Capítulo 19 : La Casa de los Navarra y los "agramonteses"
2 la Casa de los Peralta
La Casa de Peralta fue firme aliada de la Casa de los Navarra también militando en el bando “agramontés” del lado del rey viudo-consorte don Juan. Destaca entre sus miembros Mosén (1) Pierres de Peralta, ricohombre y “maestre hostal” del rey Carlos III el Noble. Se atribuye la paternidad de Mosén Pierres a García Martínez Peralta cuya familia se había establecido en Peralta en el siglo XII. Se ha pensado también que pudo haber sido hijo natural del infante Pedro, conde de Mortain, hijo éste del rey Carlos II.
El rey Carlos III hizo a Pierres de Peralta “ricohombre” de Navarra en 1416. Participó en numerosas embajadas y misiones de servicio por encargo del Rey. Fue enviado a Sicilia para acompañar a la reina viuda Blanca de Navarra cuando regresó a Navarra en 1415 tras completar su regencia del reino de Sicilia a la muerte de su esposo Martín el Joven (1409) y luego de su suegro Martín el Humano (1410). Ya en el año 1398 había ido a Cherburgo donde residió como Condestable. En el año 1408 acompaña a París al rey Carlos III - juntamente con el Alférez Charles de Beaumont y otros caballeros navarros - cuyo arbitraje había sido solicitado en la cruenta guerra de los “armagnacs y borgoñones” (2). Asistió en 1419 al matrimonio de la infanta Isabel de Navarra Evreux con el conde Jean IV de Armañac. Recibió numerosos privilegios y honores del Rey llegando a convertirse en el primer personaje de la corte.
mausoleo de Martin el Joven
rey de Sicilia (1390-1409)
catedral de Cagliari
Cerdeña
Murió el primer Pierres de Peralta hacia 1442, cuando todavía no habían comenzado los conflictos entre don Juan y su hijo el príncipe de Viana. Fue enterrado junto a su esposa en la iglesia de la Virgen Blanca de Marcilla, convento de los padres Bernardos.
Su hijo Mosén Pierres “el Joven” fue Condestable de Navarra - un oficio que antes había llevado la Casa de Beaumont -, Mayordomo Real de don Juan y Capitán General del Reyno. Su influencia en Navarra fue predominante durante más de 30 años en el reinado de don Juan y fue el que verdaderamente lideró el bando agramontés en las luchas contra los beamonteses. Luis XI de Francia le mandó llamar en dos ocasiones y le pidió que viniera a su corte para aconsejarle en algunos asuntos.
En el año 1468 asesinó al obispo Chávarri de Pamplona por haber conspirado éste contra don Juan, lo que desató una ola de violencias con los “beamonteses”, e incluso con la infanta Leonor. Arrepentido, peregrinó a Roma para pedir perdón al pontífice Sixto IV, quien le impuso la penitencia de luchar contra los turcos durante tres años. Consiguió que el Papa cambiara esta penitencia por otra para ir a luchar contra los moros en Granada, lo que hizo. Su colaboración fue importante para arreglar el matrimonio en secreto entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, con quienes mantuvo una estrecha relación. Según relata Yanguas y Miranda, Fernando el Católico le regaló la espada “Tizona” del Cid Campeador “con empuñadura de hierro totalmente negro, hoja de dos filos, delgada, tersa y flexible” que éste había arrebatado al rey moro Janez, a quien derrotó cerca de Valencia.
Cuando Juan II de Aragón, rey-viudo consorte de Navarra, estaba sitiado en Perpignan por las tropas de Luis XI de Francia, acudió inmediatamente en su auxilio. Disfrazado de monje franciscano consiguió entrar en la plaza asediada y dirigió la resistencia.
Mosén Pierres “el Joven” murió el año 1492 y fue enterrado en la cripta de sus padres en Marcilla. Su heredera fue Ana de Peralta, hija de su segundo matrimonio con Isabel de Foix celebrado en el año 1462. Ana casó con el infante Jacques de Navarra Foix, hijo de la reina Leonor. Su sobrino Martín siguió gozando de la confianza del rey Jean de Albret pero ya no uniría a toda la familia detrás de él. Así, un nieto de Mosén Pierres “el Joven” de Peralta llamado Alonso Carrillo de Peralta se presentó con otros caballeros agramonteses el 18 de enero de 1513 en Medina del Campo ante Fernando el Católico para prestarle fidelidad. Otros “agramonteses” siguieron no obstante luchando por la legitimidad dinástica de Navarra. El 7º mariscal del reino Pedro II de Navarra murió en mazmorras en Simancas en 1522 por negar obediencia a Carlos I.