Capítulo 7 :   Navarra en el siglo X

7 la lengua romance en Navarra

En Navarra se ha documentado profusamente en la Edad Media un dialecto románico autóctono, una lengua romance surgida de la evolución del latín vulgar que se conoce con el nombre de "dialecto navarro o romance navarro". Es en el siglo X cuando se escriben en el monasterio de San Millán de Suso glosarios y textos manuscritos - algunos glosados - por los que se puede conocer la lengua romance entonces utilizada como medio de comunicación entre la población de esa zona, hoy riojana, o de las zonas probablemente cercanas al monasterio, de donde provenían los monjes copistas.

En la Alta Edad Media habían convivido en Navarra hablas vascuences y el romance. El vascuence había sobrevivido a una romanización incompleta y era la forma de expresión hablada - no escrita - posiblemente de una mayoría de la población rural. El latín, en su versión clásica o culta, había muerto como lengua hablada con las invasiones germánicas del siglo V, aunque pervivió como lengua escrita hasta el siglo IX. Pero cuando se abandona el latín, el vacío entonces creado no lo ocupa en Navarra el vascuence - un "habla" por no ser una lengua "escrita" -  sino variedades de romance navarro que se convierten en lengua documental.

Al estudiar los diferentes dialectos peninsulares ha sido tradicional en los investigadores y linguistas la identificación del romance navarro con el aragonés, razón por la que se ha generalizado la denominación de romance "navarroaragonés", que sigue vigente hoy día y que supone una modalidad lingüística común, extendida a lo largo del territorio de Aragón y de Navarra. Existen razones históricas para creer que tal identificación de lenguas romances ocurrió verdaderamente en Navarra y Aragón. Y en ello cabría distinguir dos períodos diferenciados. En los siglos X y XI, en la época de máxima irradiación cultural de San Millán de Suso, es más legítimo pensar en la existencia de un romance navarro - que deberíamos llamar "navarroriojano" “navarro-najerino” - que sin duda debió marcar una influencia en el condado de Aragón bajo dominio entonces de los reyes de Pamplona y Nájera. Sin embargo, a partir del desastre de Peñalén en el año 1076 la influencia de las lenguas romance debió ser la inversa: probablemente de Aragón hacia Navarra. Pero en cualquier caso, es un hecho que la historia de Aragón, Navarra y La Rioja se forjó en común en los siglos X y XI, por lo que resultará inútil tratar de hacer deslindes precisos en las respectivas variedades dialectales de esos territorios. En cualquier caso, no existía entonces el concepto territorial y cohesionado de los reinos y siendo los métodos de comunicación social precarios, debe suponerse que las variaciones dialectales serían notables de una población a otra, incluso estando cercanas.

El romance en Navarra tuvo dos versiones. En primer lugar el "occitano" ultrapirenaico del mediodía francés con raíces lejanas provenientes de la presencia carolingia en los Pirineos navarro-aragoneses y más tarde aportado por los inmigrantes que se instalan en Navarra. Y en segundo lugar el "autóctono" del que existe constancia desde el siglo X en las zonas más romanizadas del Reyno, Nájera y Suso, Sangüesa y Leyre. Este romance fue suplantando al latín como lengua de cultura y es precisamente en romance navarro en que está escrita la mayor parte de la documentación a partir del siglo XIII, como señala Pérez Salazar.

Fue el romance navarro la lengua que, a partir del siglo xiii y especialmente del xiv sería predominante en la corte y en la cancillería real, y en la que estarían escritos una gran parte de la documentación de la realeza navarra. Incluso pasando a ser identificado ya desde 1329 como la lengua oficial del reino siendo designada en la documentación como lengoage de Navarra o idiomate terre Navarre. De manera singular, tanto el Fuero General de Navarra, obra cumbre del derecho privado navarro medieval, como sus amejoramientos, están escritos en romance navarro.

También habría que mencionar otras lenguas de carácter minoritario como el "francés" (lengua de "oil"), ligado sobre todo a la corte de determinados reyes o dinastías de origen francés establecidas en Navarra a partir del siglo XIII. Y las lenguas de los núcleos de mozárabes, árabes y judíos.

Si el vascuence se conoce y practica en la Corte de Navarra por lo menos hasta el reinado de Sancho III Garcés el Mayor (1004-1035) y con alguna probabilidad incluso hasta el regicidio de Peñalén en 1076, la dinastía aragonesa que entonces asume la corona navarra (su titular es todavía llamado "rey de los pamploneses"), debió usar ya el romance.

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