Capítulo 16 :   Los empeños de Carlos II de Navarra

3 Carlos II ambiciona la corona de Francia

A pesar del tratado de Mantes la enemistad que se ha creado entre los reyes de Francia y de Navarra es manifiesta y hará que Carlos II busque en adelante una alianza con los ingleses, enemigos de la dinastía de los Capetos. Los logros conseguidos por Carlos II en el tratado de Mantes le animan a conspirar contra Jean le Bon. En 1354 viene el Rey a Navarra para negociar más discretamente su alianza con sus vecinos los ingleses de Aquitania. También envía embajadores a su cuñado Pedro IV de Aragón para que se una con los ingleses contra Francia, lo que no hará el rey aragonés prefiriendo conservar su buena amistad con el rey Jean II “le Bon”. En la primavera de 1355 se embarca Carlos II en Bayona de vuelta a Normandía.

 

posesiones de Carlos II de Navarra
h. 1350

Los territorios que Carlos II había heredado en Normandía de su padre Felipe III de Evreux y algunos más que obtuvo por el tratado de Mantes, eran una baza codiciada que permitiría al rey de Inglaterra tener un pie seguro, además de en Aquitania, en la zona norte costera de Francia. En particular por su valor estratégico, el puerto de la villa de Cherburgo, en el Cotentin normando. Esta plaza había formado parte de la dote de la princesa Jeanne de Francia al casar con Carlos II de Navarra en 1353 y constituía una baza bélica de primer orden que necesitaban los ingleses.

 

 

Carlos II sabe que tiene derechos sucesorios a la corona de Francia de mejor grado que los de Edward III. Cuando el rey inglés se declara en 1337 “rey de Inglaterra y de Francia”, el infante Carlos de Navarra Evreux tenía solamente 5 años y la reina de Navarra era su madre Juana II. Cuando en 1354 asesina al condestable Carlos de España, el infante es ya rey de Navarra y tiene 22 años. Muy astutamente no reivindica entonces el trono de Francia. Edward III lo había hecho 17 años antes y disponía de un ejército - con los famosos arqueros de su hijo el “Príncipe Negro” - que podía derrotar al francés.

La estrategia de Carlos II consiste en aliarse con los ingleses y apoyar - aunque no de forma abierta - las pretensiones inglesas al trono francés con la esperanza muy bien fundada de que si aquellos derrocaban a los Valois, los franceses nunca tomarían como rey a un extranjero, rey de otro país. Eso sería aceptar una dominación extranjera. En cambio él es rey de Navarra - que los franceses ven como parte del reino desde los tiempos de Philippe IV “le Bel” - y francés de sangre capeta por los cuatro costados, es el primer príncipe de Francia. Él no tendría los inconvenientes del rey inglés para hacerse otorgar la corona por los franceses. El rey Edward no ignora sin duda el pensamiento de Carlos pero le interesa proporcionarle ayuda - siempre limitada, corta y nunca suficiente - manteniéndolo en tablas con el rey de Francia y deseando que los conflictos y hostilidades se sucedieran durante un largo tiempo.

Las inconsecuencias que han observado muchos historiadores en las conductas del rey de Navarra - sus conductas ambivalentes - eran sin duda el resultado de la difícil posición en que se encontraba el Rey en esta trama, más que deberse a la violencia de su temperamento o a ligerezas de su carácter como se ha opinado. Como también serán conductas inconsecuentes las que tendrá Carlos II cuando se coloque más tarde en medio del conflicto entre los medio hermanos Pedro el Cruel y Enrique de Trastamara, o entre los aragoneses y los castellanos, tratando de ganar ventajas de quienquiera que saliera vencedor en las contiendas. Un rey astuto y valiente que siempre emprendía vías y caminos tortuosos, de difícil cálculo y llegada y con peligros para su corona.

Viendo la predisposición favorable de los ingleses, el rey Carlos toma iniciativas de guerra. Deja como gobernador en Navarra a Sire Guinchart de Ayarce y en la primavera de 1355 embarca en Bayona, a lo que se prestan de buen grado los ingleses que dominaban la ciudad costera desde los tiempos de Alienor de Aquitania (7), y con unos 10.000 hombres levantados en Navarra y barcos fletados en Fuenterrabía se presenta en el mes de agosto en su puerto de mar y plaza fuerte de Cherburgo en Normandía. Pacifica su feudo de Evreux que había sido recorrido y molestado por su suegro Jean II le Bon y toma Conches, una de las plazas que le había arrebatado éste.

Fue en esta época cuando Jean II “le Bon” estableció un impuesto impopular sobre la sal que ya había inaugurado su padre Philippe VI de Valois (8).Carlos II de Navarra se constituyó entonces en defensor de los descontentos y supo labrarse así una reputación “populista” en Francia que le permitiría más tarde alzarse como líder de los “descontentos” de París a quienes había movilizado Etienne Marcel.

Entretanto, el Príncipe de Gales y su hermano Juan de Gante, duque de Lancaster (9), preparan dos escuadras dispuestas a intervenir contra el rey de Francia y en ayuda del rey navarro que había iniciado correrías y saqueos en las tierras de su suegro el Rey.

Jean “le Bon” es cada día más impopular en su reino, contribuyendo notablemente a ello el restablecimiento del citado impuesto sobre la sal, y comprende la seria amenaza de su yerno Carlos II de Navarra aliado ahora de los ingleses, por lo que no duda en volver a los tratados que siempre al final quedarán incumplidos.