MONASTERIO SANTA MARÍA LA REAL de LA OLIVA 


Carcastillo
Navarra

 

 

Un bello ejemplo de arquitectura cisterciense, comenzó la construcción del monasterio el año 1164, bajo el reinado de Sancho VI el Sabio(1132-1150-1194).

De obediencia Cîteaux, su fundación - al igual que Iranzu, Fitero y Veruela - es del cenobio Escale-Dieu (Scala Dei) de Bigorre, filiación de Morimond - data probablemente de 1143, por García V Ramírez el Restaurador(1110-1134-1150).

Su simplicidad es representativa de la Orden del Císter según la influencia del monasterio de Cîteaux que había fundado en Francia el abad Roberto en el año 1098.

Las donaciones iniciales al monasterio por el rey García V el Restaurador continuaron más tarde - incluso por parte de los reyes de Aragón - en tiempos de Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194) quien otorgó al monasterio lugares como Figarol, Carcastillo (1162), Mélida y Murillo el Cuende.

 

 

En época moderna, el monasterio tuvo asiento en las Cortes del Reyno entre los representantes del brazo eclesiástico.

Con las guerras contra Napoleón y luego las realistas, el monasterio pasó por etapas de desvalijamiento, disolución, dispersión de monjes y restauración, hasta que el 1º de octubre de 1835 fue desamortizado. Sus tierras de cultivo fueron vendidas. El monasterio - como muchos otros - quedó abandonado, la Iglesia convertida en almacén y el archivo y biblioteca incautados por los regímenes liberales centralistas.

En el año 1927, la comunidad de Santa Susana de Maella (Zaragoza), fundada el año 1796 por Dom Gerásimo de Alcántara, a instancias de Dom Agustín de Lestrange, restaurador de la Orden de Cistercienses de la Estrecha Observancia, tomó posesión definitiva de La Oliva. En 1948 fue elevado a categoría de Abadía.

El monasterio es uno de los congozantes de las Bardenas.


nave central y cabecera de la iglesia

ábside central

nave central y pies de la iglesia

La iglesia debió de ser construida en el último cuarto del siglo XII y `primero del XIII, en puro estilo cisterciense de la escuela hispano-languedociana. Presenta planta en forma de " T " como la tienen las iglesias de los monasterios franceses de Fontenay, Cîteaux, Fleran y Fontfroide. Tiene tres naves, más amplia la central, de seis tramos cada una, transepto con cinco tramos, el central cuadrado, y cinco capillas absidiales, la del centro con un tramo rectangular y cabecera semicircular. Las naves se separan entre sí por arcos apuntados sobre pilares cruciformes, con semicolumnas pareadas en tres de sus frentes y otras casi enteras en los codillos, según el modelo de soporte languedociano.

bóvedas de crucería en nave central

Se cubren las naves y el transepto con bóvedas de crucería, las capillas absidiales con bóvedas de medio cañón apuntado con arcos fajones y con un cuarto de esfera. Las capillas laterales llevan bóvedas de crucería. La decoración prácticamente no existe, según el estilo cisterciense, predominando la severidad. La sacristía nueva queda adosada a la nave de la Epístola, junto al brazo del crucero, tratándose de una dependencia manierista de la primera mitad del siglo XVII, que se cubre por bóveda de arista con pinturas del siglo XVIII.

 

 

capilla absidial lateral cubierta de bóveda de crucería

     capilla San Jesucristo en recinto de                                clausura

La capilla de Jesucristo es una pequeña iglesia de estilo cisterciense - la primera que se utilizó para el culto - emplazada al oriente de las dependencias del monasterio y aislada de ellos, a las que se unía el monasterio nuevo del siglo XVII, hoy demolido y que estaba localizado junto al antiguo palacio abacial del siglo XIV y a la enfermería del siglo XII, también desaparecidos. Tiene la capilla un tramo cubierto por bóveda de medio cañón con potente arco fajón y una cabecera semicircular cubierta por un cuarto de esfera.


Al exterior, muros de sillería que se jalonan por robustos contrafuertes. Sobre el crucero se sitúa un cimborrio-campanario octogonal de arcos ligeramente apuntados en cada lado y cubierta piramidal, y sobre uno de los extremos del brazo del crucero del Evangelio un torreón cilíndrico con saeteras y techumbre cónica que alberga la escalera de caracol.




La fachada principal se sitúa a los pies de la iglesia y presenta un cuerpo central en el que se abre una gran hornacina de arco apuntado donde se aloja una portada gótica de hacia 1300. La puerta es abocinada y presenta doce arquivoltas levemente apuntadas, la interior decorada con flores y la exterior con puntas de diamante. Tienen las columnas un capitel corrido de hojarasca. Remata la portada una cornisa que descansa en canecillos que responden a modelos románicos. Sobre la cornisa se abre un óculo rehecho en 1536 que sustituye al gran rosetón central cisterciense. Encuadran el gran cuerpo central de la fachada otros dos laterales más bajos y retranqueados con dos grandes rosetones. El coronamiento de la fachada debió de ser construido hacia 1640. Cuenta con una torre cúbica de estilo herreriano entre un frontón triangular partido, culminada por una balaustrada.

rosetón en fachada

 

Delante de la fachada de la iglesia se abre un gran patio, a manera de plaza, en cuyo lado occidental se localiza la portería, con un amplio arco apuntado de entrada flanqueado por restos de la antigua muralla del siglo XII y otro arco carpanel que lo comunica con el citado patio. Sobre ella se halla el palacio abacial, edificado en 1565 y reformado en 1780. Consta de dos cuerpos, el primero ejecutado en piedra y el segundo en ladrillo que encuadran arcadas ciegas. Remata el conjunto un ático de ladrillo con ventanas. En su interior se ubica una monumental escalera, probablemente de la primera mitad del siglo XVIII, cubierta por una original bóveda suspendida de cuatro paños de arista, frecuente en la Ribera de Navarra, quedando en su centro un pinjante colgante. Su decoración pictórica es moderna.




claustro

Anejas a la iglesia se encuentran una serie de dependencias medievales entre las que destaca un gran claustro gótico de los siglos XIV y XV, para cuya construcción se aprovecharon los muros perimetrales del primitivo claustro de finales del siglo XII. Es de planta cuadrada ligeramente irregular, con seis arquerías entre contrafuertes por crujía. Las arcadas de los lados sur y este - las más primitivas - cuentan con tres finísimos maineles sobre los que montan dos arcos apuntados, geminados a su vez en dobles arcos trilobulados con cuadrifolios en la parte superior, coronándose el conjunto con círculos polilobulados o con triángulos curvos de tres cuadrilóbulos. Las arquerías del flanco occidental son prácticamente iguales excepto en el remate que presenta soles rodados de riquísima tracería. Las arquerías del lado norte son ya de un gótico flamígero. Las galerías se cubren con bóvedas de crucería de nervios curvos.



sala capitular

Junto al flanco oriental del claustro se halla la Sala Capitular, de finales del siglo XII o principios del XIII, dividida en tres naves como en Fitero, levantándose en el centro cuatro columnas de capitel de follaje estilizado sobre las que montan cimacios, de los cuales arrancan tres triples tramos de bóveda de crucería. Se comunica con el claustro a través de cinco arquillos de medio punto, simple el central y dobles los laterales. Al fondo de la sala capitular se abre una hornacina entre pilastras y con frontón triangular de la primera mitad del siglo XVII.

La visita al monasterio se completa con otras dependencias: el Locutorium con bóveda de medio cañón y un pasadizo que por una puerta lateral comunica con la Sala de Novicios o Biblioteca. En el mismo flanco oriental del claustro se encuentra la escalera del Dormitorio. Junto a la iglesia se encuentra la antigua Sacristía de finales del siglo XII, precedida por una pequeña estancia con bóveda de crucería. Contiguo al muro norte del claustro se situaba el Refectorio románico del que solamente quedan algunos restos como la puerta de arco rebajado del muro sur y en la parte superior un rosetón central encuadrado por unas ventanas abocinadas de medio punto. A su lado está la Cocina dividida en varios tramos de bóveda de crucería apuntada. En el lado occidental del claustro se mantiene en pie la Bodega, con tramos marcados por arcos apuntados y sobre ella una escalera en piedra del siglo XVI. Próximas a estas dependencias se encontraban la Hospedería y la Cillería, de las que solamente quedan unos fragmentos de muro con puerta y ventanas.

sepulcro del siglo XIII


En el monasterio se encuentra un sepulcro de la segunda mitad del siglo XIII. Dos interrogantes siguen abiertos acerca de este sepulcro: el primero por qué esta tumba de La Oliva fue atribuida a Sancho VII el Fuerte cuando esta hipótesis se sustenta tan sólo en una leyenda relativamente reciente. Y en relación con esta objeción, la ausencia de documentación original o de descripciones históricas sobre esta pieza en el Monasterio redunda en la ignorancia sobre el personaje concreto al que sirvió de sepulcro. Todo ello sin embargo no es óbice para resaltar su importancia y el destacado papel que entraña en el imaginario cultural del Viejo Reino, por lo que representa desde el punto de vista político y cultural, la disputa del cadáver del rey acogido por la iglesia de San Nicolás de Tudela entre los cistercienses y los canónigos de la Colegiata de Roncesvalles.