de aprovechar esta rivalidad franco-española para llevarla al campo de batalla en Navarra.

El año1521 será el comienzo de la lucha entre Carlos V y François I.

El momento es oportuno pues Carlos V se encontraba entonces en Flandes y no había conseguido apagar la guerra de los comuneros de Castilla, que tenía revuelto a todo el reino, con las lealtades divididas. El rey de Francia piensa que puede sustraer el viejo Reyno de Navarra usando como excusa de su intervención el apoyo a la causa legitimista de su vasallo Enrique II. El rey de Francia había diseñado una campaña que, en caso de éxito, pudiera tomar una mayor envergadura de lo que sospechaba el propio Enrique. El astuto y demoledor plan de François I era conseguir que Castilla negara su obediencia al Emperador. Navarra sería solamente la excusa para iniciar esta campaña.

Enrique espera la llegada del ejército francés en Navarrenx de Béarn, no lejos de la frontera de Baja Navarra en Ultrapuertos, que viene a apoyarle con 12.000 hombres. Llega el ejército al mando de André de Foix (11) ayudado por André de Tirnon, el alcalde de Bayona Jacques de Saint Colomme señor de Esgoarrabaque y de Charles de Gramont, que luego fue arzobispo de Burdeos y lugarteniente de Guyenne. Los franceses entran en la Baja Navarra el 10 de mayo sin la presencia de Enrique de Navarra, pues el rey francés había exigido que éste no acompañara al ejército, debiendo quedar en Bearn a la espera de los resultados de la campaña. El ejército toma San Juan de Pié de Puerto el día 15, quedando la plaza bajo el gobierno del senescal de Nebouzan. A pesar de la oposición de Luis IV de Beaumont, III conde de Lerín, los franceses toman el castillo de Pignon despejando así el camino hacia el paso de Roncesvalles. Esta campaña la conduce Íñigo de Echauz, hijo del vizconde de Baigorry.

En diversos lugares de Navarra hubo alzamientos en favor del rey Enrique de Albret. Ante la importancia del ejército invasor, que avista Pamplona el 20 de mayo, el virrey duque de Nájera y su consejero el obispo de Ávila salen de Pamplona dejando a Frances de Beaumont al mando de la plaza y se refugian en Castilla, siendo saqueado su palacio por los habitantes de Pamplona. Algunos diputados de la ciudad salieron hasta Villava al encuentro de las tropas que entraron sin mayor dificultad en Pamplona. Resistió solamente unas horas el castillo defendido por Francisco de Herrera, pero capituló ante el bombardeo de artillería. Quedó herido en este bombardeo el guipuzcoano Ignacio de Loyola que estaba al servicio castellano del duque de Nájera y fue hecho prisionero. Los habitantes de Pamplona prestaron juramento de fidelidad al soberano navarro Enrique II el 19 de mayo de 1521.

Entretanto, Pedro de Navarra, 8º Mariscal de Navarra e hijo del Mariscal prisionero en el castillo de Atienza, ayudado por Juan, Miguel y Martín de Jaso - hermanos del santo Javier - se apodera de la meridad de Sangüesa. Siguió en la sublevación la merindad de OliteAntonio de Peralta, hijo del marqués de Falces, subleva Tudela que proclama rey a Enrique el 29 de mayo. Los estelleses hacen enseguida capitular a la resistencia castellana. Escriben los estelleses al Rey diciéndole: “Señor: mostraos y vere

is que hasta las piedras
y los árboles se arman para vuestro servicio”

Asparros y sus hermanos Lautrec y Lescun no tenían en Francia buena reputación como hombres de armas y se creía que sus nombramientos militares se debían más a la influencia cortesana de su hermana Françoise - la amante del Rey - que a sus propios méritos. Así, en esta campaña de Navarra, Asparrros no supo consolidar sus rápidos avances militares, seguramente convencido de que la falta de resistencia de los castellanos confirmaba la falta de cohesión política en Castilla por causa de la guerra de los Comuneros y la seguridad de tener protegida su retaguardia por los Pirineos y por Francia. Deslumbrado por el éxito - o más bien seguramente siguiendo consignas de François I - lleva su ejército hasta las puertas de Logroño y asedia la ciudad que resiste valientemente en medio de grandes penurias y hambre. Los comuneros habían sido derrotados el 23 de abril en la batalla de Villalar, anteriormente al comienzo de la expedición de Asparros, pero seguramente no se conocía entonces el alcance que tuvo esta batalla y que marcó el declive de la resistencia comunera. Al conocerse el asedio de Asparros a Logroño, las tropas castellanas abandonan el cerco que habían comenzado a establecer contra Toledo - todavía en poder de los insurrectos comuneros de María Pacheco - y vienen a socorrer Logroño. El condestable de Castilla Íñigo de Velasco y el duque de Nájera levantan el asedio el 11 de junio (12).

El rey Enrique II había quedado en Sauveterre mientras Asparros llevaba la conquista como un asunto de la corona de Francia. Allí por donde iban sus tropas eran visibles las enseñas y estandartes franceses, no así los del rey de Navarra. En Pamplona había hecho quitar los escudos de armas del Emperador y llegó a acuñar moneda en nombre del rey de Francia. En todo ello habían prevalecido los deseos de la corte francesa que frente al escenario europeo había querido plantear este asunto de Navarra como una primera etapa en el comienzo de la campaña de guerra de Francia contra el emperador Carlos V.

Los historiadores suelen ser unánimes en apreciar que si el rey Enrique II se hubiera mostrado en persona liderando la victoria, ésta se hubiera consolidado y recuperado el trono, pero ésto le fue negado desde la propia Francia ya que hubiera dificultado una entrada victoriosa de los ejércitos de Francia en Castilla, sin duda el objetivo de François I.

En su repliegue de Logroño por Estella Puente de la Reina hacia Pamplona, lo que veían los navarros era un ejército francés en retirada perseguido por tropas castellanas. El ejército de Asparros es dado alcance ya muy cerca de Pamplona, en Noain. Dos mil gascones estaban viniendo de Tafalla al mando del señor de Olloqui para unirse a Asparros pero éste no les esperó. Tampoco contó con las tropas que guarnecían Pamplona. Asparros aceptó confiado la batalla sin esperar los refuerzos y sufrió una derrota definitiva el 30 de junio de 1521 ante los castellanos (13). Gravemente herido y con pérdida de un ojo, Asparros rindió su espada a Frances de Beaumont quedando prisionero en espera del rescate. Muchos soldados gascones y navarros fueron muertos y muchos quedaron prisioneros. Algunos pudieron escapar, entre ellos el 8º mariscal Pedro de Navarra y huyeron a Béarn.

El ejército castellano entró en Pamplona sin resistencia y se fueron entregando todas las villas de Navarra. La ciudadela de San Juan de Pié de Puerto fue tomada tras un asedio de 20 días. Francisco López de Zúñiga, conde de Miranda, es entonces nombrado virrey (1521-1524). Enrique II vuelve de Sauveterre Pau donde los Estados le pidieron llevar el gobierno en lugar de su abuelo Alain de Albret, “vieux et valetudinaire”, que moriría poco después en octubre de 1522, tomando Enrique II la herencia familiar de los Albret.


1.5 la incursión de Bonnivet

No había pasado mucho tiempo desde la batalla de Noain cuando, a finales de septiembre del mismo año 1521, el almirante Bonnivet - Guillaume Gouffier (1488-1525) - gobernador de Guyenne, vino al frente de otro pequeño ejército gascón enviado por el rey François I para inspeccionar el estado de las defensas del emperador Carlos V en el norte de España. Hizo Bonnivet un tímido intento de acercamiento hacia Pamplona y tomó el castillo de Poenan en los montes cerca de Roncesvalles. El 5 de octubre tomó sin dificultad el castillo de Maya en el valle de Baztán, pues en 1516 había sido desarmado siguiendo las órdenes del cardenal Cisneros.

Maya

arco con escudo del s. XVII e iglesia de la Asunción

De allí se volvió hacia la costa dejando el castillo de Maya al mando de Jaime Vélez de Medrano, con una guardia de 200 caballeros navarros de la facción agramontesa entre ellos dos hermanos de San Francisco Javier (Miguel de Jaso y Juan de Azpilicueta). Toma luego Behobia en la orilla derecha del río Bidasoa y el 19 de octubre la villa fortificada de Fuenterrabía - que en Francia se consideraba la “llave de España” - ayudado por mar con bastimentos y seiscientos hombres. Bonnivet puso de gobernador de Fuenterrabía a Jacques de Daillon señor de Lude, con quien quedaron numerosos gascones y navarros. Bonnivet declinó tomar la pequeña villa de San Sebastián a causa del mal tiempo, en donde se encontraba el capitán general de Guipúzcoa Beltrán de la Cueva con dos mil infantes y dos mil caballos (14).

Los agramonteses, que desde el 5 de octubre de 1521 estaban defendiendo la fortaleza de Maya, resistieron durante casi 10 meses a las tropas castellanas que mandaba el conde de Miranda, virrey de Navarra, y que estaban con el conde de Lerín. Maya se rindió finalmente al Virrey el 19 de julio de 1522. El castillo fue entonces arrasado (15). Miguel de Jaso fue hecho prisionero pero su hermano Juan de Azpilicueta consiguió huir. Miguel se escaparía luego de la prisión de San Nicolás en Pamplona. Las sentencias de muerte dictadas contra Miguel y Juan se anunciaron en la plaza pública. Ambos hermanos se encerraron entonces en la fortaleza de Fuenterrabía que seguía amparada por los franceses y los agramonteses.