Capítulo 16 :   Los empeños de Carlos II de Navarra

5 el levantamiento populista de Etienne Marcel

Un año antes de la batalla de Poitiers, en octubre de 1355, el rey Jean II “le Bon” había reunido la Asamblea de los Tres Estados en París para obtener subsidios de guerra, lo que obtuvo el 2 de diciembre a cambio de promesas formales de llevar a cabo ciertas reformas que pidió Etienne Marcel que se hace así popular en París. Con esta financiación el rey formó el ejército que fue vencido en Poitiers en septiembre de 1356.

El burgués Etienne Marcel - mercader de paños, miembro de la cofradía de Notre-Dame y de los peregrinos de Santiago - había sido nombrado “preboste“ de París en los Estados Generales de 1355. Tenía las facultades de un “alcalde” y desde esta función podía controlar todo el comercio de la capital. Pronto se convertiría en el líder del tercer estado (“Tiers État”) en las reuniones de los Estados Generales en los años 1355 y 1356.

Sin demora tras el desastre de Poitiers, el Delfín Charles reúne los Estados Generales el 17 de octubre de 1356 para tratar de la situación en que se encontraba el país, pero la asamblea - que reúne a más de 800 vocales - se convierte en un proceso contra los consejeros del Rey y en una reivindicación de reformas. El partido de los contestatarios está dirigido por el obispo de Laon, Robert Le Coq, partidario de los derechos dinásticos del rey de Navarra Carlos II, entonces todavía en prisión y cuya liberación se exige con gran empeño desde esta asamblea, exigencia que el Delfín no satisface.

En este año de 1356 se declaran la guerra Pedro IV de Aragón Pedro I el Cruel de Castilla. Ambos reyes solicitan la alianza de Navarra pero el infante Luis de Navarra Evreux, que estaba gobernando en Navarra, supo excusarse y no dio ayuda a ninguno, aunque numerosos caballeros navarros acudieron por su cuenta a la guerra.

Poco después, en diciembre de 1356, estalla una pequeña revuelta en París dirigida por Etienne Marcel contra un proyecto de reforma monetaria del Delfín, conocido como “la mauvaise monnaie” (12)que desembocará en otra revuelta mayor de unas 3.000 personas. Etienne Marcel encuentra como principales aliados a los partidarios de Carlos II de Navarra y al obispo de Laon, pero el rey navarro sigue detenido en prisión.

Unos insignes caballeros navarros, disfrazados de peregrinos, habían fracasado en un primer intento de liberar a su rey de prisión. Lo consiguen finalmente el 9 de noviembre de 1357, esta vez disfrazados de carboneros. ¿Es un hecho histórico la liberación de Carlos II por los nobles navarros o forma parte de una leyenda navarra en la que no figura el apoyo y colaboración que debió de haber prestado Etienne Marcel? (13).

 tras su liberación, el recibimiento que se le otorga
en Amiens y en París es apoteósico
 

la arenga de Carlos II
en Prè-aux-Clercs

En Pré-aux-Clercs, cerca de Saint-Germain en las afueras de París, arenga con gran éxito y elocuencia a unas 10.000 personas convocadas por el preboste de París Etienne Marcel. Expone el rey Carlos (en latín y en romance "oil") sus acusaciones al rey francés, todavía prisionero en Inglaterra, proclamando sus derechos sucesorios a la corona de Francia y alegando la injusta exclusión de su madre Juana al trono de Francia.

 

dinastía capeta
1270-1387

notas:

  • Philippe IV le Bel había casado con la reina de Navarra y condesa palatina de Champagne, Juana I
  • los "reyes malditos": Louis X y Philippe V son también reyes de Navarra. Charles IV lo es también ·de facto"
  • Juana II de Navarra, reina propietaria de Navarra y postergada en el trono de Francia, casa con Philippe de Evreux (Felipe III de Navarra)

Calificó al rey inglés y al francés de “injustos invasores”. Les dijo que quería liberar a Francia de sus tiranos y acusó también a los ministros. El populacho vio en Carlos un salvador. Al finalizar su arenga, los parisinos tomaron el color rojo de la librea de don Carlos en sus gorras. El rey de Navarra incluso consigue abrir las cárceles y libera prisioneros. Ya para entonces Carlos II era una leyenda en Francia. En ocasión del restablecimiento del impuesto sobre la sal en Francia, Carlos II ya se había hecho aladín de los descontentos, atrayéndose un partido popular considerable.

El Delfín Charles estaba de vuelta en París, lo que hizo tan pronto como supo que Carlos de Navarra había sido liberado. Etienne Marcel y numerosos mercaderes acuden al palacio y le obligan a conceder a don Carlos cuanto pida. Llegan a amenazarle:

“Señor contentad en todo al rey de Navarra,
y sea de bien á bien,
por que así conviene”

Carlos II de Navarra ejerce presión sobre el Delfín utilizando siempre la intermediación de sus lugartenientes Pocquigny y Robert Le Coq, obispo de Laon. Carlos es nombrado “capitán de París”. Se le ofrece un palacio en París - la torre de Nesle -, se declara injusta la muerte de sus fieles caballeros normandos en Rouen, se aprueba la restitución de todas las plazas que poseía en Normandía antes de ser hecho prisionero y se concede un perdón general. Incluso se pide que se haga justicia en la pretensión de Carlos de Navarra de recuperar los condados de Champagne y de Brie que el Parlamento de París había arrebatado a su madre Juana y una fuertísima indemnización de 100.000 escudos al contado para cubrir sus gastos de guerra.

Llegan entonces malas noticias de Londres. El rey Jean II “le Bon” cautivo no puede pagar el rescate exigido en Londres y firma en enero de 1358 un tratado por el que está dispuesto a entregar a los ingleses la mitad del territorio de Francia sin dependencia feudal de vasallaje.

Coincidía esto con que el pueblo estaba enardecido de cólera porque el Delfín había hecho arrestar dentro de una iglesia a un platero llamado Mace, que había asesinado al impopular tesorero de Francia Juan Ballet. Allí mismo fue ahorcado a las puertas de la iglesia. Hubo una conmoción popular e intervino el Obispo por haberse violado la inmunidad eclesiástica. La conmoción torna en revuelta y ésta en un levantamiento general contra el Delfín. Fue el 22 de febrero de 1358. Oportunamente Etienne Marcel acapara entonces el poder. El Delfín tiene 19 años y trata de oponerse a Marcel quien entra en el palacio de Louvre con algunos de sus partidarios y penetra en la cámara real. Allí, delante de un Delfín horrorizado, ejecutan cruelmente a sus consejeros Robert Clermont y Jean de Conflans, mariscales de Champagne y de Normandía respectivamente, y humillan al Delfín colocando en su cabeza - “para protegerlo “ - la caperuza azul roja que había adoptado el pueblo como insignia del levantamiento de París con los colores de Carlos II (14).

Consigue Etienne Marcel que el Delfín otorgue una ordenanza introduciendo un cierto control del gobierno real por parte de los Estados. Entre otras medidas, los nobles ya no podrían quedar dispensados del pago de impuestos y debían abandonar la potestad que tenían de requisar bienes. Etienne Marcel refuerza las fortificaciones de París y organiza la ciudad según modelos de ciudades flamencas o italianas. Es un conflicto entre la burguesía y la realeza que aprovechará más tarde Carlos II de Navarra.

Marcel se alía con los “jacques”, los campesinos en revuelta y parte en provincias para contagiar el levantamiento a otras regiones de Francia. Aprovechando la ausencia de Etienne Marcel, el Delfín después de conseguir del parlamento de París el 14 de marzo algún dinero y tomar el título de Regente, abandona París considerando la ciudad perdida para su causa y se dirige a Compiègne. Se alía rápidamente el Delfín con los burgueses de Picardía, Artois y Champagne y llega a bloquear la ciudad de París. La burguesía de París se une a su causa, mientras que el pueblo está irritado y desorientado. Por un lado, Marcel se alía con los “jacques” en revuelta en Beauvais y con Carlos II de Navarra. Y por otro lado, Carlos se pone al frente de la represión contra los “jacques” que los aplastará el 10 de junio de 1358.

Marcel Etienne comprende que la lucha se va a librar entre el Delfín y Carlos de Navarra. Ve que su popularidad está en baja y concibe planes para que Carlos, a quien considera un “rupturista” conveniente, asuma la corona a condición de que acepte las reformas que se habían prometido (15).

El Delfín es tenaz y se acerca a París con una numerosa tropa de 30.000 hombres. Tras la represión de los “jacques", Carlos II viene con 6.000 navarros, normandos, ingleses y franceses a París a proteger su ciudad contra el Delfín. Pero, al evaluar las fuerzas de su rival que está en las puertas de la ciudad y la mala defensa de ésta, abandona París dejando el pueblo a su suerte. Finalmente se entiende con el Delfín y obtiene 10.000 libras de renta anual y 400.000 escudos, a recibir en cuatro años.

En la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1358, Etienne Marcel es asesinado con un golpe de hacha en la cabeza por Jean Maillard - un regidor municipal - en la puerta de Saint-Martin de París. La ciudad se somete al Delfín bajo promesa de amnistía. Pero cuando el Delfín permite que las casas de los partidarios de Carlos sean saqueadas matando a sus dueños y ejecuta a los partidarios del rey de Navarra, éste declara de nuevo la guerra al Delfín. El canciller de Navarra, Tomas de Ladit, que se hallaba prisionero en París - y bajo la protección del Papa como eclesiástico - es asesinado y lanzado al río Sena. Las luchas entre el Delfín Charles y el rey de Navarra se hacen ahora encarnizadas en numerosas plazas fuertes. Carlos II consigue tomar casi todas las plazas de la región de París (Ile-de-France), quedando la capital prácticamente bloqueada.

En una de sus acciones, el Delfín asedió en 1358 la plaza de Melun donde se encontraba su hermana la reina de Navarra Jeanne de Valois protegida por tropas navarras e inglesas. La plaza capituló el 18 de junio de 1359 permitiendo el Delfín evacuar a la Reina. Fue en esta campaña donde se distinguió por primera vez Bertrand du Guesclin que llamó la atención del Delfín por su valentía y arrojo. Algunos años más tarde, el 2 de octubre de 1370, sería nombrado Condestable de Francia. Poco después, Carlos II recuperaría esta plaza.

Por entonces el rey Jean II “le Bon”, cansado de su cautiverio en Londres, había negociado con Edward III otorgándole concesiones considerables. El 24 de marzo de 1359 firma un segundo tratado (el primero lo había hecho en enero de 1358), pero su hijo el Delfín reúne los Estados Generales el 13 de mayo y un mes después, el 25 de junio, rechazan éstos por inaceptable tales proyectos preparados desde Londres. Se declaran en favor de tomar otra vez las armas contra los ingleses, pero haciendo antes la paz con el rey de Navarra. Carlos II se adelantó a estos acuerdos de paz. Viendo que Francia llegaría a hacer la paz con Inglaterra para liberar a su rey de Londres y que su posición sería entonces insostenible, tomó la iniciativa y propuso una paz al Delfín, asegurándose no obstante conservar las plazas que poseía antes de la guerra y obteniendo una amnistía para sus partidarios. Lo que consiguió. Cuando el rey Jean II supo en Londres que su hijo el Delfín llegaba a acuerdos con el poco fiable Carlos de Navarra, exclamó - según traducción de la época registrada por Yanguas y Miranda -:

“ ¡Ha buen hijo, buen hijo, tu te fias del Navarro
que á ciento como tu los puede vender en un mercado¡”

Edward III endurece la prisión de Jean le Bon encerrándole en la Torre de Londres y vuelve a invadir Francia en 1360 desembarcando en Calais con un imponente ejército. Carlos de Navarra piensa con oportunismo que nadie podrá contra ese ejército inglés y abandona los acuerdos de paz con el Delfín para iniciar nuevas campañas de guerra, tomando varias plazas en Normandía. Edward III se dirige a Reims con idea de hacerse coronar rey de Francia. Pero fracasa en su intento de entrar en la ciudad. También fracasa en las puertas de París donde se encuentra en una situación delicada pues las necesidades de intendencia para su ejército son difíciles de resolver. Opta finalmente por pasar el verano en la región del río Loire en donde su ejército afronta un horrible temporal con inundaciones sufriendo numerosas bajas de hombres y caballos. El rey inglés decide entonces renunciar a los acuerdos de Londres con Jean II “le Bon” y concertar la paz en Brétigny - entre Chartres y París -, llegándose a definir los términos en siete días. Los preliminares se firman el 8 de mayo, siendo el tratado ratificado en Calais el 24 de octubre de 1360. Carlos II se ha quedado en el aire ante estos acontecimientos, pero consigue que sus acuerdos con el Delfín se incorporen a los de Bretigny.

Jean le Bon entra en París tras su liberación 

Los ingleses declaran libre al rey de Francia el 24 de octubre de 1360. Jean II es liberado contra la promesa de pago de un alto rescate de tres millones de escudos de oro, que nunca pagará, quedando como rehén en Londres su hijo Louis, duque de Anjou, juntamente con otros señores hasta que quede saldado el pago del rescate. Jean II es conducido por los ingleses a Calais a donde acude su hijo el Delfín y Carlos II de Navarra quien en esa ocasión le rinde vasallaje. El 13 de diciembre llega el rey de Francia a París. 

Edward III renuncia entonces a la corona de Francia y a la utilización de flores de lis en sus armas, pero obtiene como contrapartida grandes territorios con gran autonomía respecto a la corona de Francia. Ya no será vasallo del rey de Francia. Las provincias de Poitou, Limousin y Périgord se añaden al ducado de Guyenne (16). Se confirman posesiones que el inglés ya detentaba como la Saintonghe en el norte, además de Ponthieu, obteniendo también la Picardía y la confirmación de Calais. Los ingleses habían conseguido restablecer sus dominios, sin vasallaje, aproximadamente en las mismas fronteras que existieron antes de las conquistas de Philippe II Auguste a principios del siglo XIII. Lo cierto es que al final Charles V no respetó las clausulas del tratado. Hasta su muerte en 1380, Charles V luchará enérgicamente contra los ingleses, contra el rey de Navarra e incluso contra sus hermanos - que disfrutaban de feudos en “apanage” - persiguiendo siempre defender y ensanchar las posesiones reales.