Capítulo 4 :   Pamplona en el siglo VIII

3 la expedición de castigo de Abderramán I el año 781

Tras el desastre de Roncesvalles Córdoba decide poner orden en la situación de rebelión en que se encontraban los territorios de la Frontera Superior: los hispani vascones liderados por los Iñigos, los Banu Qasi en constante y astuta rebeldía en el valle del Ebro y también Zaragoza y numerosos gobernadores de la Marca en desobediencia a Córdoba. Prudentemente concierta primero el emir omeya Abderramán I una tregua con Carlomagno y cubiertas así sus espaldas organiza en el año 781 una expedición al norte, cuyas crónicas árabes son de inestimable valor para conocer muchos aspectos de los orígenes de la monarquía navarra.

La historiografía árabe es imprecisa sobre el itinerario que llevó Abderramán I, lo que ha dado lugar a numerosas interpretaciones de los historiadores hasta que Sánchez Albornoz, una vez más, puso algún orden en la controversia.

Tras reprimir la desobediencia de al-Husayn en Zaragoza se dirige Abderramán a Calahorra, conquista también Viguera, cruza el Ebro en Varea junto al actual Logroño y por Monjardín llega a Pamplona para consolidar su autoridad, ¿o quizá retornarla a su obediencia?.

Luego, por Monreal y Lumbier, irrumpe en el corazón mismo de los Aristas, su solar familiar, el castillo del antepasado Jimeno el Fuerte, posiblemente en las inmediaciones de Bagüés actualmente en Aragón, en la orilla izquierda del río Aragón y orilla derecha del río Onsela, no lejos de Sangüesa y de Sos del Rey Católico. Se adentra desde ahí en Aragón invadiendo los dominios de Belasco (ibn Belascot) cuyo hijo es tomado rehén, en la Cerritania. Desde allí vuelve a Córdoba convencido de que la sumisión de núcleos vascones en los valles pirenaicos y de Pamplona será ahora definitiva. Será unos años más tarde cuando el Banu Qasi Mutarrif ibn Musa cierre como walí de Pamplona el período de sumisión de Pamplona. Era el año 799 cuando ocurre su asesinato en la rebelión de los pamploneses que se ha explicado antes.

Aunque la toponimia de los cronistas árabes es imprecisa y está probablemente desfigurada por copistas posteriores, conocemos sin embargo por las crónicas de la expedición de Abderramán del año 781 los nombres de los primeros caudillos vascones y cerretanos (4) - Jimeno “el Fuerte” Ibn Belascot - que pueden relacionarse en su descendencia familiar con los que, ya consolidados en Pamplona, sufrirán la siguiente expedición de castigo en el 924 por Abderramán III.

Con las prevenciones y reservas que ha puesto de manifiesto Sánchez Albornoz, se explica más adelante el desarrollo de la dinastía Íñiga” navarra o “de los Aristas” durante el siglo IX lo que está íntimamente unido a lo que ocurrió con otros navarros - los Banu Qasi - en el valle del Ebro.