Capítulo 10 : La dinastía de Navarra restaurada
La historia común de Aragón y Navarra durante el período transcurrido desde el siglo X hasta el fallecimiento de Alfonso el Batallador en el año 1134, nos debe dar una idea de la influencia recíproca que necesariamente hubo de haber existido en todos los órdenes entre ambos reinos cristianos, incluso en las hablas romances de los dos territorios. Y así se constata que numerosos rasgos del romance navarro coinciden con el romance aragonés a lo largo de toda la Edad Media. Hoy día la fonética en el valle del Ebro tiene una fortísima semejanza en Navarra y en Aragón, sin olvidar La Rioja de Alfaro a Nájera.
Ambos reinos toman desde el año 1134 rumbos separados hasta Fernando el Católico que los unirá de nuevo en España a partir del año 1512. Serán cerca de cuatro siglos que van a tener características distintas de los más de tres siglos que ya hemos recorrido en este ensayo sobre la Historia Medieval del Reyno de Navarra.
1. García V Ramírez “el Restaurador”
2. Sancho VI “el Sabio”
3. Sancho VII “el Fuerte”
3 Sancho VII “el Fuerte”
3.1 Navarra, guardián de Gascuña
3.2 Celestino III
3.3 Sancho VII con los almohades
3.4 la pérdida de Álava, Guipúzcoa, San Sebastián y Fuenterrabía
3.5 relaciones ultrapirenaicas
3.6 la batalla de las Navas de Tolosa
3.7 la sucesión en el Reyno
El rey Sancho VI “el Sabio” (1132-1150-1194) muere el 27 de junio del año 1194 tras un largo reinado de 44 años. Su hijo Sancho VII “el Fuerte” (1154-1194-1234) hereda la corona a la edad madura de 40 años. Desde la paz con Castilla del año 1179, Sancho VI “el Sabio” pudo disfrutar de un período de tranquilidad en el cual su principal ocupación fue la organización y estructuración del reino, incluyendo un ambicioso plan para construir iglesias en centenares de lugares, sobre lo que se han expuesto unas líneas más arriba, por seguro demasiado brevemente, pues la trascendencia para Navarra de la labor desarrollada por este gran rey hubiera requerido una lectura más holgada.
Las orientaciones europeístas del reino y las alianzas matrimoniales de sus hijos habrían sido también concebidas y dirigidas por Sancho el Sabio, pero la ejecución parece haber sido llevada a cabo con gran energía y acierto por el infante Sancho quien desde muy joven tejió una estrecha relación con sus vecinos aquitano-gascones norpirenaicos, en particular con el duque Ricardo de Aquitania, más tarde el rey de Inglaterra Ricardo I “Corazón de León”.
Desde que embarcó el rey Ricardo de Inglaterra en Marsella en agosto del año 1190 camino de las Cruzadas hasta su liberación de prisión en Mayenne en febrero de 1194, habían pasado casi cuatro años. Durante este dilatado período, el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y su hijo el infante Sancho de Navarra - el futuro Sancho VII “el Fuerte” - van a estar atentos por encargo del rey Ricardo para que se cumplan las bulas del Sumo Pontífice que castigaba a quienes en ausencia de los cruzados llevaran a cabo actos de desobediencia o rebeldía a la autoridad ducal de Aquitania y Gascuña. Tras su liberación de cautiverio en febrero de 1194, las prioridades del rey Ricardo están en Inglaterra y en Normandía. Su hermano Juan sin Tierra había hecho pactos en Mantes con el rey francés, estando Ricardo en prisión en Austria, para repartirse sus despojos, el trono inglés para Juan y Normandía para el rey de Francia Philippe II “Auguste". En vida de la duquesa Alienor de Aquitania su ducado es inviolable aunque Ricardo esté en prisión.
En el año 1192 el rey francés había tomado las fortalezas de Gisors, Neauphles y Châteauneuf.
Tras su liberación Ricardo se dirige en marzo de 1194 a Inglaterra para reprimir la insolencia y tiranía de su hermano Juan sin Tierra (17). Después de coronarse por segunda vez (16 abril 1194), desembarca el 12 de mayo en Normandía para defender sus territorios de los ataques del rey Philippe II “Auguste”. Es el tiempo en que el rey francés había destruido completamente la ciudad de Evreux que la incendia y lleva a cabo una cruel matanza de sus habitantes.
No se observó ningún interés por parte del rey Ricardo en visitar a su esposa Berenguela hasta que cayó gravemente enfermo y acudió a ella en la Navidad del año 1195.
La preocupación del rey Ricardo no es ahora la Gascuña que se encuentra alejada de las posesiones del rey francés (el “domaine royal”) y bien vigilada por su cuñado Sancho VII el Fuerte. El peligro está en Normandía y Poitou, en donde permanecerá Ricardo guerreando con el rey francés hasta su muerte en el año 1199. Ricardo había terminado de construir un año antes la impresionante fortaleza de Gaillard (Normandía), de la que habrá ocasiones de hablar más adelante pues algunos acontecimientos de la historia de Francia y de Navarra ocurrieron en ese lugar.
Ya en el año 1192 el infante Sancho de Navarra había entrado con sus tropas en Gascuña para socorrer al Senescal de aquel ducado que gobernaba en nombre del duque-rey Ricardo. El rey francés Philippe II "Auguste" había empezado a buscar allí lealtades entre los señores gascones para interferir en la autoridad ducal. Así encontró a los condes de Perigord y de Brosse, entre otros, que pusieron en dificultad al Senescal. Tras socorrer a éste, Sancho se dirigió al condado de Toulouse ya que el conde Raymond V (1134-1148-1195) (18) había estado también detrás apoyando la revuelta en Gascuña. Rindió Sancho varias fortalezas y amenazó los muros de la capital del condado tolosano.
Tras la liberación de Ricardo de su cautiverio en Austria en febrero de 1194 llama el rey inglés al infante Sancho - todavía vive su padre el rey Sancho “el Sabio” - para ayudarle a liberar el legendario castillo de Loches, a unos 40 kilómetros al sudeste de Tours en el valle del río Loire, que había sido tomado por el rey francés en el año 1193, durante su cautiverio, según los pactos suscritos en Mantes con su hermano impostor Juan sin Tierra. Las acometidas del rey Ricardo llaman entonces la atención en todas las crónicas inglesas y francesas de la época pues el asedio y la toma del castillo de Loches no duró más que tres horas. Los navarros se enorgullecen de pensar que las tropas del infante Sancho - cuñado del rey inglés - habrían estado en primera línea de batalla cosechando el éxito para el rey Ricardo. Después de todo Sancho era el hermano de la reina Berenguela de Inglaterra, quien se encontraba cerca en la corte de Poitiers y a quien el infante habría visitado. Cuando ya fallecido Ricardo, Philippe II “Auguste” vuelve a tomar la misma fortaleza al rey inglés Juan sin Tierra el año 1205, el asedió durará un año. Sancho ayuda luego al rey inglés a tomar el cercano castillo de Châtellerault, al norte de Poitiers, estando también con el rey inglés en julio de 1194 en la victoria de Fréteval (Fracta Vallis). Fue durante esta campaña cuando el infante Sancho conoció el grave estado de salud del rey Sancho y volvió a Navarra.
Con toda probabilidad Sancho VII “el Fuerte” habría vuelto después a Francia para seguir guerreando con Ricardo para recuperar las plazas que le había arrebatado el rey Philippe II “Auguste”. Pero cuando es ya definitivo que el rey Ricardo se aleja de su hermana Berenguela - posiblemente por no saber encontrar descendencia con ella - y reconoce como heredero a su hermano Juan sin Tierra, las crónicas de la época ya no mencionan a Sancho luchando en Francia por su cuñado Ricardo.
Sancho el Fuerte casó después (1195) con Constance de Toulouse (19) hija del segundo matrimonio del conde Raymond VI de Toulouse, duque de Narbonne. El rey Ricardo recuperó prácticamente todas las plazas perdidas en Normandía y en 1198 vencía a Philippe II Auguste en Courcelles y Vernon siendo en esta plaza en donde llegan a una tregua en 1199, poco antes de morir el rey Ricardo.
No obstante la ayuda prestada por el rey navarro, Ricardo reclamó a su cuñado Sancho las dos fortalezas - Rochebrune (20) y San Juan de Pie de Puerto - que figuraban en la dote de Berenguela. Ésta se había retirado entonces al oscuro castillo de Angers en donde recibió la noticia de la muerte de su esposo el rey en el año 1199.
El vacío de poder que existió en el ducado de Gascuña desde el año 1190 hasta la muerte del rey Ricardo en 1199 debió haber sido una oportunidad para extender la influencia del reino de Navarra en los territorios de Ultrapuertos, tanto más cuanto que el infante Sancho había sido requerido para proteger el ducado durante la Cruzada y luego estuvo unido al rey en sus campañas en Poitou y Normandía. Reinando Sancho VII “el Fuerte”, el vizconde Arnaud-Raymond III de Tartas (1160-1239) prestó homenaje en el año 1196 al rey navarro. Y a principios del siglo XIII, sin duda para protegerse de las campañas de expansión del rey Philippe II “Auguste”, numerosos señores del sur de Gascuña prestan homenaje al rey navarro, como se expone más adelante.
El papa Celestino III (1191-1198) había excomulgado al rey Alfonso IX de León por su indebido matrimonio con Teresa de Portugal. El 12 de mayo del año 1191 se había suscrito el pacto de Huesca entre Alfonso IX de León, Alfonso II de Aragón, Sancho I de Portugal y Sancho VI “el Sabio” de Navarra. Era una coalición anticastellana diseñada para contrarrestar la potencia de Alfonso VIII. La derrota de éste en Alarcos en 1195 ante el califa almohade Yusuf II se explica en parte por la inhibición de los demás reinos cristianos.
El rey de León y el de Navarra hacen tratos con los musulmanes para debilitar al rey castellano y el Papa parece querer atraerse al nuevo rey de Navarra Sancho VII el Fuerte a quien la bula pontificia de 22 de abril de 1196 otorga por ese tiempo el título de “rex Navarrae” en lugar de “Pampilonensium dux” usado desde la muerte de Alfonso I el Batallador en el año 1134. La bula de Celestino III de 29 de marzo de 1196 aconsejaba a Sancho tomar la cruz, renunciar a las parias y otros ingresos que recibía de los almohades y guerrear contra éstos en Cruzada. Tenía también como objetivo lograr el cese de las luchas y discordias entre los reyes cristianos.
En los años que siguen a la derrota castellana en Alarcos (1195) encontramos a Sancho VII el Fuerte en el norte de África ayudando al Califa almohade Aby Yusuf Yaqub al-Mansur, quinto Califa almohade (1184-1199) contra los rebeldes almorávides y asegurando su autoridad ante algunas familias almohades que no habían aceptado la herencia de Abu Yaqub Yusuf I (1163-1184). Su venida a África coincide con el final del apoyo del rey navarro a su cuñado Ricardo de Inglaterra tras relegar a su esposa la reina Berenguela. Sus campañas en Francia le habían ganado fama de valiente guerrero en todas las cortes europeas y los almohades habían tenido la ocasión de estar a su lado cuando atacó las plazas de Soria y Almazán que estaban controladas por Alfonso VIII. Según los cronistas de la época una princesa mora - hija de Muhammad al-Nasir, quinto Califa almohade 1199-1213 - había quedado prendada del rey navarro y en su desesperación de amor hubo de intervenir el propio Muhammad enviando embajadores a Sancho el Fuerte para invitarle a venir a sus estados del norte de África para amar a su hija la princesa. Prometió que le colmaría de riquezas y le entregaría todos los extensos territorios que estaban bajo dominio almohade en la Península. Debía no obstante ayudarle con sus guerreros en los conflictos armados que tenía en el norte de África.
En enero del año 1199 moría el Califa almohade Aby Yusuf. Era éste el que había construido el alminar o minarete de la mezquita mayor de Sevilla, la que sería conocida después como la Giralda y el que había infligido en 1195 la severa derrota de Alarcos a Alfonso VIII de Castilla. Le sucedió Muhammad an-Nasir que llevaría el título de amir al-muminin (“emir de los creyentes”) que las crónicas cristianas llamarían “Miramamolin”, el de la batalla de las Navas de Tolosa.
Durante un prolongado tiempo que las crónicas no establecen con fiabilidad el rey Sancho ha dejado su reino y se encuentra en África.
3.4 la pérdida de Álava, Guipúzcoa, San Sebastián y Fuenterrabía
Alfonso VIII tendrá título a la muerte de su suegra Leonor de Aquitania en 1204 para reclamar el ducado de Gascuña, por la dote de su esposa Leonor Plantagenêt. En preparación de esa reclamación y todavía en vida de la reina-duquesa Leonor, los castellanos aprovechan la prolongada ausencia de Sancho VII en el norte de África para asediar y rendir Vitoria en el año 1200. Tras lo cual los señores del condado de Álava, los guipuzcoanos, los de San Sebastián del Oria al Bidasoa y los de Fuenterrabía se ponían bajo la protección y autoridad del rey de Castilla. Alfonso VIII conseguía así abrir un “corredor” territorial desde Castilla para estar en mejor situación para ejecutar sus derechos sobre Gascuña. Derechos que serían difíciles de defender pues era consciente Alfonso VIII que el matrimonio del rey Ricardo Corazón de León con la infanta navarra Berenguela en 1191 había devaluado considerablemente sus pretensiones a ejercer autoridad en Gascuña
La reina-duquesa Leonor de Aquitania muere el año 1204 pero Alfonso VIII no obtiene los vasallajes gascones que confiaba obtener, viendo como el rey inglés Juan sin Tierra y los burgueses de Bayona seguían manteniendo una predilección por confirmar acuerdos con Sancho VII de Navarra, que para entonces ya estaba de vuelta de su aventura africana.
Tampoco tuvo éxito la expedición que llevó Alfonso VIII a Gascuña el año 1205, pues no consiguió entrar ni en Burdeos ni en Bayona. El buen entendimiento de vecindad navarro-inglés fue lo que con toda probabilidad habría movido al rey Alfonso VIII a casar en el año 1200 a su hija de 12 años de edad, la infanta Blanca de Castilla, con el primogénito del rey Philippe II “Auguste”, el futuro Louis VIII “le Lion”, buscando así una alianza con Francia. A su vez, Philippe II buscaba con esta alianza obtener ayuda de la flota castellana para prepararse a vencer a los ingleses en el mar. Muerto para entonces Ricardo “Corazón de León” en 1199, Alfonso VIII de Castilla apostaba claramente por la victoria del lado francés, lo que en efecto se verificaría muy pronto con la victoria de Philippe II sobre Juan sin Tierra en Normandía y Poitou. Fue esta victoria tan contundente que el propio rey francés llegó a proclamarse rey de Inglaterra. Son éstos ya los antecedentes de la guerra de los Cien Años. Los derechos ya devaluados de Alfonso VIII de Castilla al ducado de Gascuña serían finalmente cedidos por su nieto Alfonso X el Sabio a su hermana Leonor en ocasión de su matrimonio con el rey Edward I de Inglaterra. El avance de la corona francesa sobre los territorios de Gascuña no se verían sin embargo coronados de éxito hasta las victorias de Charles VII bien avanzado el el siglo XV.
Para suplir la pérdida del puerto de San Sebastián en el año 1200 durante su ausencia africana, Sancho VII de Navarra y Juan sin Tierra firman un tratado de amistad en Chinon el 14 de octubre de 1201 constituyéndose Bayona en ciudad comercial de Navarra y acordando un especial tratamiento hospitalario a los mercaderes y comerciantes navarros. Por su parte el rey Sancho VII el Fuerte tomaba bajo su protección a los de Bayona.
En el año 1203 Vivien (Bibiano) “señor de Agramont” se declara vasallo del rey de Navarra
" jurant de faire la guerre et la paix"
selon qu'il plairait au roi de Navarre ”
poniendo su persona y castillo de Agramont a su servicio.
“jurando hacer guerra y paz, él y todo su linaje,
contra todos los hombres del mundo que el rey les mandare,
bajo pena de quedar por traidores y que no pudieran salvarse ( justificarse)
en parte alguna del mundo, ni por sus manos ni por ajenas”.
En señal de vasallaje puso la bandera del rey de Navarra en el castillo de Agramont en Viellenave-sur-Bidouze.
Veintisiete caballeros de las tierras pirenaicas de Gascuña juraron con Biviano. Éste acompañó a Sancho VII en la batalla de Las Navas de Tolosa. También lo hicieron Gaston VI de Bearn, Guillermo Raimundo de Sault (vizconde de Labour), Pierre Arnaud de Luxa y otros señores de las tierras de ultrapuertos. Los descendientes de Bibiano de Agramont mantuvieron esta relación de vasallaje con los monarcas navarros.
Este movimiento de acercamiento de señores ultrapirenaicos al rey de Navarra de principios del siglo XIII vino después de idénticas iniciativas tomadas en 1196 por el vizconde Arnaud-Raymond III de Tartas (1160-1239). Si en el período 1189-1194 Sancho el Fuerte tuvo con los señores gascones una actitud de “vigilante” de lealtades de vasallaje debidas al rey Ricardo, ausente en las Cruzadas, en los años siguiente 1194-1196 la relación debió tornarse en sincera amistad ya que Sancho luchó junto con ellos en favor del rey Ricardo para recuperar las plazas que durante su prisión en Austria le habían sido arrebatadas en Normandía y Poitou por el rey francés Philippe II “Auguste”.
Tras la muerte del rey Ricardo en el año 1199, Philippe II “Auguste” arrebata gradualmente a su hermano y sucesor en el trono inglés Juan sin Tierra prácticamente todos los feudos ingleses en Normandía, Poitou y Aquitania, ejerciendo una fuerte presión sobre el último reducto feudal inglés que es Gascuña. Cabe por lo tanto dentro de una buena lógica pensar que numerosos señores gascones, que habían disfrutado de una relativa independencia con el duque inglés sin excesiva intromisión en sus feudos, excepción hecha del castillo de Mauleon, temerían ahora el avance - en algunas circunstancias con notable violencia - que el rey francés pudiera llevar a cabo en el sudoeste para incorporarlo a sus posesiones reales, el domaine royale. Y ello explicaría el que todos juntos - un grupo de 23 señores - vinieran a rendir vasallaje al rey de Navarra.
Esta relación sería luego continuada y daría así lugar al nacimiento de la llamada Baja Navarra ultrapirenaica (21) o Tierras de Ultrapuertos que reunían varios pequeños valles pirenaicos con tres zonas administrativas (22).
Tras las pérdidas territoriales de Navarra en el año 1200 en favor de Castilla, las tensas relaciones entre Sancho VII el Fuerte - aliado de los ingleses - y su primo Alfonso VIII de Castilla - aliado de los franceses - cesarían tras el tratado de Guadalajara de 29 de octubre de 1207 en el que se pactaron treguas por cinco años. Seguiría luego un tratado con Aragón firmado en Monteagudo el 10 de febrero de 1209 en el que se pretendía evitar deslealtades de los vasallos de ambos reinos. Poco después vendrá la muy conocida batalla que se libró en un descampado de las Navas de Tolosa (Jaén) en el año 1212. Esta batalla es la venganza de Alfonso VIII contra los almohades por la derrota de Alarcos en 1195 y ocurre aprovechando un momento de desunión de los almohades.
El Papa había predicado esta Cruzada y el rey castellano solicitó la participación a su lado de todos los reyes cristianos de la Península. Alfonso IX, rey de León - el que pronto fundará la universidad de Salamanca - exigió como contrapartida la entrega de algunas plazas en litigio y al no obtenerlas, no solamente se negó a acudir a la Cruzada contra los almohades sino que aprovechó la ausencia de Alfonso VIII para arrebatarle algunos lugares. Tampoco el rey navarro Sancho VII el Fuerte estaba muy dispuesto a acudir en ayuda del castellano tras la usurpación por éste en el año 1200 de sus territorios vascongados en el condado de Álava, Guipúzcoa, San Sebastián y Fuenterrabía. Pero le visitó y convenció el arzobispo de Narbonne. La batalla iba a librarse contra los ejércitos almohades del Califa Miramamolin contra el que Sancho de Navarra mantenía vivo un fuerte rencor pues tras la ayuda que le prestó en el norte de África, aquél se había limitado a colmarle de riquezas pero no había cumplido su promesa de entregarle los territorios que tenía en la Península. Sería por un afán “visigótico” de venganza que Sancho prefirió no seguir el orden establecido por Alfonso VIII para la batalla y actuando por su cuenta se dirigió directamente con sus tropas al campamento del Califa. Y de atenernos a la leyenda, rompiendo los cercados de cadenas (23) que mantenían protegido su recinto y sembrando el pánico, provocó la huida de todo el cuerpo de mando musulmán en la batalla. Coincidió ésta acción individual del rey Sancho con la marcha desfavorable que mostraba la batalla para los cristianos, provocando ello una nueva iniciativa cristiana que resultó en una de las victorias más sonadas de la Reconquista.
sello de Sancho VII el Fuerte
antes de la batalla de las Navas de Tolosa
Cercano a los 70 años y enfermo, el problema de la sucesión de Sancho VII estaba planteado desde hacía ya algunos años. No había tenido descendencia en su matrimonio con Constance. Tampoco su hermana Berenguela había tenido hijos con Ricardo Corazón de León. Solamente su hermana Blanca - la condesa viuda de Champagne - había tenido un hijo póstumo en el año 1201, su sobrino Teobaldo, IV conde de Champagne.
En el año 1225 Teobaldo viene a Navarra y conoce a su tío el rey Sancho. Es seguro que el rey recibiría a su sobrino de 24 años de edad con gran curiosidad y no solamente por ser entonces el primer príncipe de sangre detentando los derechos sucesorios en Navarra. Tendrían además muchas cosas que recordar juntos.
El padre de Teobaldo, el conde de Champagne Thibaud III, tenía 19 años cuando participó en su primera batalla de armas ayudando al rey francés Philippe II “Auguste” a resistir el asedio en el castillo de Gisors el año 1198 al norte del río Sena, en la misma frontera de Normandía, que tomó finalmente Ricardo Corazón de León. Sancho VII no había estado en esa batalla pues se encontraba entonces en el norte de África ayudando al Califa almohade a consolidar su autoridad. Ya desde el año 1195 en que el rey Ricardo se había distanciado de su hermana Berenguela no parece que Sancho se hubiera preocupado en ayudarle a recuperar las plazas que le había tomado el rey francés. Pero hay que imaginar ahora al viejo rey enfermo en Tudela observando a un sobrino que es vasallo de un rey francés con quien se ha medido - y salido siempre victorioso - en el campo de batalla. Hablarían sobre la primera derrota de su padre Teobaldo en Gisors, sobre tácticas de guerra, hablarían sobre la situación en Francia, su alejamiento de su admirada Blanca de Castilla, las ambiciones del duque de Borgoña, o la entereza de su hermana Blanca para defender como regente el condado de Champagne. Hablarían de la reina Berenguela en su retiro de Le Mans apasionada con su idea de fundar un monasterio. Habría muchas cosas que contar entre ellos y apasionarse con los relatos.
El encuentro tuvo que ser como abrir el crisol de culturas que fue Navarra. Ningún otro reino español estaba comenzando una relación tan intensa con otros reinos de Europa como lo había preparado Sancho VI el Sabio para Navarra.
Pero algo no fue bien y Teobaldo no pasó el examen al que le había sometido su tío el rey Sancho. Incluso pensó el Rey que su sobrino estaba organizando una camarilla de nobles en Navarra que le reconocieran como sucesor al trono o quizá para con ellos forzar su abdicación del trono. Teobaldo vuelve a su condado impresionado por las riquezas que ha acumulado su tío el Rey desde que tuvo aquella prolongada estancia en la corte del Califa almohade en África, o desde que se hizo quizá con un fastuoso botín en la batalla de las Navas de Tolosa. El condado de Champagne era el feudo más rico de Europa y las rentas que los condes obtenían todos los años, en gran parte gracias a la actividad de las ferias y mercados, podía ascender a unas 30.000 libras. Esto sería por lo menos tres o cuatro veces superior a lo que se obtenía en todo el Reyno de Navarra. Pero Teobaldo volvió a Champagne convencido de que las riquezas que atesoraba el rey Sancho alcanzarían por lo menos 30 años de rentas champañesas. Supo entonces Teobaldo que sería uno de los reyes más ricos y prósperos de Europa y destacaría por encima de la nobleza en Francia.
Teobaldo debió también quedar impresionado por la cohesión territorial que entre su padre el rey Sancho VI el Sabio y su tío Sancho VII el Fuerte habían conseguido, dotando a Navarra de innumerables fueros municipales para atraer pobladores y comerciantes a todos los lugares del Reyno y construyendo varios centenares de iglesias en estilo románico tardío y protogótico "de hacia 1200". Algo que no se había conocido todavía en otros países de Europa, en donde destacaba sin embargo el condado de Champagne por sus iniciativas constructivas de arquitectura gótica.
Las relaciones del rey Sancho con el joven rey de Aragón eran muy cordiales. Desde su estancia en el norte de África el rey navarro había atesorado una apreciable fortuna que en variadas ocasiones utilizó para hacer préstamos a los monarcas vecinos, siempre en dificultad para sostener sus ejércitos de reconquista. Jaime I de Aragón era uno de los beneficiarios y por razón de estos préstamos obtuvo Navarra algunas plazas en prenda y garantía. Así en territorio aragonés cercano a la frontera el rey navarro mantenía importantes castillos como Escó, Sádaba, Petilla, Trasmoz, Gallur o Escó. Incluso en zonas alejadas de Navarra tuvo Ródenas, Castelfabib o Chodes.
Quizá el rey Sancho veía en el joven rey Jaime de Aragón cualidades épicas que no adivinó en el poeta y trovador Teobaldo, quien incomprensiblemente para el rey Sancho era vasallo de su enemigo el rey francés. Jaime I había heredado el trono aragonés a los 8 años de edad, en el año 1213. En el año 1230 tenía 25 años y había casado con la infanta Leonor de Castilla hija de Alfonso VIII y hermana de las reinas de Francia, de Portugal y de León.
Sintiéndose el Rey enfermo, viene Jaime I de Aragón a Tudela y el 2 de febrero del año 1231 acuerdan ambos reyes - con la ratificación por juramento de los nobles aragoneses y navarros - un prohijamiento mutuo haciéndose cada uno heredero de los reinos del otro. Dada la notable diferencia de edad entre ambos reyes, este acuerdo significaba de hecho entregar el trono de Navarra a la Corona de Aragón. Sin embargo, el testamento de Jaime I no tuvo en cuenta este acuerdo ya que nombró heredero a su hijo Alfonso y no hacía ninguna referencia a Sancho VII.
A la muerte en Tudela del rey Sancho, el 7 de abril del año 1234, los nobles y prelados de Navarra respetaron el derecho sucesorio navarro y tomaron por rey al sobrino de Sancho VII, el conde Teobaldo IV de Champagne.