Capítulo 16 :   Los empeños de Carlos II de Navarra

11 batalla de Aleson-Nájera. Pedro el Cruel recupera el trono de Castilla

Si Enrique de Trastamara vence en la contienda, Carlos II podrá al menos conservar su reino, habría pensado en su fingido cautiverio de Tudela. Si el ganador resultara ser Pedro el Cruel con la ayuda del Príncipe Negro, Navarra extendería su territorio recibiendo además una fuerte suma de dinero. Así, con las apuestas bien cubiertas, queda en su fingido cautiverio a la espera de acontecimientos.

Martín Enríquez de Lacarra toma el lugar de su rey para conducir a sus aliados de St.-Emilion al lugar del combate. El ejército inglés pasa por Irurzun, Alsasua, Salvatierra y Vitoria. En Logroño hay una primera toma de contacto con las tropas del de Trastamara. Vira entonces el ejército hacia Santa Cruz del Campezo, Viana y de nuevo viene hacia Logroño que seguía mostrando lealtad a Pedro el Cruel.


Al alba del 3 de marzo de 1367, en las llanuras de Aleson, cerca del camino de Santiago entre Navarrete y Nájera, tendrá lugar la batalla donde se lucen los famosos arqueros del Príncipe Negro - como lo habían hecho antes en las batallas en suelo francés - que inclinan el resultado a su favor. Pedro el Cruel quiere que maten a Duguesclin humillado y arrinconado junto a una tapia, pero el Príncipe Negro decide tomar prisionero a tan valiente caballero que le entrega su espada (27). En la primera carga, el infante Tello Alfonso de Castilla, señor de Castañeda, de Aguilar de Campo y de Vizcaya - hermano de Enrique de Trastamara - había preferido huir. Duguesclin es conducido a Burdeos.

Huye también Enrique de Trastamara, quedando prisionero su hermano Sancho y su hermanastro Alfonso Enríquez. El aragonés Pedro de Luna - el que luego será elegido como papa Benedicto XIII de Avignon - acompaña caballerosamente a Enrique de Trastamara por Somport a Francia y allí le recibe Gaston III Febus de Foix-Bearn - su adversario en Nájera - con la misma caballerosidad debida al vencido que con cortesía bearnesa le facilita el paso a Toulouse.

En vista de la victoria, es el momento que hemos visto antes para que el rey de Navarra se ausente de Olivier de Mauny con una falsa promesa de pago de rescate.

El Príncipe Negro eleva a Pedro el Cruel al trono de Castilla el 28 de septiembre 1367. Convencido de que Pedro no cumplirá los compromisos pactados en Saint-Emilion y descontento con las terribles venganzas que lleva a cabo tras recuperar el trono de Castilla, el Príncipe Negro - quizá también debido al comienzo de su enfermedad - vuelve a Gascuña. El rey de Navarra recibe en su reino con grandes fastos al Príncipe y le acompaña con guardia de honor a San Juan de Pie de Puerto, mientras que una parte de sus tropas se entrega al saqueo para acumular botín de guerra en algunos pueblos, como Valtierra. Edward y Carlos deciden mantener su alianza incluyendo todavía a Pedro el Cruel, a pesar de ir éste faltando a sus promesas, ya que Enrique de Trastamara se encuentra preparando un nuevo ejército en Francia con la ayuda de su enemigo común Charles V, ejército que ya tendrá dispuesto en 1368.

A pesar de las reticencias de Pedro el Cruel, el rey de Navarra decide ejecutar los acuerdos de Libourne-Saint Emilion y planta su estandarte real en Vitoria, Salvatierra, Sª Cruz de Campezo, Logroño... (28) y otras plazas, acompañándole Arnalt Lup, señor de Luxa quien le ayuda a financiar económicamente la campaña. Todo parecía terminado y para bien del rey de Navarra que había conseguido extender su territorio. Sus intrigas, sus alianzas, sus simulacros, todo parecía haber tenido éxito.

Pero inesperadamente, antes de lo previsto, Enrique de Trastamara deja Toulouse y cruza los Pirineos de vuelta a Castilla. Otra vez, Calahorra, Burgos, León..., todas las ciudades le abren las puertas. Se repite la misma historia anterior. Duguesclin vuelve también de Francia tras haber sido liberado de Burdeos con el rescate pagado (29) y se une a Enrique de Trastamara en Orgaz.