paseando por la ciudad
palacio de los marqueses de San Miguel de Aguayo portal de San Nicolás 1666 convento de las Recoletas marqués de San Adrián Cámara de Comptos el Redín
conocer las calles y los edificios de Pamplona
Pamplona en la Edad Moderna
Con la pérdida de la independencia política de Navarra en 1512 y la introducción por las armas de una nueva dinastía en el trono de Navarra, Pamplona se verá otorgar una función de plaza fuerte defensiva, carácter que no abandonará hasta finales del siglo XIX. Navarra que al menos desde Sancho el Mayor en el siglo XI, y desde luego desde el advenimiento de la dinastía de Champagne en 1234, había sido "puente con Europa", desde 1512 se convertirá en "tapón con Europa", convirtiéndose así Pamplona en un baluarte avanzado en la defensa de la frontera española y la religión católica contra la amenaza francesa y el hugonotismo. En 1570 se dictan las primeras ordenanzas constructivas y se construye la Ciudadela en tiempos de Felipe II así como nuevos lienzos de muralla, cuyo trazado engloba el campo de la Taconera y otros lugares que ensanchan el terreno construIble intramuros. La primera construcción de importancia que se hace en Pamplona después de 1512 fue el castillo que Fernando el Católico (1452-1479-1516) mandó levantar en el lado sur de la actual Plaza del Castillo, en terrenos que ocupaba entonces el convento de los Dominicos y que fue derribado, y en la actualidad el Palacio de Navarra. Con la construcción de la Ciudadela, la función defensiva de esta castillo perdió importancia, siendo derruido y pasando el solar a ser ocupado por el convento de las Carmelitas Descalzas. Este convento desaparece en el siglo XIX, construyéndose en su lugar el Palacio de Navarra (1843) y el Teatro Principal (1851). Es en ese momento cuando la plaza del Castillo adquiere su fisonomía actual, sirviendo de verdadera plaza mayor en Pamplona. Por simplificación, en el índice de calles que se presenta más abajo, los edificios con entrada dando a la plaza del Castillo (históricamente "tierra de nadie") han sido clasificados bajo el "burgo de San Nicolás". A mediados del siglo XVI se decide rellenar los fosos que separaban los burgos de San Cernin y San Nicolás, abriéndose la calle Nueva y construir allí las Audiencias Reales o casa del Consejo Real, ocupado luego por el edificio "la Agrícola", el "Gran Hotel" y después por la Biblioteca General de Navarra. En el siglo XVIII, el Ayuntamiento va tomando protagonismo en la ordenación urbana, siguiendo la mentalidad "ilustrada" de esta época borbónica. Pavimentado, alcantarillado, alumbrado son algunas de las mejoras urbanas de esa época, siendo la más destacable la traída de aguas y la instalación de fuentes en la ciudad, lo que requirió la obra de ingeniería del acueducto de Noain. A finales del siglo XIX, en 1888, comienza la construcción del Primer Ensanche. Hasta 1915 no empiezan a derribarse las murallas que permiten la expansión de la ciudad hacia el sur y confirman el abandono del carácter de plaza fuerte de la ciudad. El plan del Segundo Ensanche es aprobado en 1917. La ciudad comienza a extenderse fuera del recinto amurallado urbanizándose zonas como la Rochapea, Chantrea y Milagrosa. El Tercer Ensanche surge del Plan General de 1957 que incluye la primera fase de la urbanización de San Juan y las posteriores de Iturrama y Ermitagaña. A partir de 1984 se impulsa el crecimiento por la zona de Mendebaldea. En líneas generales Pamplona conserva actualmente sin alteraciones de importancia el trazado de las calles de la época medieval, aunque sorprende la escasez de edificios monumentales de carácter civil que contiene actualmente el casco viejo de la ciudad, especialmente de época anterior al siglo XVIII, predominando los de gusto decimonónico aunque a menudo conservando la planta medieval en forma de casas estrechas y alargadas en profundidad, con muy pocas ventanas al exterior. En altura, tras periódicos recrecimientos, suelen alcanzar cuatro o cinco pisos, un desarrollo excesivo que da lugar a calles sombrías por estrechas y otorga poca perspectiva a los edificios, algo también conocido en la rúa Mayor de Puente la Reina. Las fachadas suelen llevar a menudo balcones de poco vuelo, en ocasiones enriquecidos por miradores de carpintería con decoración decimonónica de palmetas y flores. El ladrillo es el material más usado en las viviendas comunes del siglo XVIII, aunque muchas casas enlucieron el ladrillo en el siglo XIX. En ocasiones se combina la piedra y el ladrillo cara vista con esmerado acabado. El frontis suele ennoblecerse con algún escudo, la mayoría de la segunda mitad del siglo XVIII. Junto a esta arquitectura doméstica de carácter vecinal existe algún ejemplo de vivienda palaciega del siglo XVIII construida en sillar y gran ornato en la fachada. En la sección que sigue se describen someramente los principales edificios, casas y palacios clasificados según el correspondiente burgo medieval al que pertenecían (Navarrería, San Cernin, San Nicolás) o por su localización en "tierra de nadie", el barranco donde se construyó el Ayuntamiento en el siglo XVIII. Los edificios construidos en los varios "planes de ensanche" a partir de finales del siglo XIX quedan clasificados como "extramuros". En algunos pocos casos se han realizado algunos ajustes clasificatorios por razones de simplificación, lo que ha podido abrir la puerta a algunos errores de menor importancia.
burgo de la Navarrería calle Curia
La calle CURIA se localiza en la parte alta de la Navarrería y parte por el norte de la Catedral. Debe corresponder al "Decumanus Maximo" de la ciudad romana. En la Edad Media tomó el nombre de calle Mayor de la Navarrería. Más tarde fue conocida como "Subida de Nuestra Señora" o "Subida de la Seo", denominándose Curia desde el siglo XVII pues en ella se encontraba la Torre del Obispo, actualmente el nº 29 de la calle, donde por algún tiempo se alojaron las oficinas de la Curia Episcopal, habiendo sido también cárcel en el siglo XVII. Se conserva en los sótanos de esta casa una estancia abovedada con arcos apuntados de ladrillo, en uno de los cuales se esculpe el escudo del obispo Alejandro Cesarini (1520-1537). En la calle MERCADERES - antigua calle del Mentidero hasta comienzos del siglo XVIII - la mayoría de las fachadas fueron renovadas a finales del siglo XIX y principios del XX, incorporando adornos de yesería e introduciendo miradores de madera. El escaparate y el interior de una farmacia de 1905 es uno de los pocos ejemplos de diseño modernista en Pamplona. De la Catedral parte la calle DORMITALERÍA, llamada así desde principios del siglo XIX por emplazarse en ella la casa del dormitalero, canónigo responsable de que se cerrasen a su hora las casas de la canongía. El nº 1 corresponde a la "Casita" construida en 1786 y remodelada en el siglo XX, que fue antiguamente la Casa Prioral hasta que pasó a manos privadas en la desamortización del siglo XIX. Revertió después al Obispado. Incorpora en la puerta la fecha de 1887, junto a una inscripción que recuerda que fue colegio de párvulos. Los números 50 y 52 corresponden a dos casas que en sus fachadas de ladrillo reproducen la arquitectura doméstica del siglo XVIII de esta calle. En el extremo de la calle se situaba el antiguo Seminario Conciliar, en la actualidad Casa de la Providencia. El Seminario de San Miguel se fundó en 1772, correspondiendo a 1777 la portada de piedra de medio punto entre pilastras cajeadas que da paso al remate. Éste está presidido por una hornacina avenerada que contiene la imagen del Arcángel San Miguel, culminada por un frontón triangular. En el límite con la muralla por el lado sur se halla la PLAZA DE SANTA MARÍA LA REAL, fin del barrio de la Navarrería, que en su aspecto actual data de 1945 cuando se destruyó el antiguo Convento de la Merced para construir en parte de su solar en 1952 el Retiro Sacerdotal del "Buen Pastor". Durante la Edad Media se extendía por esta parte el barrio de la judería. En una hornacina emplazada en la muralla, en la parte sur de la plaza, se localiza una imagen de Santa María la Real. * Palacio Arzobispal. Aunque Sancho VII “el Fuerte” cedió a la mitra pamplonesa el Palacio Real de Pamplona en 1198, revirtió en la corona en 1255. Desde entonces hubo numerosos enfrentamientos y permutas entre ambas partes para determinar la propiedad del inmueble. Con la anexión del Reyno de Navarra a la corona de Castilla, León y Granada en 1515, los virreyes instalaron allí su residencia. Por su parte los obispos desde el siglo XVI instalaron su residencia en la casa del Condestable de Navarra en la calle Mayor, en condición de inquilinos. No obstante, llegado el siglo XVIII, a causa de las incomodidades y de su lejanía respecto a la catedral, así como también de la bula romana expedida por Benedicto XIII, se emprendió la construcción del actual palacio en esta plaza de Santa María la Real. Se reunieron el obispo, Melchor Ángel Gutiérrez Vallejo con los representantes del cabildo de la catedral y del clero de Navarra para firmar una concordia que permitiera la obtención de fondos para la nueva construcción. De este modo, en 1734 de daba inicio a las obras, que finalizaron en 1740 bajo el arzobispado de don Ignacio Añoa y Busto, quien años después ostentaría la mitra de Zaragoza. De arquitectura barroca, consta de tres fachadas de esmerado ornato en donde se combinan el sillar y el ladrillo, reflejándose la arquitectura de la Ribera del Ebro en la galería de arquillos que corona el edificio. Tiene dos portadas prácticamente idénticas, una dando a la plaza y la otra al patio de la Providencia. Se conciben como un retablo con basamento geométrico en el que asientan dos columnas dóricas con tercio inferior acanalado que enmarcan la puerta, y ático con hornacina entre columnas acanaladas y frontón curvo de remate. Dispone de aletones vegetales que enmarcan la puerta y el ático y un relieve que contiene los símbolos episcopales: báculo, capelo borlado y mitra, además de los triglifos y metopas del friso sobre la puerta. La hornacina de remate tiene una ventana delante de la cual se coloca la estatua en piedra de San Fermín. El interior del palacio se renovó hacia 1973, habiendo quedado intacto el patio con arcadas y cuatro pisos de ladrillo en el último de los cuales se repite el tema de la galería de arquillos y la gran escalera imperial con una rica y variada estructura a base de bóvedas de arista y lunetos. Sobre el cuadrado de la caja se alza una decorativa cúpula vaída con decoración de recuadramientos y florón central de remate, realzado con los emblemas episcopales. Se comunica con la Catedral a través de un largo módulo, obra del siglo XVIII, que enlaza el ángulo noroeste de la casa con el claustro. Al comienzo y al final de este módulo se encuentran dos pequeñas cúpulas cuyos paños se decoran con motivos geométricos y florón de madera dorada que pende del centro. * Retiro Sacerdotal "El Buen Pastor". Fue construido hacia 1952 por el arquitecto Víctor Eusa. Utiliza la piedra para enmarcar la fachada y el ladrillo ocre para los muros. Repite la galería de arquillos con un volado alero de madera. La calle COMPAÑÍA parte de la calle Curia y es paralela a la calle Dormitalería. Durante la Edad Media fue conocida como calle del Obispo, de Santa Catalina, del Alfériz, y otros nombres. Destaca el exterior de lo que fue el colegio de Jesuitas con la iglesia de Jesús y María, actualmente parroquia de San Juan Bautista y Escuela de Idiomas. La portada de esta última corresponde al antiguo Convento de la Merced. El nº 23 corresponde a la antigua sede de la Cofradía del Santísimo Sacramento, del siglo XVIII, la misma que en la calle Calderería tiene la Basílica de San Martín. Actualmente es una casa de vecindad, donde permanece como recuerdo de su función benéfica la hornacina flanqueada por pilastras cajeadas, que dan paso a un entablamento y frontón triangular partido, en cuyo centro se esculpe el emblema de la Cofradía, un cáliz con la Sagrada Forma. Ocupa la hornacina un santo obispo, del siglo XVII, procedente de Ibilceta, que sustituye a la vieja imagen del Salvador, conservada en la Basílica de San Martín. La calle de LA MERCED es la continuación de la calle Compañía a partir de la de Javier. Se trata de la antigua Rúa Mayor de la Judería, donde más tarde se instaló el Convento de los Mercedarios de donde derivó el nombre de la calle. Algunas casas generalmente decimonónicas aprovechan escudos del siglo XVIII. La portada del antiguo Convento de la Merced fue guardada por el Ayuntamiento y colocada en 2005 en la Escuela de Idiomas de la calkle Compañía. La calle CALDERERÍA - del antiguo gremio medieval de los caldereros - arranca de la confluencia de Curia y Mercaderes llegando hasta la Bajada de Javier. Las casas números 10 y 12 eran antiguamente una sola, con carácter señorial en el siglo XVIII a tenor de los elementos decorativos unidos al escudo que luce. Consta de basamento de sillar con dos entradas rectas sobre el que se alzan dos cuerpos de ladrillo con pareja de balcones y ático con galería de arquillos, hoy transformados en pequeñas ventanas. La casa nº 22 decora su frontis con una serie de azulejos que mantiene un escudo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII timbrado por yelmo y decorado con rocalla. En esta calle está situada la Basílica de San Martín. A partir de la la Bajada de Javier, la calle Calderería pasa a denominarse SAN AGUSTÍN hasta Labrit, en donde se ubica la parroquia de San Agustín y el antiguo frontón de Euskal-Jai, actualmente derribado. En esta calle estuvo desde 1772 el Seminario Episcopal que se mantuvo hasta 1939. Paralela a las calles Calderería y San Agustín se encuentra la calle de la ESTAFETA que conecta la calle Mercaderes con Labrit. En el siglo XIV se denominaba calle de las Heras, en el XV la Carpintería de la Zaga del Castillo, en el XVI y XVII Tras el Castillo, tomando el nombre actual en el siglo XVIII. El aspecto que ofrece actualmente corresponde principalmente a renovaciones de las casas efectuadas en los siglos XIX-XX, conservando algunas de ellas - como el nº 41 - el modelo típico de la arquitectura doméstica del siglo XVIII. En ellas lucen a menudo blasones de estilo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII. En el solar que ocupa la casa de principios del siglo XX, nº 49-51, con decoración de palmetas en los balcones, estuvo ubicada la pequeña capilla de San Tirso. * Palacio Goyeneche. Se localiza en el nº 40 haciendo esquina con la Bajada de Javier y constituye uno de los pocos ejemplos de arquitectura palacial que se conserva en Pamplona. El edificio, al contrario de lo que pudiera parecer, presenta su fachada principal hacia la calle Estafeta, ya que por entonces, todavía Pamplona estaba volcada hacia su interior, aunque la Plaza del Castillo no tardaría en convertirse en centro neurálgico de la ciudad. Se trata de un bloque cúbico con piedra en el basamento y cuatro alturas de ladrillo pintado. La portada de la calle es un arco de medio punto cajeado, enmarcado por pilastras cajeadas y aletones, todo lo cual culmina en un frontón curvo partido que contiene el blasón con las armas de Rived, quien compró el palacio a principios del siglo XVIII. A cada lado de la puerta dobles ventanas cerradas por rica forja. En el piso noble una balconada corrida a la que dan acceso cinco balcones. Los Goyeneche procedían de Garzáin (Baztán), desde donde Miguel de Goyeneche se trasladó a Pamplona, dedicándose al comercio de lana y otros negocios. Fue uno de sus hijos, Pedro Fermín, quien siguió su estela como hombre de negocios, entablando relaciones comerciales con los navarros que triunfaban en el Madrid de Felipe V: los Mendinueta. Arizcun, Garro, Aldecoa, Goyeneche, etc. Llegó incluso a residir durante algunos años en la capital, conociendo la vanguardia constructiva que se estaba acometiendo en la dicha Villa. Fue tesorero general de guerra de Navarra y director general de la provisión de víveres de Navarra, Guipúzcoa y Santander, llegando a alcanzar una plaza de oidor de la Cámara de Comptos en 1749. Llevó a cabo una política matrimonial, entroncando sus hijas y nietos con familias de gran prestigio como los Borda de Maya, Goyeneche y Rada de Subiza. La casa principal fue construida sobre dos solares de su propiedad, comenzándose en 1738 sus obras. El edificio, al contrario de lo que pudiera parecer, presenta su fachada principal hacia la calle Estafeta, ya que por aquellos entonces, todavía Pamplona estaba volcada hacia su interior, aunque la Plaza del Castillo no tardaría en convertirse en centro neurálgico de la ciudad. En la ancha calle CHAPITELA, que une la Plaza del Castillo con la calle Mercaderes, se localizan interesantes casas de arquitectura doméstica, permaneciendo algunas del siglo XVIII con la fachada de ladrillo, balcones, y el piso superior recrecido, como las números 12 (sin alteraciones sustanciales), 20 y 22. Otras casas recubren su origen dieciochesco tras una capa de pintura y ornamentación de yesería de tipo historicista, que le otorgan un aspecto más moderno, como la nº 19 - conocida como la "Virreina" - que incorpora una rica rejería en las balconadas recordando el trabajo del Ayuntamiento. El local comercial ubicado en la casa nº 17 fue realizado en 1920 y muestra un decorativo frontis de gusto modernista con materiales de mármol, vidrio coloreado, carpintería pintada, etc. En la zona de la antigua Canongía, en el lado izquierdo de la catedral donde se ubica la PLAZA o plazuela DE SAN JOSE: * se localiza un gran edificio de 1857, de noble fachada de arquitectura neorrenacentista realizada en sillar, con el mismo color dorado de la catedral. Se trata de la actual Consejería de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra e Instituto Navarro de Administraciones Públicas. En ese lugar debió haberse ubicado el viejo Hospital de San Miguel. En el patio principal se incorporaron nuevas técnicas utilizando estructuras de hierro fundido como elementos portantes, concretamente en las columnas. No obstante, los dos patios existentes mantienen las referencias espaciales de los patios del siglo XVI, con sus galerías porticadas o arquitrabadas, basamentos pétreos, columnas con zapatas o gran escalera de tipo imperial. Se ornamenta exuberantemente con yeserías con abundancia de palmetas que enriquecen los frontones triangulares de puertas y ventanas y los florones de los techos. El patio fue restaurado con monotonía en 1994. * la iglesia de las Carmelitas Descalzas Con la aplicación en el siglo XIX de las leyes desamortizadoras de los regímenes liberales centralistas desaparecieron algunas de las antiguas casas ubicadas en la plazuela que correspondían a los Arcedianos de la Cámara (nº 1), de Valdonsella, la del Chantre (Siervas de María), la del Arcediano de Santa Gema (nº 6) y la Casa del Músico de la Catedral (nº 7). Esta última, de principios del siglo XVI coincidiendo con la terminación de las obras de la Catedral, tiene una sencilla fachada de sillar, de escasa altura y pequeñas dimensiones, con una puerta de arco apuntado con bocel en el intradós y anagrama de Cristo en la clave. La vistosa carpintería de la puerta es del siglo XVII con frontón semicircular partido. Esta casita unifamiliar medieval adosada a la Catedral es el edificio civil más antiguo de Pamplona y proviene de época medieval. En ella vivía el músico de la catedral. Se localiza junto a la puerta de San José de la catedral. La plaza de San José se adorna con una esbelta fuente de hacia 1877. La calle empedrada del REDÍN - muy arreglada en la década de 1960 - comunica la plazuela de San José con las murallas del norte y volviendo en ángulo, el Paseo de Redín llega hasta la calle del Carmen, en paralelo con la muralla. En la esquina de la plazuela de San José con el arranque de la calle del Redín aparece empotrado un sillar con un templete gótico de arco trilobulado en el que inscribe una imagen pétrea de la Virgen con el Niño, muy maltratada por el paso del tiempo. A un lado de la calle, el muro del Convento de las Siervas de María y en el otro varias casas de poca altura, con muros de sillarejo o ladrillo y algún fragmento de entramado de madera además de un cuerpo de comunicación entre el Convento y una casa del otro lado. La casa nº 2 lleva un patio interior con pozo y una puerta adintelada, conservando en el segundo piso una carpintería casetonada como las del siglo XVII. Su escudo corresponde al siglo XIX procedente de la calle Zapatería, con las armas de los Viguria. Tras pasar bajo un pasadizo, la calle se amplía en el llamado RINCÓN DEL CABALLO BLANCO, un mesón construido a principios de la década de 1960 siguiendo un modelo de arquitectura medieval. Se aprovechó en la construcción algún elemento del palacio de Antón Aguerre, edificio de finales del siglo XV que se localizaba en la calle Tecenderías, hoy Ansoleaga, derribado en 1958. En el mesón se reutilizaron las bóvedas del sótano y una de las ventanas geminadas de arco mixtilíneo. El escudo con las armas de la ciudad corresponde a finales del siglo XVI o principios del XVII que procede del antiguo Matadero de Pamplona. Junto al mesón se colocó en 1961 la antigua cruz del Mentidero. Cerca del Redín, la calle del CARMEN pone en comunicación el portal de Francia con la plaza de Santa Cecilia. Desde la reconstrucción de la Navarrería en 1324 se le conocía como calle de San Prudencio, en honor de una ermita que se encontraba cerca del portal. También se le conoció hasta el siglo XVI como rúa de los Peregrinos. La denominación del Carmen, prestada del convento carmelitano que se localizaba frente al portal de las murallas, no se generaliza hasta el siglo XVII. La casa nº 33 parece del siglo XVIII con su fachada de ladrillo y perteneció al Convento de Carmelitas quienes la dedicaron a escuela de niñas bajo la advocación de Santa Catalina. La casa nº 25 - donde vivió el general carlista Zumalacárregui - es del siglo XVIII aunque ha modificado su aspecto en el XIX incorporando miradores de hierro. Frente a ella se encuentra la casa de Ezpeleta, nº 22, también del siglo XVIII, que en 1774 pertenecía al marqués de Vessolla por los condes de Ablitas y Ayanz. Esta calle del Carmen, a partir de su entronque con la calle Aldapa, se denomina desde el siglo XVI calle NAVARRERÍA y constituye el corazón del primitivo Pamplona. Fue conocida anteriormente en un tramo como calle de Santa Cecilia, en honor a la basílica que en ella existía, y calle de la Ración en el siglo XVIII en otro tramo. En el ensanchamiento de la calle - o plazuela de la Navarrería o de Santa Cecilia y anteriormente de Zugarrondo o del árbol de la Navarrería - se ubica la fuente de Santa Cecilia. * Palacio de Rozalejo. Se localiza en el nº 17 de la calle de la Navarrería. Es un buen ejemplo de la renovación palaciega que experimentó Pamplona en el siglo XVIII. Perteneció a los Aoiz-Guendica que recibieron el título de marqués de Rozalejo en 1832. Centra el piso inferior el arco de entrada, con el dovelaje moldurado que apoya en pilares cajeados con los extremos en chaflán. El mismo tipo de enmarque barroco, saliente y quebrado, se repite en los balcones, tres por piso, que se abren en los dos niveles siguientes, enriquecidos por el antepecho de hierro. La moldura de coronamiento se ha roto para introducir en el siglo XIX el escudo nobiliario de la casa de Rozalejo. El interior conserva un amplio zaguán cubierto por tres tramos de bóveda de lunetos, con sus correspondientes pilastras cajeadas y placas recortadas, que muere en una amplia escalera imperial, desfigurada al convertir el inmueble en casa de vecindad. En la parte izquierda de la fachada se abre una pequeña hornacina que alberga una imagen de San José, barroca del siglo XVIII. La calle de la MAÑUETA - apelación del siglo XVIII - se llamó anteriormente rúa de los Caños y en un principio era un barranco que conducía las aguas de las calles Curia, Navarrería y Mercaderes al río Arga por la cuesta de Santo Domingo, conformándose como calle ya en la Edad Media. Hasta 1651 se documenta también calle de los Baños debido a que en ella parece que pudieron existir unos baños. En el arranque de la calle de la Mañueta, en el interior de una hornacina, se ha colocado un Cristo Crucificado procedente de la fachada de la desaparecida basílica de Santa Cecilia, una talla con ecos expresivistas de la segunda mitad del siglo XVI. En la colina situada al norte, delimitada por las calles del Carmen, Aldapa y Dos de Mayo, se localizan la Basílica de San Fermín Aldapa y el nuevo Archivo de Navarra, antiguo Palacio de los Virreyes, o Palacio Real y Episcopal de San Pedro. * El Archivo Real y General de Navarra se sitúa en el casco histórico de Pamplona, a corta distancia del Museo de Navarra, frente a la basílica de San Fermín de Aldapa, al borde de las murallas del norte, en el barrio de la Navarrería. Ocupa lo que antaño fuera el Palacio Real y Episcopal de San Pedro, cuya historia se remonta al siglo XII, cuando el rey Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194) ordena su construcción. Este antiguo palacio, rescatado para su cometido actual tras varias décadas de abandono, sirvió de residencia en época medieval a los obispos de Pamplona y a los monarcas del Reino, protagonizando sucesivos litigios por su propiedad entre el obispado y los reyes, litigios que se inician en tiempos de los monarcas de la dinastía de Champagne (1234-1305), cambiando de mano con frecuencia. En 1198 Sancho VII el Fuerte (1154-1194-1234) había suscrito un documento de donación otorgando el palacio, capilla, hórreo y bodega al obispo García Fernández (1194-1205), agradeciéndole un importante préstamo. En los litigios llegó a intervenir en 1259 el pontífice Alejandro IV (1254-1261), anulando la cesión que el obispo de Pamplona Pedro Jiménez de Gazólaz (1241-1266) había hecho en favor del rey Teobaldo I de Navarra Champagne (1201-1234-1253). Las discordias finalizaron solamente en 1427 cuando el papa Martín V (1417-1431), resuelto el Cisma de Occidente, encarga al abad de la Oliva las negociaciones para que la reina Blanca I de Navarra Evreux (1385-1425-1441) se quedara con el palacio a cambio de una compensación a la sede episcopal, acuerdos que llegaron a buen término. Tras la pérdida de la independencia política de Navarra en 1512, el palacio pasó a ser habitado en 1529 por los Virreyes de Navarra y desde 1841 por los Capitanes Generales hasta 1880. Posteriormente alojó en sus dependencias el Gobierno Militar hasta 1972. De ahí sus diversas denominaciones: palacio de los Reyes, del Virrey o de Capitanía. El nombre de San Pedro procede de la iglesia que se localizaba en sus cercanías, construida en ese lugar, en fecha indeterminada. En 1255 se documenta una capilla bajo la advocación de San Pedro que debía cumplir la función de capilla del vecino palacio regio, cesando su actividad tras la destrucción de la Navarrería en la guerra de los burgos de 1276. Su ruina final fue provocada por un reciente incendio. Su rehabilitación es obra del arquitecto Rafael Moneo, siendo inaugurado como depósito documental en 2003. El edificio ofrece una imagen singular en la que se integra la vieja fachada del Palacio con elementos de nueva construcción. Los restos del viejo palacio han sido “envueltos” con nueva mampostería que si bien no se identifica enteramente con el edificio gótico que un día existió, tampoco puede considerarse ajeno a él. Lo gótico “se advierte” aunque sea un pequeño “sueño”. De su pasado histórico conserva intacta la sala gótica abovedada, dedicada a exposiciones de los documentos más relevantes del Archivo, y el patio interior porticado, ahora acristalado y con un parterre ajardinado en el centro. El nuevo edificio, de tres plantas, se encuentra adosado a una torre de once pisos -la mayoría bajo tierra-, destinada a depósito de documentos, y equipada con los más avanzados sistemas para la clasificación, consulta, conservación y custodia del patrimonio documental de Navarra. Muestra un amplio hueco central, por el que se accede a los distintos pisos, con un lucernario que lo corona y que permite recibir luz natural a cualquier hora del día. Los denominados documentos del Reino, a los que posteriormente se fueron añadiendo los fondos de otras instituciones, constituyen el núcleo del Archivo Real y General de Navarra; en él se conserva toda la documentación procedente de las antiguas Cortes de Navarra y su Diputación, desde finales del siglo XV hasta 1836. Conserva la antigua portada, realizada en sillar con arco rebajado, enmarcado por dintel que da paso al escudo imperial del Emperador Carlos V, al que flanquean dos columnas con la leyenda del Non Plus Ultra. Como remate se alza un frontón triangular. En el interior de las jambas se conservan dos querubines. La portada se debió rehacer hacia 1598 con ocasión de la venida a Pamplona de Felipe II (1527-1556-1598), momento en que debió colocarse el emblema del Emperador, apartando las armas episcopales que todavía lucía el palacio. Bajo el palacio corre la calle del MERCADO, urbanizada en el siglo XVI, momento hasta el cual era un barranco que tras recoger las aguas de la calle de la Mañueta y la meseta del palacio, las conducía a través de la calle Santo Domingo al río Arga. En el siglo XVI fue conocida como rúa de las Cobranzas. * Colegio Seminario de San Juan Bautista. Se localiza en la calle del Mercado y es sede actualmente del Archivo Municipal (1986) y del Museo Pablo Sarasate (1991). Construido bajo el auspicio de Juan Bautista Iturralde, de Arizcun, que fue Ministro de Hacienda con Felipe V de quien recibió el título de marqués de Murillo el Cuende. El solar - casa y corral - fue adquirido al convento vecino de los dominicos en 1732. En este colegio habían de estudiar unos doce alumnos preferentemente parientes del fundador, y en su defecto naturales de Arizcun y de otros lugares del valle del Baztán sucesivamente. Los estudios consistían en gramática, retórica, artes y teología. El edifico se terminó en 1734 y estuvo dedicado a colegio hasta 1936, año en que abrió el seminario conciliar de San Miguel. En 1940 se alojó en este edificio el Museo de Recuerdos Históricos. En 1963 fue adquirido por el Ayuntamiento que instaló el Archivo Municipal en 1986. El edifico lleva un basamento de sillar sobre el que se elevan tres cuerpos de ladrillo. En el primer nivel cuatro balcones sin vuelo, en el segundo una balconada sobre tornapuntas de forja y en el tercero una galería de arquillos al igual que en el Palacio Episcopal, según la arquitectura de la Ribera del Ebro. La portada pétrea barroca se abre a la calle del Mercado. La flanquean pilastras cajeadas que dan paso al entablamento sobre el que se alza la hornacina de coronamiento, también entre pilastras y con frontón curvo partido de remate. Unas volutas vegetales enmarcan la hornacina de remate y a sus lados los blasones. La hornacina aloja una estatua de San Juan Bautista, sobre la que se sitúa una tarjeta con un bajorrelieve que describe la escena del Bautismo de Cristo. Los escudos de los mecenas se adornan con mascarón inferior, corona de marqués por timbre y abundante hojarasca que sirve de marco al campo partido con el segundo cortado. El interior del edificio ha sido totalmente modificado para adaptarlo a su actual función, permaneciendo no obstante la pequeña capilla neogótica de finales del siglo XIX con cubierta de crucería, que mantiene una vidriera de 1900, ocupada por el Museo de Sarasate. * Museo de Sarasate. Se localiza en la capilla neogótica del antiguo Colegio Seminario de San Juan Bautista, en la calle del Mercado. Se custodian en él dos cuadros de pintores navarros, entre ellos un lienzo de Gustavo de Maeztu que representa al general carlista Zumalacárregui sentado junto a su cabalgadura, ante un paisaje en el que se desarrolla una contienda bélica. * Mercado Municipal. Siguiendo la calle del Mercado se abre la PLAZA DEL MERCADO o de Santiago, junto a la trasera del Ayuntamiento. Se trata de un edificio realizado en 1876 en sustitución de otro anterior. De planta rectangular, dispone de un patio central con arcadas. El forjado del segundo piso se soporta con columnas de hierro, una solución arquitectónica del momento. * En la misma calle del Mercado se localiza el Monasterio de Santiago o Convento de los Dominicos. La calle de SANTO DOMINGO permaneció hasta la unificación de los burgos en 1423 como "tierra de nadie" y en esa zona se construiyó el Ayuntamiento en el siglo XVIII.
burgo de San Cernin o San Saturnino calle San Saturnino Se extiende el barrio por el lado occidental del Ayuntamiento, manteniendo su trazado medieval que atraviesa longitudinalmente la calle Mayor y transversalmente la calle Eslava. Cierra por el norte la calle Descalzos, por el sur la calle Nueva, por el este la calle Santo Domingo y por el oeste la Taconera. De la plaza del Ayuntamiento parte la calle SAN SATURNINO, antigua calle Bolserías, de trazado corto y quebrado que empalma con la calle Mayor. La casa nº 1, de 1892 - casa del pasaje de Seminario - es un buen ejemplo de arquitectura decimonónica de gusto historicista, que proyecta una larga fachada que se prolonga desde la calle San Saturnino hasta Ansoleaga adaptándose a la curvatura de la calle. Utiliza piedra en las pilastras que organizan los paramentos verticales y el ladrillo ocre en los muros, añadiendo un sinfín de motivos ornamentales concentrados en los dinteles de los vanos y en las ménsulas que soportan el alero y balcones. Junto a ella se localizaron los cimientos de los torreones de Portalapea. La casa nº 12, situada en las escalinatas que descienden a Santo Domingo, constituye un gran bloque del siglo XVIII con dos fachadas, con alto basamento, dos niveles y coronamiento abuhardillado recrecido en el siglo XIX-XX, que conserva los balcones con la carpintería decorada con elementos barrocos. Su fachada lleva decoración geométrica y la figura de la diosa Diana. En la casa nº 14 se incorpora una hornacina en la que se custodiaba una Virgen de los Presos, con ecos flamenquizantes, de la primera mitad del siglo XVI, vandalizada. Anteriormente la imagen permaneció alojada en un nicho de uno de los portales de la muralla del burgo, el llamado portal de la Portalapea, derribado en 1815. La calle MAYOR es la antigua rúa de los Peregrinos, vía procesional en las celebraciones de la ciudad, y alcanza un largo recorrido enlazando la parroquia de San Cernin o San Saturnino con la de San Lorenzo y la Taconera. Antiguamente el tramo entre la calle Eslava y San Lorenzo se llamaba calle Mayor de la Corregería y en ella vivían los que trabajaban el cuero. En este tramo se encuentra en el nº 59-61 una hornacina de San Fermín. El otro tramo hasta la parroquia de San Saturnino se llamaba calle Mayor de los Cambios, debiéndose el nombre posiblemente a la existencia de una casa de cambios. Junto a la parroquia de San Cernin se encuentra el "pocico de San Cernin" que según la tradición usaba San Saturnino para bautizar a los primeros cristianos de la ciudad. En general la calle tiene casas de época tardía, con fachadas pintadas y decoradas con algún motivo de yeserías, propio del siglo XIX-XX de un ambiente burgués decimonónico. Entre los inmuebles números 6 y 8 se empotra una pequeña hornacina que custodia una imagen sedente de San Saturnino, posiblemente del siglo XVIII. También en la casa nº 62 conserva en la fachada una hornacina con la figura de San Fermín, una talla del siglo XVIII. * Palacio del Condestable. Corresponde al nº 1 y ha sido rehabilitado recientemente (2009). Tiene fachada a la calle Mayor y a la calle Jarauta y su valor es más histórico que artístico. Construido a mediados del siglo XVI, el Palacio del Condestable es casi el único ejemplo de la arquitectura civil de Pamplona de esa época. Se mandó construir por Luis V de Beaumont - VI conde de Beaumont, IV conde de Lerín, II marqués de Falces y I duque de Huéscar (+ 1565) - pasando por herencia a la casa ducal de Alba por el matrimonio (1565) de su hija Brianda (1530-1588) - V condesa de Lerín y Condestable del Reino - con Diego Alvarez de Toledo, VI conde de Alba de Tormes, padres del V duque de Alba de Tormes, Antonio Álvarez de Toledo y de Beaumont (1568-1639). El título de Condestable de Navarra proviene del primer tercio del siglo XV. Se aplica al noble que venía siendo el antiguo Alférez del Reyno y que era el encargado de portar el estandarte real. El Condestable era, por derecho, el primer noble de Navarra, y encabezaba el ‘brazo de los Caballeros’ en las cortes estamentales. La casa de Alba cedió el uso de esta casa en algunos momentos a instituciones de la ciudad. Los obispos de Pamplona la habitan desde 1590 hasta 1740, año en que se trasladan al nuevo palacio episcopal. Entre 1752 y 1760 la ocupa el Ayuntamiento coincidiendo con las obras del nuevo Consistorio. Posteriormente, durante más de un siglo el palacio permaneció vacío hasta que en 1889 el duque de Alba - bisabuelo de la actual duquesa Cayetana - se desprendió de algunas de sus posesiones y entre ellas de su residencia de Pamplona. Al nuevo propietario, Juan Seminario, se debe la importante transformación que sufrió el palacio (1891) tanto en el exterior como en su interior. "Por fuera se eliminaron la esquina y su balcón y se sustituyeron por un chaflán y un mirador. Además, los huecos de ventana de la planta baja se convirtieron en locales comerciales y los correspondientes al segundo piso vieron reducido su tamaño", explicaron los arquitectos Fernando Tabuenca y Jesús Leache, autores de la reciente rehabilitación, en cuyas obras se eliminaron los miradores y el chaflán. Con el paso de los años la planta principal del palacio pasó a convertirse en sede de algunas instituciones como el Centro Aragonés, el Hogar del Productor o Los Amigos del Arte. Mientras, en los bajos comerciales se abrieron diferentes negocios: Tejidos Górriz (de la familia que pasó a ser propietaria del edificio hasta el año 2000), Almacenes Aldapa, Elósegui y, en los últimos años, Almacenes Pamplona (hasta su cierre en marzo de 2000). En el interior hubo también importantes cambios, aunque la mayoría inapreciables desde la calle. "Existen planos del parcelario interior en el que se pueden contar hasta 15 infraviviendas con habitaciones que carecían de ventanas y otras que la compartían con la vivienda colindante. Se construyó un tramo nuevo de escalera para llegar a la parte alta del edificio, se taparon con pintura y escayola los techos de alfarjes policromados originales y hasta se rasgaron huecos de ventana. Los cambios fueron tantos que llegaron a hacer irreconocible el palacio con respecto a sus trazas originales", añade el arquitecto Leache. En 1997 fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento y un año después estuvo a punto de ser derribado tras declararse su estado de ruina. Fue en ese momento cuando el Ayuntamiento de Pamplona entabla los primeros contactos con la propiedad para adquirir el edificio, pero no fue hasta el año 2000 cuando se hizo efectiva la compra, tras dictarse una sentencia que desestimaba los recursos presentados por varios inquilinos. El Consistorio pagó por él 204,8 millones de las antiguas pesetas. En marzo de 2005 comenzaron unas obras presupuestadas inicialmente en 8,4 millones de euros y un plazo de ejecución de 20 meses. El plazo se prolongó finalmente durante 42 meses y el presupuesto se fue incrementando con el paso del tiempo hasta alcanzar los 9,2 millones de euros, en parte debido a la intervención arqueológica que hubo que realizar tras el hallazgo de un cementerio de la etapa visigoda (siglos VI al VIII). * El palacio renacentista de Redín se localiza en el nº 31, en el que vivían a finales del siglo XVI Carlos de Redín y su esposa Isabel de Cruzat, padres de Martín quien fue Gran Maestre de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén y Virrey de Sicilia, y Tiburcio de Redín, militar y misionero. Con el tiempo, el palacio quedó vinculado a los condes de Guendulain. En la escalera imperial del palacio del marqués de la Real Defensa, solar de los Mencos en Tafalla, se conserva un gran lienzo de Tiburcio de Redín. En la década de 1980 fue restaurado con el propósito de servir de sede de la Escuela de Música Joaquín Maya, quedando de su carácter palaciego apenas el escudo de la fachada rodeado de un enmarque muy decorativo, con las armas de los Redín. Debajo del escudo se inscribe una lápida conmemorativa con ocasión del nombramiento de Martín de Redín en 1657 de Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén. El palacio fue reformado en el siglo XVII. * Palacio del marqués de San Miguel de Aguayo o de los condes de Ezpeleta. Se localiza en el nº 65 de la calle Mayor. Se trata de uno de los edificios civiles de época barroca más representativos de Pamplona, construido entre 1709 y 1711 en tiempos del reinado de Felipe V (1700-1748). Ligada al linaje de los Echeverz, oriundo de Berrioplano. El promotor de la misma fue Agustín de Echeverz, primogénito nacido en 1646. En 1662 viajó a Nueva España, donde forjó como militar y casó con una noble y rica hacendada. Volvió a España donde en 1682 tomó el hábito de Santiago y el marquesado de San Miguel de Aguayo, para más tarde hacer lo propio con el título de Alguacil Mayor del reino de Navarra. Tras volver a Indias como gobernador del Nuevo Reino de León, regresó a Pamplona, centrando sus esfuerzos en construir una casa que armonizara con su categoría y la de su familia. En 1698 contrató las obras y en 1709, el tercer marido de su hija contrató la fachada, marchando dos años después a las Indias, en un viaje sin retorno. En 1800 fue adquirido por José de Ezpeleta y Galdeano, que había sido virrey de Nueva Granada y que posteriormente lo sería de Navarra , pasando posteriormente a los marqueses del Amparo, quienes lo transfirieron en 1918 a las religiosas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, quienes todavía regentan el colegio de enseñanza de "las Teresianas". Destaca en el exterior su fachada con un contraste de materiales - sillar almohadillado para el basamento y ladrillo para el plano noble -, contraste también en el formato de los vanos, rejas y balcones en el basamento, balcones en el piso principal y óculos en el ático y contraste en la rejería, simples balaustres torneados para todo el conjunto y enriquecido con un motivo semicircular en el balcón central. Se potencia la parte baja con una entrada ricamente decorada y el sillar almohadillado que le confiere especial atención mientras que el resto del alzado mantiene una línea de mayor sobriedad, a pesar de la abundante rejería y de conservar la carpintería de la época. En el centro se abre una portada barroca realizada en piedra blanca con una exuberante decoración tallada que invade pilastras, entablamento y remate. Su temática es de contenidos alegóricos alusivos a las virtudes y sustrato militar de la familia, sin olvidar la necesidad de una formación intelectual, materializado en la reproducción en el dintel del emblema “non solum armis” (no sólo con las armas) del repertorio de Diego Saavedra Fajardo, prodigándose personajes del ejército con cañones., espadas, trofeos, arreos militares, etc., los que simbolizan los cargos políticos que desempeñó el mentor del palacio Agustín de Echeverz y Subiza, marqués de San Miguel de Aguayo, gobernador y capitán general del Nuevo Reino de León, además de aguacil mayor del Reino de Navarra, título éste que puede tener que ver con la figura de la Justicia que corona el escudo. El blasón con el león rampante y su orla clasicista lo introdujo el conde de Ezpeleta hacia 1800. El lado sur del exterior tiene una amplia solana concebida como una galería de arcos de medio punto. En el interior tiene una escalera imperial que parte de un amplio zaguán para acceder a la planta noble con una tramada, cubriéndose con bóvedas de lunetos que apoyan en cornisas de las que penden placas recortadas y dos pilares centrales con el fuste cajeado. Desemboca la calle Mayor en la PLAZA DE RECOLETAS, un amplio espacio casi cuadrado, abierto a los jardines de la Taconera, que pone en comunicación la parte vieja de la ciudad con el primer Ensanche. La plaza comenzó a urbanizarse en el siglo XVII, partiendo de los terrenos que ocupaban las viejas murallas y cavas del burgo de San Cernin. La plaza está cerrada por el Convento de Agustinas Recoletas al norte y al este por una serie de viviendas entre las que destaca la "Casa de los Capellanes" del convento de Recoletas. Se identifica esta casa de sabor palaciego con los números 2, 4 y 6, de la primera mitad del siglo XVII, hoy convertido el albergue de transeúntes. El patrono del convento, Juan de Ciriza, marqués de Montejaso, repitió parcialmente en la fachada de este palacio las mismas soluciones constructivas y estéticas que mandara emplear en el vecino convento., con los paramentos realizados con sillarejo y verdugadas de ladrillo. En el coronamiento se abre una galería de arquillos, a modo de la arquitectura de la Ribera del Ebro. En esta plaza se encuentra una fuente realizada a finales del siglo XVIII. En la PLAZA DE LA O se encuentra la Basílica de la Virgen de la Esperanza o de la O, pudiéndose ver desde esta plaza también las traseras de los conventos de los PP. Carmelitas y de las Recoletas. Desde allí se accede también al paso superior del Portal Nuevo que conduce a los jardines de la Taconera. En época medieval esta plaza venía a ser el corazón del extremo del burgo de San Cernin - la llamada Pobla Nova del Mercat - y en sus proximidades se abría en la muralla la puerta de Santa Engracia o de Santa Clara. Al final de calle de SAN LORENZO, nº 39, en la confluencia de las calles Santo Andía, Descalzos y Jarauta, se localiza una hornacina en la que se custodia una pequeña imagen de San Lorenzo. La prolongación de la calle de San Lorenzo toma el nombre de calle DESCALZOS en donde se encuentra el Convento de los PP. Carmelitas. Recorre la parte extrema por el lado norte del burgo de San Cernin, limitando casi con el profundo foso natural que defendía esa zona de la ciudad medieval, bajo el cual corre el río Arga. Antiguamente esta calle se llamó Brotería o Carnicerías Viejas. La casa nº 32 mantiene todavía la galería de arquillos del último piso, típica del siglo XVIII. Existe una fuente que cierra la belena y se abre a la calle Eslava. La calle JARAUTA tiene un largo recorrido, partiendo desde la calle Mayor - cerca de la iglesia de San Cernin - y conectando con la de Descalzos y San Lorenzo hacia el oeste, tras hacer un pronunciado quiebro. Hasta el siglo XX se conoció esta calle con distintos nombres, todos relacionados con los pellejeros, gremio que la habitaba principalmente: Peletería, Pelletería, o Pellejerías, entre otros. En 1909 pasó a denominarse Jarauta. En varios de sus inmuebles se conservan bodegas con arcos apuntados. En la Edad Media la familia del cardenal Zalba habitaba en esta calle y más tarde, linajes como los condes de Lerín (concesión navarra de 1424) y duques de Alba (concesión castellana de 1469), condes de Escalante, Fresno, Ayanz, Daoiz, Vessolla, etc. En el nº 2-4 se encuentra la sede del Círculo Tradicionalista, realizada en 1921 con una novedosa interpretación de eclecticismo decimonónico respecto a lo que hacía en la época. Destaca el piso principal con un ventanal de arco rebajado con mascarón en la clave y sendas cerámicas llenas de color representando grifos en las enjutas así como el movimiento que se imprime a las rejerías de las balconadas. Esta casa fue construida para sede del diario "El Pensamiento Navarro", transformándose después en casa de vecinos. En el nº 60 de la calle, esquina Eslava, se ubica una hornacina que alberga una Virgen con el Niño. Desde la calle SANTO DOMINGO (en época medieval, "tierra de nadie" donde se localizaba el barranco) o también desde la calle Jarauta, se accede a una esplanada en donde se encuentra el Museo de Navarra que se localiza en el antiguo Hospital General de Nuestra Señora de la Misericordia, fundado en el siglo XVI y encuadrado dentro de un afán urbanístico renacentista que pretendía dotar a las ciudades de determinados edificios de carácter institucional, entre los que se encontraban los hospitales. Del conjunto hospitalario original, la iglesia es la única construcción que conserva todavía su primitiva fisonomía. En lo que constituye el museo, solo se conserva del antiguo hospital la fachada, de mediados del siglo XVI. La puerta consiste en un arco de triunfo de medio punto con la rosca decorada a base de rosetas y cabezas de querubín, flanqueado por columnas jónicas con el tercio inferior del fuste labrado con grutescos, y estípites antropomorfas extremas. Las columnas sostienen un entablamento que da paso al remate, en el que dos tondos sobre dragones - con rostros que pueden figurar Hebe y Hércules o Venus y Marte - centran el escudo con las armas de Navarra sostenido por dos sátiros, bajo el cual se inscribe la fecha de 1556. En los extremos dos niñotes, que cabalgan sobre animales fantásticos o leones, intentan evitar que los dos personajes mitológicos puedan acercarse a los cuernos de la abundancia y a los recipientes con flores que coronan la fachada, centrada por una calavera alada, símbolo de la muerte. En la parte sur de la calle Mayor se encuentra la calle de la CAMPANA - denominación del siglo XVIII - que comunica aquella con la de Ansoleaga, cerca de la Cámara de Comptos, recorriendo la trasera de la parroquia de San Cernin. Formaba parte del antiguo barrio de las Tecenderías. Algunas casas con fachadas de ladrillo, como las números 8, 10 y 12, pueden datar del siglo XVIII aunque han modificado su aspecto posteriormente. La parroquia de San Cernin separa la calle anterior de la de ANSOLEAGA que comunica la calle de San Saturnino con la plaza de San Francisco. También formaba parte del barrio de Tecenderías, recibiendo el actual nombre del arquitecto en 1917. Se agrupaban en este barrio los tejedores, actividad de la que tomó el nombre. Esta calle recorre la cabecera de la parroquia de San Cernin y en ella se encuentra el Oratorio de San Felipe de Neri y la Cámara de Comptos. * La Cámara de Comptos, del siglo XIII, es el único edificio gótico civil que ha sobrevivido hasta hoy en la ciudad. La Cámara de Comptos de Navarra es el tribunal de cuentas más antiguo de España, constituido en 1365 por una Ordenanza dictada por Carlos II de Navarra Evreux (1332-1349-1387) siguiendo modelos franceses de instituciones dedicadas principalmente al control y rendición de cuentas de quienes recaudaban impuestos en nombre del rey. Estaba integrada por cuatro Oidores Generales de Cuentas que debían ser "hombres bonos e suficientes", y dos clérigos como notarios. En los siglos XIV y XV gozó de una gran importancia y prestigio, pero a partir de 1512 comenzaron los intentos auspiciados por el Virrey de suprimir esta Cámara. Pudo sin embargo seguir funcionando durante los siglos XVI y XVII. Con el inicio de prácticas centralistas en el siglo XVIII, se sucedieron intentos por hacer desaparecer la Cámara. Con la llegada del Trienio Liberal, la Cámara fue suprimida en 1820, restableciéndose de nuevo en 1823. Quedó suprimida por R.D. de 1836, durante la primera guerra carlista. La llamada Ley Paccionada de 1841 confirmó esta supresión. En 1952 inició su actividad docente el Estudio General de Navarra, siendo su primera facultad la de Derecho que quedó instalada en el antiguo edificio de la Cámara de Comptos. Siguió en 1956 el Instituto de Periodismo. A partir de 1962 alojó dependencias de la Institución Príncipe de Viana que desde 1941 había hecho de este edifico su sede. La Cámara de Comptos fue restablecida en 1980 con las funciones básicas de fiscalizar las cuentas y la gestión económica del sector público de Navarra y asesorar al Parlamento en materias económico-financieras. En 1995 la Institución Príncipe de Viana y Dirección General de Cultura del Gobierno de Navarra ocuparon nuevos locales en el antiguo Convento de los Dominicos, recuperando la Cámara de Comptos su antiguo edificio en 1996. La Cámara se ubica en un viejo caserón de la calle Ansoleaga, que ya sirvió como sede de esta institución desde 1524 hasta 1836. Al tiempo de su constitución en 1365 había quedado instalada en una casa alquilada de la rúa Mayor de la Navarrería, que correspondía con las actuales calles Curia y Mercaderes. En el primer tercio del siglo XV estaba instalada en una casa situada detrás de la parroquia de San Cernin, probablemente en las Tecenderías, que se hundió a principios de septiembre de 1449: "cayo la casa real tras San Cernin, do era la Cambra de Comptos". Se instaló entonces en la Torre del Rey que entonces pertenecía a Juan de Beaumont (1419-1487), Gran Prior de la Orden de San Juan de Jerusalén, junto a la muralla exterior del Burgo, no lejos de la casa de Vessolla y de las Escuelas Municipales. En su origen se trata de un edificio gótico tardío del siglo XIII-XIV, con reformas y añadidos posteriores. Está construido en sillar irregular con dos cuerpos yuxtapuestos, uno alargado de dos alturas y el otro a modo de torreón, de tres alturas. Mantiene la portada gótica original, de arco apuntado con doble arquivolta rectangular. Sobre la clave se ha empotrado un escudo real de finales del siglo XVIII con las armas de Navarra y Castilla-León, orlado por el Toisón y decoración de rocalla. Tras la puerta, un pasadizo cubierto por bóveda pétrea de cañón apuntado que termina en un patio, muy transformado. El muro medianil con las casas vecinas se construyó en 1927 con sillares de la Basílica de San Ignacio, aprovechándose también otros elementos en el patio ajardinado - antiguo pozo, una puerta y algunos elementos arqueológicos - procedentes de edificios históricos de Navarra, como la desaparecida ermita de San Nicolás de Sangüesa. En el muro norte del patio se encuentra una inscripción latina que mandó colocar el virrey de Navarra Cardona, en 1601, en el lugar donde cayó herido Ignacio de Loyola en 1521. La calle de SAN FRANCISCO parte de la plaza de San Francisco y llega al final de la calle Mayor, junto a la parroquia de San Lorenzo. Se llamó antiguamente calle de las Ferrerías, pasando en el siglo XIV a llamarse de las Cuchillerías hasta el siglo XIX. Su denominación actual existe al menos desde 1840. La Torre del Rey ocupaba el espacio comprendido entre la plaza de San Francisco y el Convento de las Salesas, torre cuyos datos más antiguos se fechan en 1222, momento a partir del cual mediante compra de solares se va ampliando con construcciones hasta convertirse en una verdadera residencia real. En el siglo XV la Torre fue ocupada por la Cámara de Comptos. En tiempos del Príncipe Carlos de Viana sufrió una segregación siendo vendida una parte de la propiedad a su tío y ayo Juan de Beaumont (1419-1487), Gran Prior de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. El palacio desaparece con la donación que el emperador Carlos V (1500-1518-1556-1558) hace de parte del solar a la orden franciscana para construir su nuevo convento en el primer tercio del siglo XVI, quedando el resto en poder de la familia Cruzat, linaje del que todavía queda el escudo en los portales de las casas nº 1 bis y nº 3. Se trata de dos casas modernas que mantienen los arcos de acceso del siglo XVI, uno de medio punto y apuntado el otro. En el local de "Las Caballerizas" se encuentran algunos vestigios, entre ellos columnas con capiteles que no han sido inventariados. Pudiera corresponder a la antigua entrada del palacio de Vessolla que hasta el siglo XVIII tuvo su entrada por la calle San Francisco, momento en que se construyó un nuevo acceso por la Taconera. La calle ESLAVA comunica la plaza de San Francisco con Descalzos y en la antigüedad fue un paraje o callejón - belena - de uso público. Se ensanchó y urbanizó a partir de 1879, por lo que sus viviendas son de época tardía. La casa nº 1 tiene fachada a la calle Eslava y a la plaza de San Francisco, emergiendo la claravoya del patio de luces. Se observa en la fachada pilastras cajeadas, ménsulas en el alero y balcones y una rica rejería protegiéndolos. Junto a ella se conserva un comercio de instrumentos musicales, "Casa Luna", con ecos modernistas en el trabajo del hierro, madera y adornos de azulejería, donde se ilustran algunos instrumentos de música. La calle NUEVA fue antiguamente un foso que separaba los burgos de San Cernin y de la Población o de San Nicolás. Unía de este a oeste la ciudad, desde la calle San Saturnino hasta la Taconera. El foso perdió su función preventiva tras la convivencia de los burgos iniciada en 1423 con la promulgación del Privilegio de la Unión por Carlos III el Noble (1361–1387–1425). Comenzó a urbanizarse a partir de 1582 bajo la iniciativa del virrey marqués de Almazán, de quien tomaría el nombre inicialmente de "calle Nueva de Almazán". En la casa nº 1, cerca del Ayuntamiento, se ubica una farmacia con una variada y rica decoración con recuerdos mudéjares que también se extienden a los entrelazos que ciñen la hornacina de la Virgen del Camino situada en la esquina de la fachada del edificio. La casa nº 55 conserva en los dos pisos primeros la carpintería del siglo XVIII, con la típica ménsula barroca sobre las hojas del ventanal. La plaza de SAN FRANCISCO surge de la destrucción de la vieja cárcel y de la iglesia de los Franciscanos, a partir de la desamortización de Mendizábal del siglo XIX, aunque no se urbanizó hasta los primeros años del siglo XX. En la plaza se halla el monumento de San Francisco de Asís, inaugurado en 1927, ocupando el lugar que hasta entonces había estado destinado a la "Mari Blanca", que desde entonces se ubica en los jardines de la Taconera. Destacan en esta plaza dos nuevos edificios de esa época: * Las Escuelas Municipales, construidas en 1902 sobre el solar que ocupó el convento de los Franciscanos. Tiene forma de "U" con fachadas a las calle Nueva y Ansoleaga además de la principal que cierra como telón de fondo la plaza de San Francisco. * Frente a las escuelas se alza el edificio de "La Agrícola", inaugurado en 1912 como Gran Hotel. Se trata de uno de los edificios más representativos de Pamplona de la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX. Consta de cinco plantas, cuatro de balcones más una reducida buhardilla. Resuelve las esquinas de forma original, rematadas en unos cupulines cubiertos por pizarra. Se adorna con una variedad y riqueza de motivos en los que juega el cromatismo de los materiales, ladrillo rojo, ocre y piedra de Tafalla, el decorativo mosaico vegetal de remate así como la cubrición de pizarra y teja árabe. No menos ricas resultan las pilastras, ménsulas, herrajes y balaustres pétreos de las amplias balconadas. La calle Nueva termina en la calle TACONERA. Delante de la tapia del Convento de las Salesas se abre un espacio rectangular en cuyo centro se levanta el monumento a la Inmaculada inaugurado en 1954. * En esta calle se ubica el Palacio Vessolla que hasta el siglo XVIII tuvo su entrada por la calle San Francisco, momento en que se construyó un nuevo acceso por la calle Taconera que por entonces se estaba urbanizando. La nueva fachada era de estilo modernista, realizada en 1905, modificándose en sillar en 1940 como se observa actualmente. En ella se impone el sabor clasicista sin ornato, contrastando con la fachada anterior, muy decorativa. Consta de dos cuerpos que apoyan en una planta baja, potenciado el central por el tipo de balconada más compleja y el frontón curvo partido que se emplea como remate. En lo alto y enmarcado por un frontón triangular se alza un complicado escudo rematado por la corona de marqués, correspondiente a los Ayanz y Elío. * Frente al palacio anterior se ubican los palacios del marqués de Echandía y del conde de Espoz y Mina, construidos en el solar que había ocupado desde finales del siglo XVII el convento de San Antón. Estas dos casas-palacio están citadas en la sección del burgo San Nicolás.
calle Zapatería paseo de Sarasate También llamado "La Población", se fundó al sur del burgo de San Cernin en la segunda mitad del siglo XII en tiempos de Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194), adaptándose a una planta rectangular como las "bastidas" recorrida de este a oeste por la antigua calle Mayor - hoy Zapatería - y Zapateria y Ferrería - hoy San Antón -. Paralelas eran las calles Torredonda - hoy San Gregorio - y Tecenderías - hoy San Nicolás -. La rúa Carnicería - hoy Comedias y Pozo Blanco - cruzaba el barrio transversalmente por el este, así como la belena que lo cortaba en el centro, hoy calle San Miguel. Esta estructura medieval nos ha llegado a nuestros días. Aunque solamente los números pares del paseo de Sarasate podrían incluirse en este burgo, todas las edificaciones actualmente existentes han sido clasificadas en este burgo. La calle ZAPATERIA fue la calle Mayor de este barrio, denominándose posteriormente los distintos tramos Salinería y Zapatería, por la torre de sal y la agrupación de zapateros respectivamente. En el siglo XIX se dió a toda la calle el nombre de Zapatería. * Palacio de Mutiloa. Se localiza en el nº 40 de la calle Zapatería y alberga actualmente dependencias municipales. Se trata de una construcción barroca de la primera mitad del siglo XVIII realizada en sillar. Consta de planta baja, dos cuerpos y ático con pequeñas ventanas, separados por una potente cornisa y una hilera de tacos rectangulares. La planta baja contiene dos arcos de medio punto sobre pilastras. Lo barroco se expresa por el rico juego de molduras que incorpora y el variado tratamiento de la piedra que contribuye a enriquecerlo decorativamente y a dotarle de un interesante juego de luces y sombras. El escudo del linaje Mutiloa se localiza en la trasera del palacio que da a la calle Nueva. Frente a este palacio, en la esquina de la casa se sitúa una hornacina que alberga un Cristo Crucificado barroco. Originarios del palacio de Mutilva Alta, se trataba de una familia noble. Señores del palacio de Egües, fueron aumentando sus pertenencias merced a los matrimonios de sus miembros con el palacio de Andueza en el valle de Araiz. Uno de sus miembros, José, hijo del matrimonio formado por Juan José Mutiloa y Margarita de Lodosa y Andueza, buscó su porvenir fuera, estudiando en Salamanca, y posteriormente ocupando cargos importantes en la administración del Estado, llegando al Consejo de la Inquisición y al Consejo de Castilla, el más importante en 1730. En Madrid compatibilizó todo ello con negocios particulares, de la mano de hombres de negocios navarros. Al morir, su herencia favoreció en buen modo a su sobrino Vicente Pedro, entonces cabeza de la familia en Pamplona, y con ello reformó la casa familiar a partir de 1748. * Palacio de Navarro-Tafalla. Se localiza en el nº 50 de la calle. Construido en 1752 por el capitán y comerciante en indias Juan Francisco Navarro Tafalla Adán y Pérez que en 1756 obtuvo su ejecutoria de hidalguía. Este edificio barroco combina el sillar con el ladrillo visto. Consta de un alto basamento de piedra que incluye la entrada y planta baja más dos cuerpos de ladrillo en los que se abren balcones, el último de los cuales da paso a un alero de madera curvo de gran proyección. La portada consiste en un vistoso arco mixtilíneo entre pilastras cajeadas y aletones al que coronan placas de rocalla y un friso de triglifos y rosetas. La rehabilitación que ha sufrido el palacio ha respetado la escalera original, que desarrolla una espectacular escenografía de gusto barroco, con sus dos cuerpos cubiertos por una bóveda poligonal con lunetos, bajo los que se abren ventanas en el cuerpo de linterna. Del centro de la bóveda pende un florón vegetal. Las distintas tramadas de la escalera se cubren con bóveda con lunetos. Nacido en Murillo el Cuende, Juan Francisco Navarro fue a América cruzando el Atlántico en 1722. Allí debió hacer una gran fortuna, relacionada con asuntos de contrabando con piratas ingleses y holandeses, prestando también al parecer ciertos servicios militares en la conducción de caudales y otras actividades. Antes de su regreso a España envió dinero para adquirir diversas propiedades como el castillo de Gorráiz, y una vez en Pamplona obtuvo la ejecutoria de hidalguía en 1756, e incluso un asiento en las Cortes en 1760. La casa de la calle Zapatería fue construida por Martín de Lasorda a partir de 1759, sobre unas propiedades adquiridas en 1752, siguiendo las trazas del arquitecto Vicente de Arizu y Francisco Aguirre. De la fachada destaca la ausencia de las armas de Juan Francisco, ya que probablemente no se atrevió a colocarlas, a causa de las reticencias que profesó hacia él la nobleza tradicional, que se oponía a su elevación social aludiendo que “este empeñado pretendiente, aspira a expensas de su crecido caudal lo que no puede ni corresponde a su nacimiento" y que resultaban ilícitos "los progresos que este pretendiente maquina para elevarse, sin sangre ni méritos dignos al distintivo mayor de la nobleza y honor singular de ser miembro de las Cortes". Tanto la casa nº 45 como la nº 47 son construcciones modernas que repiten la estructura del siglo XVIII, con basamento de piedra y cuerpos de ladrillo con balcones sobre herrajes. A la altura del palacio de Guendulain en la calle Zapatería se abre la plaza del CONSEJO, armoniosamente configurada por los edificios que la conforman, dos de ellos palacios barrocos y realzada por una fuente en el centro. Durante la Edad Media, hasta el siglo XVI, la plaza formó parte del barrio de las Tiendas - también llamado Chiquito -. En el lado norte de la plaza se edificó en el siglo XVI la audiencia del Real Consejo que fue destruido en 1909 para construir el edificio de "la Agrícola". * Casa Urtasun. El lado este de la plaza está ocupado por un palacio del siglo XVIII, cuyos enmarques de balcones corresponden al siglo XIX. Consta de un basamento de piedra más tres cuerpos de ladrillo ocre en los que se abren seis balcones a la plaza más otros en los laterales. La casa fue construida a partir de 1720 por Pedro Urtasun en el solar ocupado por unas casas que había adquirido el año anterior de una capellanía de las Agustinas Recoletas. Pedro Urtasun había nacido en Zubiri en 1663 y fue un prototipo del ascenso social del siglo XVIII. Pronto lo hallamos en Pamplona ejerciendo el oficio de cerero y confitero, participando también de la venta de vino, adelantamientos monetarios y de grano a particulares, haciéndose llamar en las escrituras “mercader”. Vendió el negocio y se dedicó a otras actividades que le reportaron beneficios. Arrendó de manos de Mutiloa la Tesorería General del Reyno y fue arrendando también frutos decimales de diversas abadías, haciéndose con diversas provisiones. Consiguió explotar, por cesión del Regimiento de Eugui, la armería que había en aquella localidad. El escudo de la casa no fue colocado hasta 1759 en que Nicolás Urtasun, nieto de Pedro, obtuvo la ejecutoria de hidalguía. En la actualidad, el edificio se encuentra sensiblemente reformado, aunque ello no le ha privado del carácter palaciego. Frente a este palacio, en el lado oeste de la plaza, una casa del siglo XIX o XX. Ocupando el lado sur de la plaza destaca el palacio de Guendulain. * Palacio del conde de Guendulain. Conocido como palacio de los condes de Guendulain, se trata en realidad de la Casa principal del mayorazgo del marqués de la Real Defensa. Se localiza en el flanco sur de la plaza del Consejo y se encuentra ligada a la familia Eslava de Enériz, nobles indianos que costearon en 1763-1765 parte de la iglesia de la Magdalena de Enériz (merindad de Pamplona). En 1677 contraen matrimonio Gaspar de Eslava y Rafaela Lasaga, gozando el primero del mayorazgo fundado por ésta última, con el dinero indiano de un hermano suyo. De la descendencia destacaron dos varones, el primogénito Martín Francisco, que heredó el mayorazgo, y Sebastián, que entró en el ejército, alcanzando el puesto de virrey de Nueva Granada. Allí sobresalió con la heroica defensa de Cartagena ante los ataques de la flota inglesa de Vernon en 1741, lo que le valió a su heredero (su sobrino) la concesión del marquesado de la Real Defensa. Volvió a la Corte, donde ocupó dignidades de diferente índole, falleciendo en Madrid el año de 1759, sin dejar descendencia directa. Dotó a su hermano y al primogénito del mismo con grandes sumas de dinero indiano, con el que se construyó y exornó el palacio de Pamplona en la década de los cincuenta del siglo XVIII. A su muerte, en 1759, nombró heredero universal a su sobrino Gaspar Eslava, que alcanzó el marquesado Real Defensa un año después y cuyas armas ostenta este palacio barroco. Su primogénita Magdalena Eslava casó con el conde de Guendulain, quedando el palacio vinculado a este título y a la familia Mencos, actualmente Londáiz Mencos. Se trata de un gran bloque horizontal en el que se suceden un alto basamento de piedra que incluye la puerta y entreplanta más dos cuerpos con el paramento enfoscado con imitación de sillar en los que se abren balcones con marcos moldurados con orejetas y un pronunciado alero de madera como remate. La fachada tiene amplias proporciones ofreciendo sobriedad, rota únicamente por la serie de ménsulas con rocalla que soportan los balcones del piso noble, las molduras de los vanos y el blasón policromado del marqués de la Real Defensa que corona la puerta recta de acceso. Es bien conocido el carruaje que se conserva en el zaguán. De autoría desconocida, de estilo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII, es un carruaje de tipo berlina, en el que la caja va suspendida a través de los correones de dos varas rectas que actúan como sistema de unión entre los ejes (en vez de la viga única propia de las carrozas). La caja está colocada sobre las correas de cuero que van desde el travesero de suspensión delantero al travesero de crics trasero, sujetándose en este punto con la ayuda de las cabrias con engranajes. Toda la estructura del carruaje es de madera y hierro, empleándose correas de cuero para las sujeciones. Presenta un tiro doble, constituido por cuatro caballos, agrupados dos a dos y separados por una viga central. No tiene pescante, constituyendo un carruaje a la postillona. Presenta dos gruesas ruedas delanteras y dos grandes ruedas traseras. En él campea el blasón del marqués de la Real Defensa. El palacio ha sido recientemente (2009) convertido en hotel. A partir de la plaza del Concejo la continuación de la calle Zapatería pasa a denominarse calle SAN ANTÓN, por el Convento de San Antón que se instaló en 1580 al final de la calle. La mayor parte de las casas fueron renovadas a finales del siglo XIX y primera mitad del XX. Al final de la calle San Antón se encuentra la casa-palacio del conde de Espoz y Mina al cual queda adosada por el lado de la Taconera la casa del marqués de Echandía, ésta frente al palacio Vessolla. Ambas casas, la de Espoz y Mina y la de Echandía fueron construidas en el solar que había ocupado desde finales del siglo XVI el convento de San Antón. La calle SAN GREGORIO corre paralela a la calle San Antón y se denominaba antiguamente Torre Redonda, por la torre que se situaba en la muralla del barrio al final oeste de la calle. La última casa con fachada también a la plaza de San Nicolás presenta una hornacina en la esquina en la que se venera a San Gregorio, una estatua sedente policromada, que parece de finales del siglo XVI o principios del XVII. La calle San Gregorio desemboca hacia el este en la plaza SAN NICOLÁS en donde se ubica la parroquia de San Nicolás. En el nº 72, frente a la parroquia, se ubica una casa diseñada en 1899 que es la primera en la que se utiliza rasgos modernistas en Pamplona. Sigue a continuación la calle SAN NICOLÁS que en época medieval - hasta el siglo XVIII - se llamó calle de Tecenderías y Tornerías, en virtud de que en esa zona se agrupaban los tejedores y torneros. La mayoría de las casas de esta calle ofrecen fachadas de aspecto tardío producto de la intensa remodelación llevada a cabo en los siglos XIX y XX. En la hornacina de una de las casas se venera la imagen de San Nicolás, un relieve posiblemente del siglo XVII. El antiguo barrio de las Carnicerías corresponde actualmente a las calles POZOBLANCO que conecta la calle Zapatería con la de San Nicolás, y su prolongación, calle Comedias que conecta la anterior con el Paseo de Sarasate. En esta calle se encuentra el pozo de la Salinería. La calle COMEDIAS se llamó antiguamente calle de Tripería por los vendedores de mondongos que en ella se instalaron, denominación a la que sucedió la de Sedería. El nombre de Comedias viene por la casa de comedias que existió desde principios del siglo XVII. La casa nº 9 corresponde a la trasera de casa Colmenares de la plaza del Castillo y remonta al siglo XVIII, como indica el basamento de piedra al que da el arco moldurado entre pilastras cajeadas y al que flanquean ventanas decoradas con gallones y placas recortadas. Sobre la arcada se alza un escudo de la segunda mitad del siglo XVIII. La PLAZA DEL CASTILLO sirvió como "tierra de nadie", de separación entre los tres burgos en los momentos de difícil convivencia. A raíz de la destrucción del burgo de la Navarrería en 1276, el rey Luis I (1289-1305-1316) ordenó al cabildo catedralicio en 1308 que construyera en su defensa un castillo, cuyas obras debieron quedar terminadas en 1310. Se localizaba en la zona de la Bajada de Javier y el palacio Goyeneche, del lado este de la plaza. A raíz de la concesión en 1324 del fuero de Jaca a los vecinos de la Navarrería por Carlos I el Calvo (1294-1322-1328), entre los privilegios que contemplaba estaba el tener mercado los sábados en una amplia zona - la explanada del Chapitel - que se extendía entre la actual plaza del Castillo y el Ayuntamiento. Se documenta que en el siglo XIV se sembraron hierbas y trigo en la plaza. Otra construcción que delimitó esta plaza fue el convento dominico de Predicadores, de mediados del siglo XIII, que hoy se corresponde al Palacio de la Diputación y Archivo de Navarra, extendiéndose las huertas por el paseo de Sarasate y avenida de San Ignacio. En 1514 Fernando el Católico ordenó la demolición del convento para construir en ese lugar el Castillo Nuevo, habiéndose de construir un nuevo monasterio en el extremo de la ciudad, en el solar denominado "el barranco", situado detrás del Ayuntamiento, que entonces se llamaba la "jurería". El castillo de Luis I había quedado sin función defensiva para el burgo de la Navarrería tras la promulgación del Privilegio de la Unión (1423), precisando la nueva dinastía introducida en 1512 una defensa más estratégica contra los intentos de recuperación del trono por parte de la dinastía legítima de los Foix-Grailly-Béarn. Poco más tarde, cuando Felipe II acomete la construcción de la ciudadela a finales del siglo XVI, este todavía moderno castillo quedó sin sentido. En su lugar se levantó a partir de 1597 el convento de Carmelitas descalzas, que permanecieron en el lugar hasta 1836, año de la desamortización que obligó al abandono de los conventos. El convento fue demolido en 1838 y en su lugar se levantó el Teatro Principal (demolido en 1931), más tarde Gayarre, que se inaugura en 1841 y el Palacio Foral. Las viviendas no comenzaron a instalarse hasta mediados del siglo XVII, continuándose el proceso constructivo en el siglo XVIII. Anteriormente había asumido para la ciudad un papel de plaza mayor o espacio de ocio y espectáculos, incluso los taurinos, desde la primera corrida documentada en 1385 en tiempos de Carlos II de Navarra Evreux (1332-1349-1387) hasta que en 1844 se construyó la plaza estable. Así, en 1405, Carlos III el Noble (1361–1387–1425) celebró con justas y torneos la boda de su hija Beatriz (1386–1415), duquesa de Nemours, con Jacques de Bourbon, conde de la Marche. Su arquitectura es de carácter ciudadano y va de la vivienda sencilla del siglo XVIII a la de carácter historicista de los siglos XIX y XX, careciendo de un sentido monumental. El común denominador de los edificios es su estrecha fachada, el empleo del balcón, la utilización de arcadas o bajos porticados y las obras de recrecimiento llevadas a cabo en los siglos XIX y XX. El edificio institucional que suele presidir toda plaza principal, no se construyó sin embargo hasta 1838-1851, el Palacio de Navarra o Diputación, construido en el solar de las Carmelitas descalzas, que compartió con el Teatro Principal. * La casa nº 2, junto al Hotel La Perla, tiene un buen tratamiento de la fachada de sillar, de arquitectura del siglo XVIII, con balcones rectos enmarcados por molduras con orejetas, doble remate de galerías de arcadas y antepechos de hierro sobre tornapuntas. * Palacio Goyeneche. Corresponde al nº 7 de la plaza. Se trata de un gran edificio del siglo XVIII con tres fachadas, siendo anteriormente la principal la de la calle de la Estafeta, por lo que se trató este palacio al recorrer esta calle. La fachada de la plaza del Castillo es de ladrillo pintado y tiene tres alturas con seis vanos en cada una, rectos los tres primeros y de medio punto el del piso alto. Lleva un pronunciado alero de madera, emergiendo la linterna de la escalera que antiguamente llevaba una veleta de hierro. En la parte baja se abre la portada adintelada a la que perfila un baquetón con orejetas, puerta que da paso al zaguán del que parte la escalera de cuatro tramos perpendiculares, cuya caja está cubierta por un cimborrio octogonal a modo de linterna con ventanas y decoración moldurada de yeserías. * La sede del Casino Eslava se emplaza en el nº 16. Es singular, con influencias del "art deco", construido hacia 1931 por el arquitecto Víctor Eusa. La escalera es de disposición helicoidal y peldaños curvos. En el exterior Eusa no sigue su estilo expresivista empleando el ladrillo, consiguiendo una fachada más vanguardista combinando con hormigón y enfoscado y realzando las barandillas metálicas. El exterior se cubre con chapas de cobre con remaches. * En el nº 19 - al sur de la plaza - se localizaba el Banco Central-Hispano, construido en las primeras décadas del siglo XX, que albergó el desaparecido Crédito Navarro, un edificio de carácter institucional. Fue reformado por Víctor Eusa en la década de 1930, buscando lograr cierta simetría con el Palacio de Diputación ya que ambos flanquean el arranque de la avenida de Carlos III el Noble. A la sobriedad y rigurosidad del viejo inmueble incorpora detalles ornamentales como las pilastras gigantes, el placado bajo las balconadas o la torreta y pirámide angulares que quiebran la horizontalidad del edificio. En sus jardines se localizaba el antiguo Archivo de Navarra. * En el lado sur se encuentra también el Palacio de Navarra construido entre 1830 y 1851, con tres fachadas exteriores y otra al jardín del antiguo Archivo General de Navarra. El edificio es de sillar cuadrado y las fachadas norte y oeste que dan a la plaza del Castillo y al paseo de Sarasate están porticadas con arcos de medio punto. Sobre éstos se levantan dos niveles de balcones con emarque recto. En el momento de su construcción, este palacio, con el Teatro Principal, cerraba la plaza, habiéndose abierto ésta más tarde para dar paso a la avenida de Carlos III el Noble hacia el II Ensanche. * La casa nº 30 puede datarse del barroco dieciochesco, aunque se remodeló la fachada en el XIX-XX. El pórtico tiene una triple arcada con dovelaje moldurado y pilastras cajeadas, consistiendo la portada en un arco de medio punto con las dovelas salientes y planas en alternancia. Esta casa Colmenares vierte sobre la calle Comedias, el nº 9, en donde ostenta el escudo. * La "Casa de los Papas" corresponde al nº 38. Construida posiblemente en el siglo XVIII a juzgar por los balcones de hierro corridos que apoyan en tornapuntas de forja. En el siglo XIX se decoró de acuerdo con el gusto clasicista con pinturas de grisallas que reproducen figuras femeninas, masculinas luchando con un león, jarrones y guirnaldas bajo dos pequeños escudos ovales timbrados por yelmo, atribuidos al linaje López de Reta. * La casa nº 43 ocupa el ángulo noroccidental de la plaza, antigua casa de Garbalena cuya construcción comenzó en 1882, donde durante años funcionó el café Kutz. Sobre los soportales de medio punto, trazados al mismo tiempo que el inmueble, se alzan cuatro cuerpos de balcones, de ocho huecos, más un remate abuhardillado. * La casa nº 44 y 44 bis corresponde al actual Casino que preside el flanco norte de la plaza. Fue encargada en 1885 por la entidad bancaria Crédito de Navarro, cuyas iniciales se reproducen en varios lugares de la fachada. Es un compendio de la arquitectura decimonónica, con rico cromatismo y variedad compositiva, así como su estructura de hierro, escasamente representada en Pamplona. La fachada es lineal y simétrica, sucediéndose cuatro cuerpos más ático abuhardillado que apoyan en la zona porticada, con un gran desarrollo horizontal marcado por los doce vanos abiertos en cada piso. La fachada se organiza con un cuerpo central con arcos de medio punto en los balcones y mayor desarrollo en el remate que consiste en un frontón curvo bajo el que se encuentran tres balcones de medio punto que acceden a una balaustrada corrida ocupando todo el edificio. Se alternan los vanos con enmarque circular con los de arco rebajado, los remates en frontón, ya curvo, ya triangular, con los de yeserías y las balaustradas rotundas de mármol con las más gráciles de hierro. Los elementos verticales como las pilastras son de piedra, combinando cromáticamente con los paramentos en ladrillo rojo y pajizo además de los mosaicos que incorpora. En la planta baja, el Café Iruña conserva un ambiente de fin de siglo al igual que el Casino. * La casa nº 45 hace esquina con la calle Chapitela. Fue antiguamente propiedad del Santo Hospital de Pamplona, siendo reedificada entre 1676 y 1680, momento al que puede corresponder la fachada. Presenta tres cuerpos de balcones sobre tornapuntas de hierro y remate con galería de arquillos dobles, modificados en balcones. El edificio ha sido derruido salvando la fachada, encontrándose en proceso de reedificación (2007). * En la plaza del Castillo existió una fuente en el centro de la plaza diseñada por Luis Paret en 1778. Sobre el tronco piramidal de remate asentaba la figura alegórica popularmente conocida como "Mari Blanca". Fue inaugurada en 1800. En 1910 fue sustituida por un quiosco de madera de porte ecléctico desmantelado en 1943 por el actual de piedra. La estatua de "Mari Blanca" se encuentra en la actualidad en los jardines de la Taconera. * El quiosco de la plaza del Castillo es de gusto clasicista, de planta circular con columnas jónicas que sustentan la cúpula rebajada. Se accede al piso superior por un juego de escalinatas con los barrotes abalaustrados que otorgan un efecto barroco clásico. La decoración es escasa limitándose a las palmetas del remate y a los temas de guirnaldas pintados en el interior de la cubierta. En los trabajos de acondicionamiento de un parking subterráneo en la plaza del Castillo, en los primeros años del siglo XXI, aparecieron restos de importante interés arqueológico para el conocimiento de la historia de la ciudad. El PASEO DE SARASATE - también conocido como paseo de Valencia, ya que en él lucía el pasear del Sr. Valencia con sus bellísimas hijas - constituye el otro gran espacio urbano a la vez que lugar de esparcimiento ciudadano. Con la fundación de los burgos de San Cernin y San Nicolás durante el reinado de Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194), en el siglo XII, el terreno que abarca el actual parque de la Taconera, la calle Navas de Tolosa y el paseo de Sarasate, vinculado a las murallas de los dos barrios, se le denominó Taconera. Con la unificación de los burgos en 1423, la ciudad fue construyendo un recinto defensivo común que por la parte occidental discurrió por el paseo de Sarasate, calle Ciudadela, monumento a la Inmaculada, Rincón de la Aduana, San Lorenzo y plaza de la O, muralla que permaneció útil hasta Felipe II (1527-1556-1598), quien la amplió hasta donde hoy vemos sus restos. Desde la Edad Media hasta el siglo XIX, cuando se define el paseo, éste formaba parte de la Taconera. Al construir la Ciudadela en el último tercio del siglo XVI y ampliarse el cinturón amurallado - suprimiendo las murallas medievales - el terreno del actual paseo de Sarasate quedó intramuros aunque no se incorporaría a la trama urbana de la ciudad con la construcción de edificios hasta el siglo XIX. Hasta entonces, su vertiente norte se encontraba delimitada por las traseras de las viviendas cuyo lado sur daban a la calle San Gregorio y cuyo lado este daban a la calle San Miguel. La parcelación de solares para organizar lotes con el fin de que salieran a la venta se comienza en la segunda mitad del siglo XIX. Ello, unido a la aprobación en 1888 del Primer Ensanche de la ciudad, implicará la acotación espacial del paseo de Sarasate, al que se abre una nueva portada en la parroquia de San Nicolás. La arquitectura doméstica del paseo es muy variada debido a la amplia cronología que incluye, desde casas de la segunda mitad de siglo XVIII a finales del siglo XX. Destacan varios edificios, la mayoría de ellos de carácter público institucional, además de la iglesia de San Nicolás y la casa Baleztena. * Palacio de Navarra o de Diputación. Edificio neoclásico institucional de gran sobriedad, solidez y empaque, cierra el lado este del paseo. Hasta 1851 la Diputación del Reino no contó con sede estable. Fue construida en el terreno sobre el que existió el Convento de Carmelitas Descalzas, derruido por la aplicación de las leyes desamortizadoras de los regímenes centralistas liberales. La construcción se llevó a cabo de 1840 a 1851. Fue ampliado en 1929, una vez aprobada la urbanización de la nueva avenida de Carlos III el Noble, con el levantamiento de un nuevo frontis a esta vía. En la fachada del lado del paseo de Sarasate presenta un pórtico que hace las veces de basamento sobre el que se elevan dos pisos de marcada horizontalidad, rota por el cuerpo adelantado en el centro enfatizado por un balcón corrido, con dos niveles organizando un variado ritmo de huecos, diseño recto para los tres balcones flanqueados por hornacinas - con las estatuas de bronce de Sancho III Garcés el Mayor y Sancho VII el Fuerte - y ventanas termas sobre el conjunto, separando los huecos columnas dóricas que dan paso al clásico entablamento de triglifos y metopas así como el gran frontón triangular de remate, en el que originariamente había un sencillo óculo, sustituido en 1951 por el relieve. En él se representa el escudo de Navarra entre dos personajes masculinos que simbolizan al hombre montañés y al ribero unidos para sostener ellos solos, juntos, indiviso el reino de Navarra. Este frontis se corresponde en el interior con el Salón del Trono o del Reino. El palacio se organiza alrededor de un patio central, con soportales de piedra que describen un medio punto. El interior reproduce un ambiente palaciego con mobiliario y objetos decorativos de adorno. La obra pictórica recoge episodios de la historia del Reino de Navarra así como representaciones de sus reyes o personajes célebres. Destaca una serie de seis tapices de Bruselas del siglo XVII, procedentes del antiguo Hospital General de Navarra. Forman parte de la serie que pintó Peter Paul Rubens (1577-1640) sobre los Triunfos de la Iglesia, existiendo una serie similar en el Convento de las Descalzas Reales de Madrid. En ellos se representan La Visita Eucarística, Fides Catholica, Amor Divino, Ecclesiae Triunphus, Víctimas Expiatorias y Muerte del Paganismo. Se conservan en el palacio dos mazas de plata encargadas en 1604, con algunos retoques posteriores, que llevan cincelado el escudo del Reyno. Al siglo XVIII corresponden las tres urnas de plata de votación, labradas en 1675 con gusto barroco, recipientes bulbosos con tapa que se decoran con abundante ornamentación vegetal engarzada con el tema heráldico del Reyno. La capilla fue reformada en 1952, fecha en la cual incorporó un retablo diseñado por el arquitecto Víctor Eusa con restos de la mazonería de dos retablos barrocos de principios del siglo XVIII procedentes de Santa María de Ujué. En las hornacinas mayores figuran las tallas de los patronos de Navarra San Fermín y San Francisco Javier, y en el centro, una réplica de Santa María la Real. El frontal del altar, repujado en plata en 1952, es obsequio de los navarros emigrados a Argentina. En el Salón Isabelino está amueblado con una sillería de estilo isabelino e incorpora tres lienzos reales de la pintura oficial de la época: el de Fernando VII (1824) con uniforme militar y luciendo el Toisón de Oro y las cruces Laureada y de Carlos III, el de Isabel II joven (1846), ambos de Federico Madrazo y el de Isabel II Niña (1835) de Antonio Mª Esquivel, colocada de pie junto al trono, con un bello vestido de encaje y un collar de perlas a juego con los pendientes, llevando el cetro en su mano derecha. La Antesala del Salón de Sesiones está adornada por un vargueño renacentista de hacia 1600 y una colección de cobres flamencos pintados en el siglo XVII que narran escenas bíblicas de la vida de José y sus hermanos. El Salón fue decorado por Gustavo de Maeztu inspirándose en temas alegóricos, históricos y de costumbres relacionados con el Reyno de Navarra. El escudo central se debe a José Mª Sert. Sobre la chimenea central del salón se sitúa un reloj francés del siglo XIX, con una alegoría que representa La Ley Paccionada de 1841. En el Despacho Presidencial destacan: el retrato de Fernando VII de medio cuerpo, pintado por Goya en 1814, y el de sus esposas Mª Isabel de Braganza pintado por Madrazo y Mª Cristina de Borbón pintado por Vicente López. La pared central del despacho está ocupada por un gran tapiz que representa a Sancho VII el Fuerte en la batalla de las Navas de Tolosa, realizado en 1950. El mobiliario del despacho y el artesonado conforman un interesante conjunto de madera tallada. También se exhiben en este despacho un busto de bronce de Julián Gayarre, realizado por el escultor Mariano Benlliure. Complementan la decoración, un reloj inglés del siglo XIX, dos jarrones de Sèvres y un vargueño español del siglo XVIII. En las galerías se encuentran 24 retratos de los monarcas y sus esposas de la dinastía borbónica, iniciando la serie Fernando VI y su esposa Bárbara de Braganza, pintado en 1749, hasta hoy. Muñoz Sola realizó los retratos de los presidentes desde 1940 de la Diputación Foral y Gobierno de Navarra, iniciando la serie el ministro, conde de Rodezno. En una de las galerías se encuentra un tapiz gobelino con las armas de Francia y Navarra, del siglo XVIII. Asimismo, cuelga un cuadro pintado al carboncillo de los miembros de la Diputación Foral en 1983-84, años en que tuvo lugar la protesta popular a favor de los Fueros de Navarra, conocida como Gamazada. Destaca también un retrato de Francisco Espoz y Mina, antiguo guerrillero de la Guerra de la Independencia, con el uniforme de Teniente General y la Cruz Laureada de San Fernando. La obra fue donada a Navarra por la viuda de Espoz y Mina, Juana María de la Vega. Las ventanas interiores del palacio contienen una colección de vidrieras en cristales emplomados que representan los escudos de los municipios de Navarra, realizadas en 1950. Una serie de cuadros de pintores locales (Ciga, Zubiri, Basiano o Salaverría) adorna distintas estancias del palacio. Destaca también un busto-relicario de madera policromada del siglo XVII que representa un papa. * Palacio de Justicia - Audiencia Provincial, actualmente Parlamento o Cortes de Navarra. Realizado en ladrillo rojo y piedra de Tafalla con un planteamiento clasicista, se localiza frente al palacio de Navarra, cerrando el paseo por el lado oeste. Su construcción se enmarca en el desarrollo del Primer Ensanche, habiendo sido redactado el proyecto en 1892. Su carácter institucional obligaba a dotar a este edificio de grandeza y empaque. Cuenta con cuatro fachadas y consta de planta baja más otras dos, confiriendo una disposición de horizontalidad. Lleva un grupo escultórico de remate con dos figuras alegóricas, la Ley y la Justicia. * Casa Baleztena. Se localiza en el nº 2 del paseo y fue construida hacia 1840 para el ganadero navarro Nazario Carriquiri quien vende a la familia Baleztena en 1852, la cual realiza importantes reformas en 1888, incluido un recrecimiento en altura. Consta de un basamento de piedra, tres cuerpos y un amplio ático donde apoya el alero de madera. Cuenta con tres fachadas, la principal abierta al paseo y las laterales a la calle Comedias y plaza del Castillo. Unas pilastras de yeso articulan verticalmente el frontis, ordenando los balcones y ventanas que se enriquecen con antepechos de hierro fundido al que se suman motivos de yeserías, rosetas y ménsulas. La portada es recta, clasicista, enmarcada por columnas jónicas. El interior de la casa conserva el gusto y ambiente señorial de la época. * Banco de España. Se localiza en el ángulo sureste del paseo, cerca del palacio de Navarra, tratándose de un noble y bello edificio institucional construido en 1925 con una fachada clasicista de sillar, con balcones con frontones triangulares, columnas de orden gigante y capitel jónico, además del remate abuhardillado. Su clasicismo tuvo en cuenta el carácter del cercano palacio de Navarra. * Edificio de Correos. Construido en 1921 con un bello exterior de ladrillo realzado por los paramentos de piedra y el gran escudo de la ciudad. En el nº 14, de origen dieciochesco aunque el frontis ha perdido su aspecto primitivo, se ubica una bella hornacina avenerada, de ladrillo, rematada por frontón curvo de arco rebajado, con pilastras cajeadas, donde se aloja una imagen de San José, que sigue modelos barrocos. El paseo se embellece con una serie de iniciativas tomadas desde 1895 para dotarle de adornos y mobiliario urbano. Se colocaron dos estanques en los extremos - actualmente retirados - así como una serie de estatuas de reyes procedentes del Palacio Real de Madrid y que debieron repartirse por varias ciudades de España por estimarse que el peso de tantas estatuas era excesivo para colocarlas sobre el coronamiento del palacio. En primer lugar se colocaron seis estatuas, habiendo sido reemplazadas en 1972 las de Fernando VI y su esposa Bárbara de Braganza, colocando en su lugar las de Felipe III de Navarra Evreux (1306-1329-1343) y la de García V Ramírez el Restaurador (1110-1134-1150), los dos únicos que portan inscripción. Los estanques se completaron con una fuente de hierro colado situada junto a la Diputación, fuente que en la actualidad se encuentra en la zona norte de los jardines de la Taconera. También se colocó en 1929 una alta farola frente a casa Baleztena, de donde pasó en 1958 a la plaza del Vínculo, retirándose de allí en 1965 y volviéndose a colocar otra vez en 1995. El elemento ornamental más emblemático es la estatua de los Fueros, realizada en 1903 según un proyecto de 1893. El ambiente histórico que propició este encargo viene dado por la revuelta institucional y popular de Navarra frente al intento en 1893 del ministro Germán Gamazo - que participó en el “ministerio de notables” en diciembre de 1892 con el ministerio de Hacienda - de suprimir el régimen fiscal foral de Navarra, asimilándolo al general, supresión que no se llegó a aplicar, saliendo Gamazo y su cuñado Maura del gobierno en ocasión de la reactivación de la guerra en Cuba en 1894. El planteamiento de este monumento está en línea con otros que se hicieron por esas fechas en otras ciudades españolas, como el de Colón en Barcelona y Madrid o el de la Inmaculada en Sevilla. Consta de un alto pedestal poligonal con los vértices señalados por cinco columnas - que simbolizan las merindades -, gruesas y cortas como simbolizando las de la cripta de Leire, cuyos capiteles interrumpen la arquería ciega de remate, un cuerpo en forma de templete cúbico con columnas en los ángulos y debajo de ellas cinco monumentales esculturas - la Historia, la Justicia, Autonomía, Paz y Trabajo - y finalmente el fuste con capitel compuesto que soporta la figura clásica femenina con la cabeza coronada - alegoría del Reyno -, un vaciado en bronce. Lleva un pergamino en la mano izquierda que lee y proclama, alegoría de las Libertades de los navarros.
La calle de SANTO DOMINGO permaneció hasta la unificación de los burgos en 1423 como "tierra de nadie" y mantuvo su carácter natural de barranco por el que descendían las aguas de la plaza del Castillo y de la calle Mañueta hasta el río Arga. El burgo de San Cernin aprovechaba su escarpe natural para apoyar su muralla. En este tramo de Santo Domingo existieron dos torreones de la muralla, la torre de la Galea, situada donde están las escaleras que ascienden a la calle Mayor, y la torre de la Rocha, al final de la cuesta, junto a los corralillos. La calle comienza a urbanizarse en el siglo XVI, momento en el que se le conoce como calle de las Descalzas, dado que las religiosas carmelitas ocuparon en un principio una casa en dicha vía, junto al convento de los dominicos. En el siglo XVII pasó a denominarse por el nombre de la Orden de Predicadores que allí permaneció. También en "TIERRA DE NADIE" se construyó el Ayuntamiento - denominado en la documentación medieval Jurería - a partir de la promulgación por Carlos III el Noble del Privilegio de la Unión en 1423. Al promulgar el Privilegio el Rey ordenaba el levantamiento de este edificio en la confluencia de los tres burgos existentes hasta entonces: Navarrería, San Cernin y San Nicolás, poniendo así fin a siglos de rencillas y enfrentamientos entre los vecinos de los burgos. * Ayuntamiento. Una primera "Casa de la Jurería" se construyó entre la torre Galea y el portal del Burgo, en el mismo solar que hoy ocupa el Ayuntamiento. Las obras tardaron en realizarse y su terminación fue posterior a 1487. El actual Consistorio se construyó entre 1753 y 1759 en sustitución del antiguo que amenazaba ruina. En el año 1952 se derribó el inmueble conservando únicamente la fachada y construyéndose una nueva edificación. De este modo desapareció una suntuosa escalera cuya caja se cubría con cúpula sobre linterna. La fachada del edificio tiene un juego arquitectónico de gran riqueza barroca. Consta de tres alturas más ático, cuyos extremos están enmarcados por un frontón curvo partido, en contraposición al triangular que remata el cuerpo del reloj. En la fachada contrasta lo rectilíneo del paramento con el juego de columnas pareadas y exentas de estilos dórico, jónico y corintio, que apoyan en un alto basamento y dividen las balconadas - corrida en el piso central - adornadas en sus barandillas con leones dorados, símbolo municipal de la ciudad. El paso al ático viene dado por una balaustrada de piedra. Los vanos de la fachada se realzan con un amplio repertorio ornamental de hojarasca, temas geométricos, espejos con rocalla, etc. Ya en la parte baja, de estilo barroco tardío, la entrada consiste en un arco de medio punto cajeado y está jalonada por dos figuras alegóricas de piedra sobre altos pedestales - la Prudencia y la Justicia - realizadas en 1754. En la zona de coronamiento de la fachada se alzan dos estatuas de Hércules y en lo alto del conjunto la Fama con el clarín, pregonera de fastos y glorias de la ciudad. La heráldica juega un papel importante, con profusión de empleo del escudo de la ciudad, el león pasante coronado más orla de cadenas, esculpido en piedra sobre la puerta, al que hay que añadir toda una serie realizada en latón que se adhieren a los antepechos de los balcones y el policromado del ático que se contrapone al escudo de Navarra. En el centro del frontón del ático, el popular reloj del siglo XVIII, en el que se detienen todas las miradas en los minutos previos al lanzamiento del “chupinazo”, cohete anunciador de las fiestas de San Fermín. En el zaguán destaca un exuberante escudo de madera policromada con las armas de los Borbones, tallado en 1735, procedente del Real Consejo. En el interior del nuevo edificio destaca su planta noble, donde se encuentra el Salón de Recepciones, el despacho de alcaldía y el Salón de Plenos, este último presidido por un Calvario de marfil adquirido en 1954, en el que Cristo sigue un esquema del siglo XVIII, mientras que San Juan y la Virgen obedecen a una estética del XIX. Los dos muros laterales de este Salón de Plenos los ocupan respectivamente un monumental escudo barroco, procedente como el de la entreplanta del edificio del Real Consejo, y un óleo de Carlos III el Noble, de 1923. Los muros de la escalera principal están decorados por doce lienzos ovales de 1797, que representan a Fernando el Católico y los reyes de España posteriores a 1512 (Carlos I, Felipe II, Felipe III, Felipe V y Carlos II). El Salón de Recepciones es la sala más suntuosa y allí se encuentran cuatro candelabros de 1790 y varios lienzos, entre los que destaca el de San Fermín de escuela madrileña, procedente de los cistercienses de Lazcano, del segundo tercio del siglo XVII. Allí se pueden ver retratos de Isabel II y su esposo Francisco de Asís, Pablo Sarasate y Julián Gayarre, todos ellos del siglo XIX. En la capilla se conserva una cruz de altar de plata, de la segunda mitad del XVI. También se conservan relicarios de San Francisco Javier de la segunda mitad del siglo XVIII, de San Fermín de 1826 y de San Jorge y San Severo. Entre los lienzos que adornan el pasillo de la planta noble destaca otro madrileño de San Fermín de 1687. En el Salón de Plenos merece especial mención una vidriera que conmemora el Privilegio de la Unión. El despacho de alcaldía guarda las siete llaves del antiguo recinto amurallado, una bandera oficial bordada y las tres mazas de plata de la ciudad - una de ellas de 1555 y las otras dos de principios del siglo XIX - que salen en los cortejos procesionales.
El Ayuntamiento consiguió en 1888 la autorización del gobierno para iniciar un "ensanche" en terrenos bajo autoridad del ejército, requiriendo el derribo de los baluartes de San Antón y de la Victoria, así como el rebellín de Santa Teresa, situado entre ambos. Los terrenos más próximos al núcleo urbano, organizados en seis manzanas que bordean las calles Navas de Tolosa, se adjudicaron al Ayuntamiento mientras que el resto, lindante con la Ciudadela y las calles Padre Moret y Yanguas y Miranda se lo quedó el ejército. El estamento militar levantó en su parte nuevos cuarteles e instalaciones y el Ayuntamiento viviendas y algún edificio de carácter público, como el palacio de Justicia y el colegio de las MM. Ursulinas, este último ya derribado. En este ensanche destacan también la casa de la calle General Chinchilla nº 7 - que ocupa la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona -, una muestra del neomudéjar que recuerda un sector de la casa parroquial de San Nicolás; el nº 6 el más interesante ejemplo del Modernismo en Pamplona y el nº 7 de la calle José Alonso. En la calle Navas de Tolosa nº 7 se localiza una casa ocupada por la Cámara de Comercio e Industria de Navarra, construida en 1890, de dos alturas y remate abuhardillado, de gusto ecléctico de la época. Combina el ladrillo rojo con la piedra, utilizando balcones y ventanas alrededor de los cuales se concentran abundancia de palmetas de sabor clásico. Este primer ensanche quedó perfectamente incorporado al casco histórico hasta tal punto que existe cierta tendencia a considerarlo todo como una unidad espacial. En parte de los terrenos militares se ha levantado recientemente un moderno palacio de congresos, exposiciones y convenciones, y auditorio de música, llamado el Baluarte que se sitúa frente a la entrada principal de la Ciudadela rebajando la importancia en la impresión volumétrica de sus murallas.
El primer ensanche no había roto el cinturón de murallas, lo que se propondrá hacer el Segundo Ensanche para permitir una mayor expansión de la ciudad aun a costa de perder su condición de plaza fuerte. El permiso llegó en 1901 imponiéndose un límite en la zona de Argaray y el Fuerte del Príncipe. En 1915 se empezaron a derribar los lienzos de muralla que cerraban el sur de la ciudad, ejecutándose los primeros proyectos constructivos a partir de 1920. Pero no será hasta 1928 cuando se retire el título de "plaza fuerte" y se pueda ampliar la ciudad sin cortapisas de seguridad militar. Con la creación principalmente de la avenida de Carlos III el Noble - así como la calle Olite y la salida hacia la carretera de Zaragoza - se consigue la incorporación del Segundo Ensanche al casco viejo. La avenida Baja Navarra corta este ensanche de este a oeste, con dos plazas que actúan como distribuidoras de circulación, la del Príncipe de Viana y la de Merindades. El Teatro Gayarre es desmontado del lado sur de la plaza del Castillo para abrir la nueva avenida de Carlos III que se proyecta. El desarrollo de este ensanche abarcó de 1920 a 1956, aunque en 1936 la ampliación había llegado solamente hasta la actual Baja Navarra. La plaza porticada del Conde de Rodezno cierra la avenida de Carlos III por el lado sur y está presidida por el Monumento a los Caídos. En el arranque de la avenida de CARLOS III EL NOBLE destaca la fachada del palacio de Navarra, realizada entre 1932 y 1934, que actualmente actual como entrada principal funcional y que respeta el esquema del edificio original. Sobre el friso de triglifos monta un frontón triangular cuya escultura en mármol, encargada en 1932, incorpora una serie de figuras que simbolizan las distintas actividades manuales o espirituales que desarrolla el hombre. El edificio nº 4 de la misma avenida fue construido en 1932 como sede de la Caja de Ahorros de Navarra, actualmente Hacienda Foral. Frente a este edificio se encuentra el Teatro Gayarre , realizado en 1839 en estilo neoclásico, si bien del primitivo edificio que estuvo cerrando la plaza del Castillo sólo queda la fachada, construyéndose el resto en 1928, a raíz de su traslado al actual emplazamiento. Destaca en él su galería adintelada formada por columnas jónicas. A la calle SAN IGNACIO da el edificio donde hasta recientemente se encontraba el Archivo General de Navarra, que ha pasado al antiguo Palacio Real y Episcopal de San Pedro. Construido en 1896, su fachada clasicista armoniza con el adjunto Palacio de Navarra. Contiene una estructura metálica y de hormigón hidráulico revistiendo el sótano para evitar la humedad del terreno y con ello los peligros de pérdida o deterioro del tesoro documental. La fachada tiene ecos de los palacios italianos del Renacimiento, idea que queda realzada con el jardín que se extiende ante ella. Consta horizontalmente de cinco cuerpos, tres de los cuales se adelantan mientras que dos quedan retrasados. Verticalmente se resuelve en dos cuerpos articulados por pilastras de distinto tratamiento. El cuerpo central adelantado se realza por una secuencia de arcos de medio punto y por su coronamiento en frontón, curvo el central y triangular los laterales. Valor simbólico además de decorativo tiene la presencia de unos tondos situados en la faja central que representan los bustos de distintos varones ilustres y personas reales de la historia de Navarra, entre ellos el Príncipe de Viana. La escalera interior tiene también carácter palaciego. En la plaza de las MERINDADES se encuentra el antiguo Gobierno Civil o del Sub-Delegado del Gobierno actualmente. Construido en 1934 representa un buen ejemplo de la arquitectura institucional de la época, basada en postulados herrerianos. * Plaza de toros La primera plaza de toros fija con la que cuenta Pamplona es del año 1844. En esta plaza se celebraron espectáculos hasta el año 1849, cuando se decide derribarla debido al riesgo que suponía para el público su mala arquitectura. Se procedió a la construcción de una nueva plaza de toros, la cual se inauguró en el año 1852, estando situada en la actual Avda. Carlos III el Noble. Durante los primeros año del siglo XX se empieza a demandar la creación de una nueva plaza de toros más moderna y convencional, siendo en el año 1920 cuando se llega a un acuerdo entre Ayuntamiento y Casa de la Misericordia para construir un nuevo coso. Las polémicas surgidas entre ambas instituciones sobre si la nueva plaza debía construirse antes o después de derribar la antigua finalizan el 12 de agosto de 1921, cuando un incendio arrasó la plaza. Comienza así a construirse la nueva y actual plaza de toros de Pamplona, que se inaugurará el 7 de julio de 1922. Fue realizada por el arquitecto Francisco Urcola y contaba con capacidad para 13.600 espectadores. En el año 1942, la mayoría palcos, excepto 32, se convirtieron en galería corrida . Se cerró un vomitorio del tendido uno , y según Del Campo posiblemente dos mas; se suprimieron nueve puertas en el piso de grada y tres en el de palcos, logrando un aumento de 739 localidades. En 1952, se suprimió el tabloncillo de todos los tendidos sustituyéndose por dos filas más consiguiendo 560 nuevas localidades. En el año 1967 se realizó la última reforma que afectará al aforo. Rafael Moneo, con la colaboración del ingeniero Carlos Fernández Casado ganaron el concurso con un anteproyecto funcional y sencillo. La ampliación que consistió en hacer “crecer” a la plaza sobre sí misma convirtiendo el antiguo graderío en una enorme andanada. El aforo quedó fijado en 19.529 localidades. En los años 80 se sustituyó la teja original por una chapa metálica verde, la cual rodea en su parte más alta todo el coso pamplonica. Desde su construcción ha sido gestionada por la Casa de la Misericordia y es mundialmente conocida por su Feria de San Fermín, que se celebra cada año del 7 al 14 de julio aproximadamente, donde el plato fuerte son los encierros que se celebran cada día a las 8 de la mañana. Entre los edificios del Segundo Ensanche merecen especial mención los construidos por el arquitecto Víctor Eusa: * casa Uranga (1922) situada en la avenida San Ignacio nº 12
En la llamada Vuelta de Aranzadi se localiza un hórreo, tratándose del único hórreo que existe en Pamplona. Fue traído de Asturias.
En el parque de la Taconera, o en la entrada del Bosquecillo, se encuentran varios monumentos conmemorativos, un portal y un crucero: * Julián Gayarre (1950) El parque de la Media Luna, que corresponde al Segundo Ensanche, fue diseñado hacia 1939 por el arquitecto Víctor Eusa concibiéndolo como un jardín árabe con alberca, fuentes, setos recortados y rosaleda. Anteriormente, en 1932, se había realizado el muro de contención sobre el río Arga. En el parque se encuentra el monumento a Pablo Sarasate (1959). Otros parques y jardines de Pamplona: parque de la Media Luna, parque de la Vuelta del Castillo y Ciudadela, parque de Yamaguchi, parque de Antoniutti, jardines del campus de la Universidad de Navarra y parque de Tejería, principalmente.
En la ciudadela se encuentra la escultura Odiseo de Jorge Oteiza. En la calle Abejeras se localiza un crucero llamado Cruz Negra, frente a la Misericordia, de mediados del siglo XVIII que sustituye a otra anterior de madera.
Desde 1998 Mendillorri ha sido unido al municipio de Pamplona. Cuenta con un palacio torreado del siglo XV. Fue propiedad del obispo de Pamplona durante la Edad Media, documentándose la construcción de una torre en 1384 en tiempos del reinado de Carlos II (1332-1349-1387). El palacio fue levantado algún tiempo después por Arnalt de Larrasoaña. Se documenta en 1507 el rey Juan de Labrit (+ 1516) refiriéndose a la reedificación de este palacio diciendo que se había hecho de "manera sumptuosa". Construcción en sillarejo y sillar en vanos y esquinas, presenta planta rectangular con dos hermosas torres. Consta el cuerpo principal de dos niveles. La fachada presenta un acceso de arco apuntado, sin centrar, y sobre él doble ventana de arco levemente apuntado. Las torres son dos bloques cúbicos que sobresalen del palacio. Sus muros se ven aligerados con la apertura de algunos vanos, saeteras, ventanas rectas o de doble arco trilobulado y apuntado.
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