Capítulo 11 :   Un nuevo rumbo. La Casa de Champaña

6 sucesión de los condes-reyes

En 1248 efectúa Teobaldo I una peregrinación de penitencia a Roma y muere en Pamplona el 14 de julio de 1253 en el palacio del obispo de Pamplona, Pedro Gazólaz, con quien no mantenía buenas relaciones. Fue enterrado en la capilla de Santa Isabel de la catedral de Pamplona, en donde su hijo le construirá más tarde un magnífico panteón decorado por Jean de Chalat, el más prestigioso esmaltador de Limoges. Hoy en día no se conserva más que una placa conmemorativa ya que la tumba fue profanada por los soldados de Robert de Artois, enviado por el regente del reino de Navarra y rey de Francia Philippe III “le Hardi” durante la guerra civil de los burgos de Pamplona (1276-1277).

Le sucede en el trono navarro su hijo Teobaldo II que casará con la princesa Isabelle, hija del rey San Luis de Francia.

el rey Teobaldo II rinde homenaje a San Luis
por los territorios de los condados de Champagne y Brie

La llegada al trono de Teobaldo II no estuvo exenta de algunas dificultades que pudieron arreglarse con un acuerdo económico con el ducado de Bretaña. A la muerte de su padre, Teobaldo II tiene en 1253 solamente 15 años. Su madre Margarita de Bourbon-Dampierre asume la regencia durante tres años (1253-1256) antes de que su hijo lleve la gestión del condado de Champaña y del reino de Navarra a los 18 años. Este período está marcado por un litigio sucesorio.

Un año después de su llegada (1234) al trono navarro, el rey Teobaldo I había casado en Château-Thierry el 15 de agosto de 1235 a su hija Blanca (1226-1283) - habida de su segundo matrimonio con Agnès de Beaujeu - con el hijo del conde de Bretaña, Jean le Roux (1217-1237-1286), siendo el reino de Navarra la dote aportada por Blanca quien debía entrar en posesión del Reyno a la muerte de su padre. Teobaldo (II) no había nacido todavía y nacerá del tercer matrimonio de su padre con Margarita de Borbón.

Al asumir el condado de Bretaña en 1237 por abdicación de su padre Pierre Ier Mauclerc, Jean I le Roux reclama a su cuñado Teobaldo II la herencia navarra en favor de su esposa Blanca. El rey navarro niega este derecho a su hermana consanguínea y el contencioso es llevado al arbitraje del rey San Luis de Francia. Antes de que le fuera sometido este asunto para su arbitraje, San Luis ya era consciente que el conde Thibaud IV de Champagne, aunque ya ostentaba desde hacía un año la corona del reino de Navarra en 1235, no había respetado su deber de fidelidad al Rey al casar a su hija Blanca sin autorización de su soberano. Teobaldo I era en efecto vasallo del rey francés por los condados de Champagne y Brie en Francia. Estos “desplantes” al Rey no hubieran sido posibles antes de acceder al trono navarro, lo que Teobaldo I no dudó en utilizar algunas veces ante los reyes de Francia. La corona de Navarra había elevado a los condes de Champagne a un rango real, ambición muy buscada por los nobles franceses. San Luis llegó en esa ocasión a concentrar sus huestes en junio de 1236, pero la intervención del papa Gregorio IX y la de su madre Blanca de Castilla permitió la reconciliación en el palacio de Vincennes.

Cuando años más tarde se le solicita el citado arbitraje, San Luis piensa en casar a su hija Isabelle con el rey Teobaldo II de Navarra para reforzar los lazos familiares entre la corona y este importante y rico conde paladino, par de Francia, con gran ascendencia en la nobleza de ese país. Exige San Luis antes de verificar el matrimonio de su hija que Teobaldo II haga las paces con su cuñado el conde bretón. Finalmente Teobaldo II compra al conde de Bretaña los pretendidos derechos sucesorios que pudiera tener su medio hermana Blanca, mediando un precio de 3.000 libras de renta anual. El litigio queda arreglado en el año 1254. Al año siguiente se lleva a cabo el enlace entre Teobaldo II de Navarra Champagne e Isabelle de Francia, de 13 años de edad(9).

Teobaldo II mantiene muy estrecha relación con su suegro San Luis. Adquiere en París un “hôtel” en la calle Saint-André-des-Arts donde reside y no muestra la ocupación que su padre Teobaldo I tuvo por el reino de Navarra. En 1270 Teobaldo II y su esposa Isabel deciden seguir a San Luis de Francia en la segunda cruzada que el rey hacía a Tierra Santa ( 8 ª cruzada). Se encuentran en Aigues-Mortes, embarcando con la armada real francesa, el 1 de julio de 1270.

Durante el asedio a Túnez cerca de Cartago el cólera hace estragos y muere San Luis el 25 de agosto.

Al acercarse la muerte ordenó el rey que le colocaran sobre un lecho de cenizas y pidió:

 

“O Dieu, ayez pitié de ce peuple qui m’a suivi sur ce rivage;
conduissez-le dans sa patrie;
faites qu’il ne tombe pas entre les mains de vos ennemis,
et qu’il ne soit pas contraint de renier votre saint nom.
Seigneur, j’entrerai dans votre maison;
je vous adorerai dans notre saint temple,
et je glorifierai votre nom”.

Voltaire dijo de San Luis que fue un príncipe:

destinado a reformar Europa y modelo de hombres;
su piedad de anacoreta no le privó de las virtudes de la realeza;
prudente y firme en el consejo, intrépido en los combates,
no hay hombre que haya llevado tan lejos la virtud...

Fue canonizado por el pontífice Bonifacio VIII en 1297 reinando su nieto Philippe IV “le Bel”, casado con Juana I, reina de Navarra.

Teobaldo II muere el 4 de diciembre de 1270 en Trapani (Sicilia) (10) a donde había llegado la flota francesa el 22 de noviembre con los restos de San Luis. La reina Isabelle muere al año siguiente, el 23 de abril de 1271, en la isla de Porquerolles junto a la costa francesa (islas de Hyères).

El poeta champañés Rutebeuf escribió una triste elegía a la muerte de Teobaldo II llena de admiración por el monarca. Es conocida como “La Complainte du Roi de Navarre”.

 

    A la muerte de Teobaldo II sin descendencia le sucede su hermano Enrique I (11) quien en vida había hecho reconocer a su hija Juana como heredera de la corona, nombrando regente del reino a su esposa Blanche de ArtoisEnrique I como le ocurriera a su padre Teobaldo, I muere en el palacio del obispo de Pamplona (julio de 1274) (12).

sello de Enrique I de Navarra Champagne

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Estas líneas, por necesidad breves, nos hablan de una Navarra que en cierto modo ha dado la espalda a los esfuerzos de la Reconquista y se ha volcado en un intento de organización y gobierno interior modernizador con notable influencia francesa, no sin que ello hubiera provocado en varias circunstancias del reinado de la Casa de Champaña acuerdos entre Aragón y Castilla para llegar a un reparto efectivo del reino pirenaico, que hábilmente pudo evitarse.

Las vecinas provincias vascongadas habían entrado definitivamente en la órbita de Castilla en el año 1200 y bajo su protección harán su andadura con influencias mucho más “peninsulares” que las “europeas” a las que se había abierto Navarra.