Capítulo 16 :   Los empeños de Carlos II de Navarra

8 Carlos II en las disputas fratricidas por el trono de Castilla

Las cosas se complican para Pedro el Cruel cuando el rey de Francia decide ayudar al aragonés, enviando tropas con 3.000 caballos al mando de un hermano bastardo consanguíneo del propio rey Pedro, Enrique de Trastamara.

Esta complicada trama debía ser del gusto del rey Carlos II de Navarra. Ahora, además de una lucha entre dos reinos, empieza otra fratricida esta vez por el trono mismo de Castilla. Carlos de Navarra está decidido a ser actor en todo esto y acude a Sos, cerca de la frontera en Aragón, donde se entrevista con su cuñado el rey Pedro IV, con Enrique de Trastamara y con el legado del Papa. Poco se avanza en estas complejas reuniones a varias bandas - en las que Carlos II incluso considera la propuesta que le había sugerido Pedro el Cruel de asesinar a Enrique de Trastamara y quizá lo hubiera hecho de no haber traído éste 800 caballeros para guardar sus espaldas - en las que Carlos consiguió al menos colocarse de mediador entre los reyes de Aragón y de Castilla, lo que no produjo resultados.

No ocurren entretanto grandes acontecimientos en Francia. Jean II “le Bon” sigue reinando en Francia, tiene pocas molestias de los ingleses, pero no puede controlar las correrías devastadoras de los soldados licenciados que se han quedado sin “empleo de guerra”, correrías en las que también participan numerosos navarros por la misma razón. Son conocidos en Francia como “les tard venus” (“tardevenidos”), por haber actuado en un momento en que Francia padecía hambrunas por las pestes y las guerras y había poco botín que hacer en las correrías. También se les conocía como los hombres de las “grandes compagnies”. Tendrá esto consecuencias en la Península pues, queriendo el Delfín pacificar su país, acabará encontrando “empleo” a muchos de estos “tardevenidos” que serán organizados en las “compañías blancas” por el temible Bertrand du Guesclin y enviados al sur de los Pirineos para ayudar más tarde a Enrique de Trastamara en su lucha fratricida contra Pedro I el Cruel.

La trama sigue complicándose. Calculando con intriga que la lucha fratricida debilitará en cualquier caso a Castilla, Carlos II y su cuñado el rey de Aragón, Pedro IV el Ceremonioso, acuerdan en Uncastillo una liga secreta (21) para repartirse Castilla (incluso quizá también Francia llegado el caso) si llegaran a conquistarla. Carlos II se encarga de la tarea de apoderarse de su propio aliado castellano Pedro el Cruel y en caso de conseguirlo recibiría no solamente los territorios de sus antepasados en Burgos y toda la Bureba y la Vieja Castilla de las Merindades - desde los montes de Oca hasta el mar comprendiendo Álava y Guipúzcoa - sino además Soria y Ágreda. Se incluían además otras numerosas plazas en Aragón, entre otras Jaca, Sos, Uncastillo, Ejea, Tiermas, sin contar con sus ambiciones en el vecino país de Francia, además del ducado de Borgoña. El resto de Castilla sería para el rey aragonés. Las ambiciones de Carlos de Navarra seguían intactas.

Para guardar secreto este pacto y no levantar sospechas, Carlos II organiza un simulacro que debía despistar al rey castellano. El rey aragonés, para aparentar que mantenía malas relaciones con el rey navarro, debía poner en prisión al infante de Navarra Luis de Evreux, hermano del rey, lo que se hizo. Aunque no estuvo mucho tiempo. Es entonces cuando llega la noticia de la muerte en Francia de su otro hermano el infante Felipe que tan indispensable apoyo había dado al rey Carlos II en sus feudos de Normandía.

Los acontecimientos en Francia dan un giro y es prioritario seguirlos, poniendo un paréntesis al conflicto castellano-aragonés.