(1) una de estas damas, doña Mencía de Lemos, sedujo a Pedro González de Mendoza siendo éste eclesiástico. Fué Pedro el 5º hijo del Marqués de Santillana y en 1472 sería nombrado cardenal a quien Enrique IV otorgaría el título de “Cardenal de España”. También se le llamó el “tercer rey de España” - como aquél miembro de los Banu Qasi, el Moro Muza en el siglo IX - debido a la enorme influencia que tuvo en su época. Doña Mencía le dio dos hijos, Rodrigo y Diego a quienes la reina Isabel llamaba “los bellos pecados del Cardenal”.

Otra dama vallisoletana doña Inés de Tovar, había dado al cardenal otro hijo llamado Juan durante los años 1460. Este Juan Hurtado de Mendoza y Tovar abandonó la carrera eclesiástica a la que le había dirigido su padre y casó con Mencía de la Vega Sandoval. Luego, tras anular este primer enlace, casó al poco de morir la reina Isabel la Católica con Ana de Beaumont y Aragón, hija del II conde de Lerín, Luis III de Beaumont (1450-1508) y de Leonor de Aragón, hija ésta habida en bastardía del rey consorte-viudo de Navarra don Juan, emparentando así por vía bastarda con Fernando el Católico. Por celos intentó matar a su esposa Ana de Beaumont que tuvo que refugiarse en el convento de Santa Clara de Madrid. En su actividad militar estuvo del lado de los Comuneros y sufrió la derrota de Villalar en 1421 juntamente con su hijo Diego. Fue declarado reo de traición y no fue incluido en el perdón real de 1522. Entonces se refugió en Francia con Francisco I y sirviéndole en sus campañas militares de Italia encontró la muerte muy poco tiempo después (hacia 1523) en Alexandría de la Palla. Su hijo Diego fundó el Hotel Mendoza en París ("Mandosse" en francés) en la parte oriental del primitivo Hôtel de Bourgogne, dividido en dos por venta en 1543. Diego fue el primer "maître d'Hôtel" que se conoce con este título y sirvió en este oficio al rey Francisco I. Debería entonces llamarse Jacques de Mandosse ya que con ese nombre aparece una persona como "maître" del rey de Francia, siendo además el encargado de anunciar oficialmente a la corte la muerte de dicho rey en 1547.

El Hôtel de Mandosse cambiaría de uso y propietarios durante los siglos XVII y XVIII, incluso se instaló allí un cabaret. En la actualidad sólo se conserva la llamada Torre de Juan sin Miedo (Jean sans Peur), que este duque de Borgoña edificó en la parte occidental del primitivo Hotel de Bourgogne.

Torre Juan sin Miedo
hôtel de Borgoña
París

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(2) En 1464 le fue concedido el título de duque de Alburquerque por Enrique IV. Era Beltrán de la Cueva hijo de Diego Rodríguez de la Cueva en cuya casa se había alojado Enrique IV en el año 1456 y allí conoció al hijo de éste, Beltrán, de 13 años de edad, nacido en Úbeda en 1443. Complacido por él se llevó al muchacho a la corte y lo nombró paje. Un año más tarde le dio el señorío de Jimena y le nombró mayordomo mayor. Poco a poco se convirtió en la persona más importante de la corte llegando a desplazar al marqués de Villena como valido del rey.

Beltrán de la Cueva
duque de Alburquerque

Casó en 1460 con Mencía de Mendoza y Luna hija menor del Marqués de Santillana, cabeza de uno de los linajes entonces políticamente más importantes de Castilla y sobrina del Cardenal Mendoza. En 1461 recibe el título de conde de Ledesma y en 1464 es elegido Maestre de Santiago. Por razón de la oposición de muchos nobles a este nombramiento, Beltrán de la Cueva renunció al cargo y para compensarle, el Rey le otorgó el título de duque de Alburquerque.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(3) además, el rey Enrique IV se comprometía a que su segunda esposa Juana de Portugal abandonara la corte definitivamente. Fue recluida en 1468 en el castillo de Alaejos pero más tarde Juana se fugó del castillo con su amante Pedro de Castilla el Mozo - un nieto de Pedro I “el Cruel” - con el que tuvo dos hijos. Terminó Juana sus días en el convento de San Francisco de Madrid a los treinta y seis años poco después de la muerte de Enrique IV.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(4) la tradición dice que antes de morir, se le preguntó al Rey con insistencia sobre quien debería reinar, pero se negó a responder, se dió media vuelta en el lecho, se mantuvo en silencio y falleció a las pocas horas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(5) “l’Aquitaine” evoluciona fonéticamente hacia “la Quitaine” y después “la Quiène” y luego “la Guyenne”. En el año 1470 nace el primogénito, el futuro Charles VIII, pero hasta ese año el duque de Guyenne era el Delfin.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(6) no sería la última vez que Luis XI tratara de quedarse con las provincias vascongadas como precio por sus ayuda bélicas en la Península Ibérica. En 1475 había acordado esto con el rey Alfonso V de Portugal a cambio de su ayuda en la guerra que mantenía con los Reyes Católicos por el asunto de la herencia de la Beltraneja.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(7) en la historia hubo otros casos desde el año 1200 en que los vascos buscaron astutamente la protección de Castilla, acomodándose por interés a la dominación castellana de sus territorios para evitar las pretensiones anexionistas de Francia o de Navarra. Así reaccionaron unitariamente en el siglo XIV contra el acuerdo de Pedro I “el Cruel” , el Príncipe Negro y el rey Carlos II de Navarra por el cual el rey castellano cedería a Inglaterra y a Navarra los territorios vascongados como compensación por la ayuda de los famosos arqueros ingleses contra su medio hermano Enrique II de Trastamara. El rey de Navarra, Carlos II de Navarra Evreux, estaba en esta intriga de promesa de cesión de los territorios vascongados, como indispensable aliado de los ingleses en la guerra de los Cien Años contra la dinastía Valois de Francia. Es otro caso histórico de lealtad de los vascongados a su entendimiento con Castilla y muestra los rumbos diferentes que siguieron Navarra y las Vascongadas en la historia medieval.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(8) hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, nacida el 27 de abril de 1451 en Madrigal de las Altas Torres. A los tres años, tras la muerte de su padre, queda bajo la tutela materna hasta que la reina pierde la razón, enfermedad que heredaría su nieta Juana I “la Loca” de Castilla. Isabel creció alejada de la pompa de la corte de Enrique IV y contó con la inestimable educación en retórica, filosofía e historia que se encargó de impartirle Beatriz Galindo, La Latina. Por su educación y dedicación a la lectura y el estudio sintió poca afición por las cosas frívolas y se forjó un carácter magnánimo y justiciero.

Isabel la Católica
reina de Castilla y León

Vivió la humillante presión de la nobleza encabezada por el marqués de Villena sobre el Rey y sobre ella misma. Se le propuso contraer  matrimonio con Pedro Girón, maestre de la Orden de Calatrava, pero se opuso con energía. La muerte de este último en extrañas circunstancias frustró los deseos de su hermano. De estas experiencias nació su creciente oposición a la influencia de ciertos nobles en los asuntos de la corte. La oposición de Juana Enríquez a su matrimonio con don Carlos de Viana y la muerte de éste en el año 1461, impidió llevar a cabo la unión de todos los reinos de España por la vía de Navarra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(9) en contrapartida, Isabel y Fernando dejarán de llamar “rey” a don Alfonso y se referirán a él incluso en los documentos oficiales como mi adversario de Portugal”. Le replicaron además titulándose Isabel y Fernando reyes de Portugal, incluso en los encabezamientos de sus cartas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(10) ya entonces, antes de salir hacia Toro al encuentro de los portugueses, don Fernando había visto claro que debía contar también con la ayuda de los marinos vascos. Después de todo, Portugal era un pueblo con arraigada tradición marítima y era prudente suponer que en algún momento el portugués llevaría la lucha al mar. Por eso don Fernando estudia anticipadamente la colaboración que sus leales vascos podrían prestarle con sus barcos - “se ha entendido en apercibir todos estos reinos así por mar como por tierra, e solamente en Vizcaya e en Guipúzcoa están detenidas doscientas fustas (barcos) y apercibidos cincuenta mil hombres para facer la guerra a Portugal o donde yo les mandare” - una cifra impresionante pues debía representar la totalidad de los hombres capaces de empuñar las armas en las provincias vascongadas. De ese modo escribía don Fernando desde Valladolid a su padre el rey de Aragón en carta de 15 de mayo de 1475, seguro como estaba de la lealtad de los “hombres de la montaña y del litoral”. Unas semanas después, el 29 de junio, nombraba al bilbaíno Tristán de Leguizamón armador mayor “de la mi flota e flotas que yo mandare armar en las costas de la mar de Guipúzcoa e Vizcaya, con la provincia de la Castilla Vieja e Asturias de Oviedo e Galicia con la villa de Santander”. Ya en tiempos de Enrique IV, Rodrigo de la Torre escribía al Rey: “En las treinta leguas de tierra montañosa de la lengua vascongada, tiene el Rey, mi soberano señor, más de ochenta mil combatientes, y todos los más hijosdalgo y de solar conocido, y ansi armados y de tal corazón que me tengo por dicho en todo el universo, por mar y por tierra, no se fallar por mejoría, ni tales ni que más ejerciten las armas”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(11) Los cronistas de la época aluden con mucha frecuencia a la ayuda que prestaron los vizcaínos con cuyo término se expresaba a los naturales del Señorío de Vizcaya y vascongados en general.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(12) Aman o Alain de Albret o Labrit, era el padre de Jean quien más tarde casaría con la reina de Navarra Catalina I de Navarra Foix-Grailly-Béarn, hija de Gastón IV de Foix - II Príncipe de Viana - y de Madama Madelaine, hermana ésta de Luis XI de Francia.

Madeleine de Francia

Gastón de Foix murió en 1472 antes que su madre la reina Leonor I de Navarra Trastamara. A la muerte de ésta en febrero de 1479 la corona pasará a su nieto Francisco I Febo y luego a la hermana de éste, la citada Catalina I. Cuando Madama Madeleine rechaza la propuesta de casamiento de su hija Catalina con el Príncipe de Asturias - el hijo Juan, primogénito de los Reyes Católicos - y apoya el matrimonio de Catalina con Jean, hijo de Alain de Albret, los beamonteses se oponen a ello por conocer que ello iría a disgusto de don Fernando el Católico pues los Foix-Albret llevarían al viejo Reyno hacia la órbita francesa, como así habría de suceder.

 

sepulcro del Príncipe Juan de Asturias
monasterio de Santo Tomás
Ávila

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(13) Cuando en junio y julio de 1512 el rey don Fernando recela de los posibles acuerdos secretos que los reyes de Navarra, Catalina I de Navarra Foix-Grailly-Béarn y Jean de Albret, hubieran podido suscribir con el rey de Francia Luis XII (1462-1498-1515) en ocasión de la firma del tratado de Blois, pudo seguramente recordar cómo distinguidos ricoshombres navarros habían tomado el campo de su enemigo Luis XI en esta guerra. Desde entonces don Fernando vería al Reyno de Navarra más proclive a llevar a cabo alianzas con Francia que con Castilla-Aragón.

estatua ecuestre de Luis XII de Francia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(14) en efecto, en su testamento la reina Leonor - que fallece días después de su padre en el palacio del Dean de la catedral de Tudela en febrero de 1479 - recomienda a su nieto y heredero Francisco I Febo recurrir a los reyes de Francia para la defensa de sus estados.

palacio del Deán

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(15) debe de tenerse en cuenta que Mosén Pierres era el consuegro y gran amigo del Arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo de Acuña, gran valedor de la causa del rey Alfonso V de Portugal en su lucha contra Isabel y Fernando. En 1467 don Troilo Carrillo hijo del Arzobispo había casado con doña Juana Peralta, hija de Mosén Pierres de Peralta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(16) algunos años después se lamentaba el conde de Treviño de las atenciones y miramientos que tenía don Fernando el Católico con el conde de Haro, mientras que con él se mostraba esquivo y olvidadizo. Se lo hacía saber así al rey Juan II de Aragón, padre de don Fernando: “Yo fui a Su Señoría - al rey don Fernando - a le suplicar que se quisiese haber bien con los caballeros de aquella tierra - Vizcaya -,pues en tiempo que su alteza era Principe les había hecho yo tomar su voz e dexar la del rey don Enrique”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(17) muy pocas fechas después, en 1473, un año antes del fallecimiento de Enrique IV, Lope de Quincoces, de un modo oficial y solemne, en presencia de la misma princesa de Asturias y ya Reina de Sicilia, doña Isabel, en su residencia de Aranda de Duero, en nombre del corregidor, alcaldes, procuradores, diputados, escuderos, fijosdalgo y hombres buenos de la Hermandad de las villas y Tierra-llana del Señorío, la reconocía y juraba por heredera y sucesora legítima en los reinos de Castilla y de León y por Señora de las villas y Tierra-llana.

El 14 de octubre la princesa Isabel firmaba una carta en Aranda de Duero aceptando el nombramiento y otorgando confirmación y juramento de sus privilegios, fueros, usos y costumbres, lo que sorprende pues ni ella ni don Fernando habían puesto en duda la legitimidad de Enrique IV ni le habían disputado sus títulos, uno de los cuales era el de Señor de Vizcaya por derecho hereditario desde que en el siglo XIV recayó el Señorío en el infante Juan que luego ocupó el trono de Castilla con el nombre de Juan I. A la muerte de Enrique IV en 1474 se aclamó en Guernica a los nuevos soberanos y una comisión de procuradores se trasladó a Segovia para renovar el juramento de fidelidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(18) Los historiadores romanos nos refieren que las tribus de los várdulos y autrigones, al no disponer de cereales, molían las bellotas de los robles para obtener harina.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(19) Poco antes de salir don Fernando de Bilbao camino de Vitoria para finalmente encontrarse en agosto de 1476 con su padre Juan II, rey de Aragón, había conseguido que la armada vizcaína ya estuviera lista para zarpar desde el abra de Bilbao bajo el mando de Ladrón de Guevara, a quien acompañaba como adjunto el caballero navarro de las tierras de Ultrapuertos Gracian de Gramont que había casado con una nieta de Carlos III “el Noble”. “Nuevas no hay otras - escribe don Fernando a su padre el 10 de agosto de 1476 - que escrebir a vuestra Alteza sino que estas naos son fuera de la barra para se juntar todas en uno a facer vel. De lo que subceirá avisaré a vuestra señoría (...)”