Capítulo 5 :   Los Banu Qasi del Valle del Ebro

5 los “cachorros Banu Musa”

Desde la muerte de Musa ibn Musa en el año 862 sus hijos - los “Banu Musa”, los “cachorros de Musa” - no se mencionan en las crónicas árabes hasta el año 872. Desposeído su padre Musa de la gobernación de la Marca Superior, fallecido éste, encontrándose su hijo Lubb en el bando cristiano de Asturias, los Banu Qasi, con dominios territoriales seguramente menguados de consideración, estarían en su peor momento. Se sabe que uno de los hijos, Fortun ibn Musa, se incorporó al ejército del “amil” de la Marca Superior Jalid ibn Ubayd Allah.

A finales del año 871 se produce una sublevación de Lubb ibn Musa en Arnedo y con la ayuda de los que regentaban Pamplona - habiendo ya muerto García I Íñiguez y encontrándose cautivo en Córdoba desde el 860 su hijo Fortun Garcés -, de su hijo Muhammad ibn Lubb y de sus hermanos Fortun, Mutarrif e Ismail, se apoderan sucesivamente de Tudela (tomada por Fortun), Zaragoza (tomada por Lubb e Ismail el 22 enero 872) y Huesca (tomada por Mutarrif). La Marca Superior estaba de nuevo en poder de los Banu Qasi, esta vez en hostil enfrentamiento con Córdoba.

El astuto emir Muhammad I reaccionó dando autoridad a una destacada familia árabe de probada lealtad, los Tuchibíes que estaban en Aragón desde el comienzo de la conquista. La idea del emir era conseguir que esta familia suplantara a los Banu Qasi en la Marca Superior, lo que se conseguiría finalmente en el siglo X. Emprendió enseguida el emir una expedición de castigo que llevó con éxito, dirigiéndose también contra Pamplona por el apoyo que los regentes-gobernadores habían prestado a Lope en el levantamiento de Arnedo. Su hermano Mutarrif y toda su familia fueron hechos prisioneros en Huesca y conducidos a Córdoba en donde Mutarrif y sus tres hijos - Muhammad, Musa y Lubb - fueron crucificados el 5 de septiembre del año 873. Al año siguiente murió su hermano Fortun en Tudela y en el 875 Lubb en un desgraciado accidente de caza. Poco había durado el éxito inicial de la sublevación de Lubb en Arnit (Arnedo) quedando solamente uno de los hermanos, Ismail.

En los graves conflictos familiares que hubo en el seno de la familia tras la muerte de los hermanos, Mutarrif (873), Fortun (874) y Lubb ibn Musa (875), el hijo de éste último, Muhammad, vuelve la espalda a Oviedo y Pamplona y se pone del lado del emir de Córdoba, lo que provoca un enfrentamiento armado entre éste Muhammad ibn Lubb y su tío Ismail ibn Musa a quien secundan Ismail y Lubb, hijos del fallecido Fortun ibn Musa. Como resultado de estas luchas familiares el joven Muhammad ibn Lubb se haría con la gobernación de Zaragoza, Tudela y Valtierra además de las plazas tradicionales familiares de Arnedo y otras. De esta forma Muhammad estaba recreando el gran territorio que su abuelo el “moro Muza” había formado. Sin embargo, según algunas crónicas árabes Muhammad ibn Lubb vendió a Haxim ibn al-Aziz la plaza de Zaragoza hacia el año 884 por una importante suma de dinero. Según otras crónicas, Zaragoza le fue arrebatada para Córdoba por el general Haxim ibn Abd al-Aziz. En cualquier caso, Zaragoza habría estado en manos de los Banu Qasi unos 12 años en esta ocasión. Sin que ello significara no obstante dominio sobre todas las plazas de la Marca Superior pues la familia de los Tuchibíes, con apoyo desde Córdoba, dominaba al menos en Calatayud y Daroca. BorjaTarazonaTudelaArnedoCalahorra y Resa junto a Balma (San Adrián ) -- todo el valle del Ebro navarro y riojano -- y las plazas del valle del río Aragón (Falces, CaparrosoRada, Olite hasta cerca de Ujue y otras), seguían en poder de Muhammad ibn Lubb no sin fricciones con la monarquía de Pamplona.

En agosto del año 886 muere el emir Muhammad I sucediéndole su hijo Al-Mundhir, que gobernó solamente dos años (886-888), y a éste su hermano Abd Alah (888-912) ( 10 ).. El “cachorro” Muhammad ibn Lubb continuaría con ambos emires sus constantes acciones de rebeldía sin abandonar las que hostilmente dirigía al rey de Pamplona Fortun Garcés que desde el año 882 había terminado su cautiverio “dorado” de más de 20 años en Córdoba.

En el año 889 moría paralítico Ismail ibn Musa, el último hijo del “moro Muza”, retirado en Monzón y tratando de preservar la fortaleza de Lérida (“la Suda”) que le había otorgado el emir Muhammad I tras la pérdida de Zaragoza en favor de su sobrino Muhammad ibn Lubb. Tras esta muerte, el poder de los Tuchebíes en la Marca Superior es creciente y con ello aparece el declive definitivo de los Banu Qasi.

Pero antes del ocaso final, a principios del siglo X, ocurren algunos acontecimientos que tienen significación para el valle del Ebro.

Cuando un Tuchibí, Abu Yahya Muhammad al-Tuchibí, obtiene el control de Zaragoza en el año 890, Muhammad ibn Lubb que había poseído la ciudad hasta el 884 y contaba allí con numerosos fieles, no admite fácilmente el encumbramiento de sus rivales Tuchibíes y pone asedio a la ciudad levantando una muralla a su alrededor. Coincidiendo con el séptimo año de asedio se le entrega la ciudad de Toledo y encomendó el gobierno de esta ciudad a su hijo Lope que le acompañaba en el asedio de Zaragoza. Este asedio durará 8 años hasta que en el año 898 Muhammad ibn Lubb (Lope), es asesinado (11) aunque su hijo Lubb ibn Muhammad lo continuará. Poco antes de dirigirse Lope a Toledo, que entonces tenía 27- 28 años, emprendió una acción contra la fortaleza de Aura no lejos de Barcelona. Según refieren las crónicas árabes de Ibn Hayyan, Aura (la Valldaura actual, detrás de la cadena del Tibidabo en Barcelona) era una base de los francos infieles y tras ser conquistada e incendiada por el Banu Qasi fue al encuentro de “Anqadid “, conde de aquella región y padre de “Sanir” (Suñer), con quien entabló una batalla y lo hirió gravemente de una lanzada muriendo unos días después. La fecha de la muerte es el 11 de agosto de 897 y “Anqadid” es una mala grafía árabe de “Guifrid”, tratándose del conde Wifredo el Velloso. De Cataluña volvió Lubb ibn Muahammad a Toledo y de allí, al conocer el asesinato de su padre en el arrabal de Zaragoza, vino a esta ciudad y continuó el asedio. Este Lope recogía así todo el poder de la familia Banu Qasi.


A la muerte de Muhammad ibn Lubb en el arrabal de Zaragoza, los Banu Qasi dominaban un territorio considerable, bien es verdad que habían perdido Zaragoza y los Tuchibíes eran cada vez más poderosos. Pero la situación era ahora bien distinta que en tiempos del viejo Musa “el moro Muza”. Adentrándose en Aragón estaban los Tuchibíes con consignas de Córdoba para suplantar a los Banu Qasi. Por el oeste el poderoso rey de Asturias Alfonso III “el Magno ” buen amigo personal de los Banu Qasi pero enemigo implacable del Islam; por el norte, el reino de Pamplona con el que habían terminado las alianzas de familia; por el nordeste el conde de Pallars; por el este, el conde de Barcelona. Sus enemigos estaban ahora en todas sus fronteras. Y todos interpretan el asesinato de Muhammad ibn Lubb como una señal para intentar debilitar a su sucesor Lubb ibn Muhammad

El señor de Huesca, al-Tawil, acude en socorro de Zaragoza que sigue asediada desde hace más de ocho años y consigue llevar alimentos y víveres a la ciudad tomada por un Tuchibí. Alfonso III de Asturias movilizó a sus vasallos los cristianos de Álava y la vieja Castilla e invitó a unirse a los de Pamplona, dirigiéndose al valle de Borja. Lope ibn Muhammad dejó Zaragoza y con rapidez entró en Tarazona, infligiendo una grave derrota a Alfonso III en la batalla que tuvo lugar al día siguiente. Las crónicas árabes dicen que murieron de 3.000 a 6.000 “politeístas”. Debió de ocurrir esto en el año 899 ó 900 volviendo después Lope a Zaragoza para continuar el asedio. Más tarde, en el verano de 904 Alfonso III volvería a atacar a Lope, esta vez en Arnun o Granum (el actual Grañon en La Rioja alta), mientras que éste atacaba al asturiano en algunas plazas de Álava (castillo de Bayas, en la margen izquierda del Ebro, frente a Miranda de Ebro). A finales de ese año 904 Lope iría a defender su frontera con el condado de Pallars donde estaba el conde Raymond I (que había casado con una hermana Guinigenta de su padre), arrebatándole varios castillos y haciendo cautivo a su hijo Isarno que guardó durante más de 10 años en Tudela hasta que lo liberó su sobrino segundo (12) el rey de Navarra Sancho I Garcés.

El linaje de los Banu Qasi está llegando a su fin y será analizado más adelante en ocasión del reinado de Sancho I Garcés