Capítulo 3 : Las bellas incógnitas
El origen de la monarquía autóctona navarra sigue teñida de incógnitas aunque los esfuerzos de notables historiadores como Lévi-Provençal ( 1 ), el benedictino Fray Justo Pérez de Urbel y Claudio Sánchez Albornoz, han permitido en los últimos cincuenta años - como dice éste último - “remover la estancada historia de los orígenes de la monarquía pamplonesa”.
Con apoyo de las crónicas árabes, que son fundamentales para construir la urdimbre de la historia navarra, varios acontecimientos ocurridos en el período 799-816 parecen desvelar que Pamplona se debatía entonces entre el dominio de Córdoba y el dominio de Carlomagno. Y de esta “tenaza” surgirá una alternativa de independencia de un territorio que más tarde será el Reyno de Navarra.
1. las claves
2. hilando las claves
Las siguientes son algunas claves importantes:
Hubiera sido difícil hilar entre sí los anteriores acontecimientos sin una aportación clave que suministró Lévi-Provenzal en 1953 y que Sánchez Albornoz evaluó cuidadosamente. Al desentrañar las crónicas árabes de Ibn Hayyan, encontró que la viuda - quizá llamada Onneca - de Musá ibn Fortún - padre del citado walí Mutarrif ibn Musá asesinado en Pamplona en la rebelión del 799 - casó, tras enviudar probablemente en el 789, con el vascón Iñigo Jiménez ( 4) y fue por lo tanto la madre de Iñigo Iñiguez (Arista), nacido éste probablemente hacia el año 790-791, primer rey de los pamploneses ( 5). Este acontecimiento nupcial ha provocado innumerables interpretaciones sobre lo ocurrido en Pamplona a partir del levantamiento de los pamploneses en el 799. Quizá el rigor del análisis que sobre los acontecimientos llevó a cabo Sánchez Albornoz ha conseguido poner orden en tan difícil tarea de determinar el origen de los reyes navarros. Con objeto de hacer más sencilla la lectura de estas notas, y no sin pena por lo ameno e interesante de la controversia, conviene relatar a continuación lo que expone Sánchez-Albornoz. |