La Fundación Lebrel Blanco
La Fundación Lebrel Blanco
tiene como finalidad principal
fomentar el conocimiento de la cultura histórica de Navarra
¿Qué es lo que nos motiva al emprender esta actividad cultural?.
Hacer frente a las tesis separatistas del nacionalismo vasco que propugnan la euskaldunización y posterior anexión de Navarra a unas provincias Vascongadas secesionistas. Los nacionalismos vascos han creado y enseñado a niños y adolescentes en las ikastolas, tergiversaciones históricas y mitos victimistas, ocultando asimismo ciertos hechos históricos que no avalan sus tesis independentistas, que solamente pueden ponerse en evidencia con un buen conocimiento de la historia.
La Fundación considera obligado hacer frente a esta batalla cultural que libra el nacionalismo secesionista vasco en su intento de euskaldunizar Navarra en contra de sus tradiciones y costumbres históricas.
Los nacionalismos vascos se sienten incapaces de llevar a cabo su proyecto independentista sin incorporar a Navarra. Y no se trata tanto de una búsqueda de mayor extensión territorial-poblacional y beneficio económico - que también -, sino esencialmente de un imperativo: la necesidad de adornar sus objetivos con una casulla de respetabilidad histórica que ofrece Navarra - y no así las tesis sabinianas - y obtener legitimidad histórica en el mundo académico e internacional. La integración de Navarra al proyecto independentista vasco es un requisito indispensable para la verosimilitud de los objetivos nacionalistas. Navarra fue un reino milenario - políticamente independiente - no así las provincias vascongadas que buscaron en la protección de Castilla un buen arreglo o acomodo para alejar las repetidas pretensiones anexionistas de Francia. Con Navarra, el proyecto independentista vasco dejaría de llamarse "Euskal Herria" - ¿o según otros Euzkadi? - para escudarse en una denominación tergiversada, con tinte de apariencia histórica, el Reino Vascón de Navarra.
Al navarro actual, consciente de la realidad histórica de su pasado y ya milenaria cohesión social surgida de la formación de uno de los más antiguos reinos de Europa, dotado de una sana conciencia regional, le quieren ahora avergonzar de haber contribuido a crear España, la nación española - de mayor relieve que las partes que la formaron - y le hacen creer en cambio que sólo tras aceptar únicamente tesis culturales de signo vasquista poseerá verdaderamente una identidad propia. Que sólo así conseguirá diferenciarse de otros territorios nacionales y cumplirá los requisitos necesarios para que se le reconozcan los atributos de una nación.
Así pretende el nacionalismo-secesionista vasco que únicamente el elemento vascón puede otorgar carta de identidad a ese interesantísimo crisol de culturas que ha sido y es Navarra, debiendo ésta renunciar a su historia de reino independiente y a su interesante evolución lingüística. Evolución que, en su última etapa del siglo XV, la llevó a refundir en el "español" su lengua autóctona romance, al igual que otras lenguas románicas: el aragonés, el castellano y el astur-leonés. Fue en el siglo X, en tierras riojanas - en San Millán de la Cogolla - tomadas al Islam por la monarquía navarra, donde se registraron las primeras manifestaciones escritas de las lenguas romance hispanas.
Y el navarro, que había sentido orgullo de haber sido Navarra la cuna de otras monarquías hispanas, como Castilla y Aragón, y protagonista importante, con Aragón y Castilla-León, en la creación de España, se le presenta ahora como un atributo de su personalidad el "ser diferente" de sus vecinos españoles, invitándole a alejarse de ellos para incorporarse al separatismo nacionalista vasco en un nuevo ente - inexistente históricamente en el ámbito político - que denominan Euskal Herria.
El objetivo primordial de la batalla cultural que, con tesón y cínico apoyo del PSOE, libra en Navarra el separatismo vasco es debilitar y confundir la identidad histórica de Navarra para que se instale en el navarro la duda e incertidumbre sobre su propia cultura, sobre su propia personalidad.
Ni la lucha policial contra la mortal violencia intimidante del terrorismo de ETA y sus colaboradores, ni la condena social de la misma - ni qué decir la torpemente intentada negociación política - pueden por sí solos dar resultados positivos si al mismo tiempo no se pone en evidencia la deshonesta falsedad de las tesis secesionistas del nacionalismo vasco y se lucha decididamente contra sus objetivos, dogmas y postulados. Pues debemos respeto a las personas, no siempre a las ideas, y si éstas son nocivas es obligado luchar contra ellas.
Un mayor nivel cultural y de conocimiento de nuestra propia historia y patrimonio artístico-cultural es necesario en Navarra para frenar las tergiversaciones y empuje nacionalistas, a lo que se quiere aplicar la Fundación. Pone para ello a su disposición una Historia Medieval del Reyno de Navarra, un ensayo sobre la evolución de la Lengua en Navarra, una obra de teatro - "Navarra mon amour" - sobre los acontecimientos de 1512 que llevaron al destronamiento de Catalina I de Navarra Foix-Grailly-Béarn, y finalmente un Atlas del Patrimonio Histórico-Cultural de Navarra y de otros territorios - incluida la Baja Navarra de Ultrapuertos - situados en Francia.
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Recuperar Navarra
La banda terrorista ETA, de ideología marxista y activismo independentista vasco y violento, anunció en un acto (“Declaración de Arnaga”) celebrado el 4 de mayo de 2018 en la localidad vasco-francesa de Cambo-les-Bains el “desmantelamiento total de sus estructuras” tras haber asesinado a 829 personas creando un ambiente generalizado de “terror” en España, y en particular en las provincias Vascongadas y en Navarra.
Con esta engañosa, espuria y propagandística “Declaración de Arnaga” se interpretó maliciosamente, por parte de los gobiernos socialistas, que ETA había dejado de existir. Pero no fue así. ETA solamente "desmanteló sus estructuras criminales", aunque sin esclarecer 358 asesinatos, "sin entregar las armas" y con la esperanza de que «una solución global, justa y duradera se alcanzará en el País Vasco”. Pero ETA siguió existiendo con distintas denominaciones, actualmente EH Bildu principalmente. Anteriormente a esta “Declaración de Arnaga” del 2018, ETA ya había querido participar en la vida política española por medio de partidos políticos de su creación y dependencia en los que se integraban los terroristas de ETA, como Herri Batasuna, Askatasuna, Acción Nacionalista Vasca (ANV), Euskal Herritarrok (EH), o Batasuna. El 28 de marzo de 2003, el Tribunal Supremo notificó sin embargo la sentencia que ilegalizaba a Batasuna, Euskal Herritarrok y HB, y ordenaba el cese inmediato de sus actividades.
Pero con la llegada de los desdichados gobiernos socialistas de Rodríguez Zapatero y Sánchez, se propició con su apoyo que las formaciones políticas de ETA pudieran incorporarse definitivamente a la vida política para tomar el poder - siempre bajo chantajes y amenazas - en numerosos ayuntamientos de las provincias Vascongadas y de Navarra, y creando alianzas con los socialistas de Navarra para controlar sus principales instituciones, incluso el Ayuntamiento de Pamplona o el propio gobierno foral de Navarra.
Consecuencia de ello ha sido que Unión del Pueblo Navarro (UPN) fuera relegada a la oposición tras numerosos años en el gobierno navarro, en los que no supo luchar contra la progresiva euskaldunización de Navarra que comenzó en las ikastolas; la injusta y profesionalmente censurable modificación de la toponimia de los pueblos en favor del vascuence; y la instauración de la cooficialidad del español y del vascuence en la Administración. Todo ello contrario a las tradiciones históricas en Navarra y promovido por los propios gobiernos de UPN con la ingenua y párvula creencia de que estas concesiones al nacionalismo vasco calmarían su activismo político en pro de la euskaldunización de Navarra y búsqueda de la independencia. Esta cándida y candorosa política, principalmente propugnada por el presidente Miguel Sanz, - contrariamente a la posición de la Comisión de Cultura de UPN, comisión que yo recomendé su creación en 1996 con la ayuda del Vicepresidente Rafael Gurrea - ha sido nefasta para Navarra y ha dado como resultado un notable aumento del voto nacionalista vasco en Navarra (por la incorporación de las nuevas juventudes educadas en las ikastolas) y la salida del gobierno navarro de UPN en favor de formaciones nacionalistas, apoyados por los socialistas de Zapatero y Sánchez.
Ausente UPN del poder en Navarra, ahora en 2024, con un gobierno socialista controlado y vigilado desde las formaciones independentistas vascas como EH Bildu (coalición de los partidos políticos Sortu, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba), el proceso de euskaldunización de Navarra se ha visto acelerado con la consiguiente victoria de las tesis independentistas para debilitar la identidad histórica de los navarros, creando en ellos dudas sobre su propia cultura, sobre su propia personalidad histórica.
Con el avance de la euskaldunización de Navarra - que se presenta falsamente como una actividad cultural de vuelta a las tradiciones lingüísticas de Navarra -, será pronto cuando intenten el PNV y las formaciones herederas de ETA proponer un referéndum - un plebiscito - para la anexión de Navarra a la Comunidad Autónoma Vasca, o alternativamente (más fácil de conseguir) el reconocimiento oficial de un ente artificial "Euskal Herria" al que se incorporarían inicialmente la actual Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. Y después, los territorios al norte de los Pirineos, Labourd, Baja Navarra y Soule. que denominan Iparralde.
Pero saben los independentistas vasco-navarros que esta ya galopante euskaldunización de Navarra no podrá tener un éxito total entre la juventud navarra sin reescribir y tergiversar - digamos mentir - a su manera la historia de los asesinatos de ETA. Y a ello se ha prestado sin vacilar el presidente Sánchez, en su afán por conservar las llaves de la Moncloa, pactando con EH Bildu hasta conseguir la aprobación y publicación de una Ley de Memoria Democrática. en octubre del año 2022.
Esta ley permitirá a los independentistas vasco-navarros presentar a la juventud navarra – que no vivió los crímenes de ETA – la "solución justa" que pretendió ETA llevar a cabo violentamente en las provincias Vascongadas y en Navarra. Lo cual facilitará la completa euskaldunización de Navarra, cuya primera víctima está siendo ya la propia ciudad de Pamplona, que rompió el equilibrio demográfico de Navarra, anulando las tradicionales Merindades..