Capítulo 8 :   Auge del influjo de Navarra en el siglo XI

1. Sancho III el Mayor
2. el nacimiento de otros reinos cristianos
3. el final de la Corte de Nájera y el fratricidio de Peñalén

3 el final de la Corte de Nájera y el fratricidio de Peñalén

3.1 García III “el de Nájera”
3.2 los tres Sanchos
3.3 el regicidio de Peñalén

 

3.1 García III “el de Nájera”

Los cerca de 20 años de reinado del primogénito legítimo García están marcados por su incapacidad para mantener a sus hermanos - “la familia regis” - cohesionados alrededor de la “potestas regia” que le había sido transmitida por su padre Sancho “el Mayor”. La Corte de Nájera es el centro familiar y García pone entusiasmo en la construcción de la iglesia de Santa María la Real que causará admiración y la hospedería de peregrinos, pero no impedirá que sus hermanos busquen cortar los lazos de dependencia con el primogénito hasta llegar a constituir los reinos independientes de Aragón y de Castilla.

La expansión del reino de García a costa de los musulmanes se limitó prácticamente a la conquista de Calahorra en el año 1045, mientras que sus hermanos conseguían apoderarse de vastos territorios. Se ha visto antes cómo García presta una ayuda decisiva a su hermano Fernando en la batalla de Tamarón cerca de Burgos cuando se enfrenta en 1037 a su cuñado Bermudo III de León y cómo en contrapartida amplía su reino a costa del condado de Castilla hasta incluir lugares tan alejados como Santander. Pero no consigue como pretendía la totalidad de los territorios del Condado, lo que pudo haber larvado la enemistad que fue creando hacia su hermano y que lo llevó a enfrentarse con él en Atapuerca.

Las “acechanzas” con que provocaba Ramiro a su hermano García, poco tiempo después de la muerte de su padre, habrían terminado con una buena relación duradera reforzada por el hecho de haber casado ambos con dos nietas del importante conde pirenaico Roger de Foix-Bigorre, conde también de Carcassonne, Couserans y Comminges. García consiente que Ramiro tome Sobrarbe y Ribagorza a la muerte en el 1038 de su hermano Gonzalo y cede bajo su autoridad algunas plazas que el rey navarro tenía en enclaves dentro de Aragón como Loarre y otras, incluso en la zona fronteriza entre Aibar y Sangüesa, en el Vadoluengo.

García no parece haber estado motivado por la renovación monacal que de forma tan transcendental había iniciado su padre en San Juan de la Peña y tampoco otorgó al monasterio de San Millán de la Cogolla el mismo apoyo, siendo hacia Santa María la Real de Nájera a donde fue su dedicación (39), fundación en donde no aplicó la reforma cluniacense. El camino de Santiago traía cada vez más peregrinos, muchos de los cuales se asentaban definitivamente en las fértiles tierras del valle del Ebro, lo que García facilitó construyendo un puente no lejos de Obanos y que seguramente por el apoyo que el proyecto había tenido de la reina Estefanía, daría lugar al nombre “Puente de la Reina”.

El enfrentamiento entre García y su hermano Fernando resultará en la muerte de aquel en la batalla de Atapuerca, el año 1054. El propio Fernando con su sobrino Sancho llevaron el cadáver del Rey a enterrar a Nájera en donde se contemplan hoy día los enterramientos de reyes navarros que engrandeció el emperador Carlos V en el siglo XVI y que constituyen un venerable patrimonio artístico de la corona de Navarra.

La hegemonía de Navarra, que había comenzado a prepararse desde el año 905 con la llegada a Navarra de la llamada dinastía “Jimena” y que había llegado a su cenit con Sancho III “el Mayor”, ha terminado en Atapuerca y será Castilla y Aragón los reinos que tomarán desde entonces el relevo, ambicionando sus reyes en repetidas ocasiones ocupar también el trono navarro.


3.2 los tres Sanchos

Los tres primogénitos de Ramiro, García y Fernando, hijos de Sancho III el Mayor, se llaman Sancho y se enfrentarán entre ellos.

La historia los conoce como “los tres Sanchos”:

Sancho II de Castilla había calificado de claudicación el pacto que suscribió su padre Fernando con su primo el adolescente Sancho IV de Navarra en el campo de batalla de Atapuerca (1054). Habiendo heredado su hermano Alfonso el reino de León, Sancho tenía solamente Castilla y quiso ampliar su reino. Pocas semanas después de la muerte de su padre, el rey Fernando I (1065), marcha contra Sancho de Navarra a quien ayuda su primo Sancho I Ramírez de Aragón, quien también ha perdido a su padre Ramiro I en el año 1063. Busca el castellano con esta acción recuperar la plaza estratégica de Pancorvo, el territorio de la Rioja - sueño secular del condado de Castilla - y hacerse con la influencia sobre el rey moro de Zaragoza, con quien los tres Sanchos mantienen una extensa línea fronteriza.

El Cid Campeador se encuentra luchando junto al castellano y consigue hacerse con una buena parte del territorio riojano de Sancho de Navarra. Entraba después en Zaragoza sojuzgándola. El último tenente navarro Jimeno Fortun debe también abandonar el estratégico desfiladero de Pancorvo. El 18 de enero del año 1067 Sancho II de Castilla se encuentra en el monasterio de San Millán con sus hermanas Urraca de Zamora y Elvira de Toro. Finalmente es frenado en el “Campo de La Verdad” de Viana por el ejército aragonés de Sancho Ramírez. Pero en la paz que entonces conciertan los tres Sanchos, el de Castilla consigue restablecer la frontera con Rioja donde se había acordado en 1016 entre el conde Sancho García y su yerno Sancho III el Mayor de Navarra. Belorado, Atapuerca, Pancorvo, Grañón, Pazuengos y Cerezo entre otros, pasan entonces a ser castellanos. Navarra queda solamente con los territorios riojanos conquistados por Sancho I Garcés a principios del siglo X y los de la zona de Calahorra conquistados en el año 1045 por el rey García “el de Nájera”.

En su afán de conquistas Sancho II de Castilla muere el año 1072 en la traición de Vellido Dolfos en el asedio de Zamora, sucediéndole su hermano Alfonso VI “el Bravo” que había heredado el reino de León y ahora lo unirá al de Castilla. Reinicia Alfonso la guerra con los navarros en el año 1074. San Millán de la Cogolla oscilará constantemente entre Castilla y Navarra pero el fratricidio de Sancho IV de Navarra el 4 de junio del año 1076 en Peñalén pone fin a la contienda y desata las ambiciones de los reyes vecinos.


3.3 el regicio-fratricidio de Peñalén

Sancho IV había acompañado a su padre García III Sánchez “el de Nájera” en la batalla de Atapuerca y en el mismo campo de batalla, ante su padre muerto, fue proclamado rey del trono en Pamplona y Nájera. Es reconocido como tal por su tío Fernando - que abiertamente ostentará desde entonces el título de rey de Castilla - pero saliendo victorioso de la batalla impone a su sobrino la condición de abandonar su dominio sobre los territorios de la Bureba y de la Vétula Castilla que entre su abuelo Sancho el Mayor y luego su padre García habían sustraído al Condado.

Sancho IV presidirá la pérdida gradual de numerosas “tenencias” primero en la Vieja Castilla y luego progresivamente en la Bureba hasta la pérdida final de Oña el año 1068. Luego, como se ha apuntado antes, pierde otros territorios en la guerra de los “tres Sanchos” a la vez que con habilidad y diplomacia su tío Ramiro obtiene el dominio de varias tenencias y territorios tanto en los territorios de Vadoluengo por Sangüesa como en enclaves - Loarre y otros - que Sancho el Mayor había asignado en dominio directo a su primogénito legítimo García.

Sancho IV de Navarra había tenido entendimientos y también conflictos con el rey Al-Muqtadir de la importante taifa de Zaragoza y habría conseguido otorgar su protección al rey moro, con las consabidas contraprestaciones dinerarias, en detrimento del mismo objetivo buscado por el rey castellano.

Un día de caza, el 4 de junio del año 1076, en los cortados del poblado de Peñalén - entre el último lugar del reino navarro Funes y la frontera del rey moro Al-Muqtadir de Zaragoza, donde se juntan los ríos Arga y Aragón - Ramón y Ermesinda arrojan a su hermano el rey Sancho IV al vacío muriendo en la caída. Ramón se refugia con el rey moro, probablemente en el castillo de la peña de Milagro, apenas distante menos de una legua del lugar del regicidio, y Ermesinda lo hace en la corte de Alfonso VI de Castilla.

 
"La Peña" de Milagro

El rey Sancho IV había dejado dos hijos de muy corta edad, los infantes Sancho y García y los navarros hubieran buscado al Señor de Calahorra don Ramiro, hermano del rey despeñado, que gozaba de prestigio en el reino, pero los acontecimientos le impidieron asumir el trono.

Este violento final tuvo consecuencias trascendentales para el reino navarro.

La rápida presencia del ejército castellano de Alfonso VI en las fronteras de Navarra y la protección que otorgó a la fratricida Ermesinda han hecho pensar que el rey castellano pudiera haber sido cómplice al menos de entendimiento o incitación para hacerse con el reino navarro, aprovechando la minoría de edad de los infantes. El rey aragonés Sancho Ramírez conduce también sus tropas hacia Pamplona por Ujue. Ante la presión de ambos reinos, Castilla y Aragón, los grupos nobiliarios navarros se habrían dividido en sus lealtades, los linajes de Vizcaya y Álava apoyando las pretensiones castellanas (40) y los pamploneses las del rey aragonés.

Las tierras del antiguo reino de los pamploneses se ponen bajo la autoridad de Sancho Ramírez de Aragón, que desde entonces usará abiertamente el título de “rex” de los pamploneses y de los aragoneses. Estos territorios serán conocidos en el reino de Castilla como el “condado de Navarra” que en el año 1087 Alfonso VI los reconoce legitimados bajo la autoridad del rey de Aragón y por los que recibe vasallaje como primogénito de la línea legítima. En cambio, el condado de Álava, los señoríos de Vizcaya y Guipúzcoa, los territorios riojanos conquistados por Sancho I Garcés a los Banu Qasi a principios del siglo X y la zona de Calahorra conquistada en el año 1045 por García“el de Nájera” al rey moro de Zaragoza, se ponen bajo la autoridad de Alfonso VI de Castilla.

Los historiadores no han llegado a aclarar el motivo que movió al fratricidio del rey navarro. Es posible que sus relaciones con el rey moro de Zaragoza pudieran estar en el origen remoto de alguna discordia de Navarra con Aragón y Castilla.

En el año 1046 Ahmad Abu Ja’far ibn Sulayman ibn Hud había sucedido en el trono de la taifa de Zaragoza a su padre Sulayman ibn Hud, el fundador de la dinastía de los “Hudíes”. Zaragoza se convierte bajo su reinado en la segunda ciudad más importante de Al-Andalus, después de Sevilla. Había reunido otra vez los territorios que su padre había repartido a sus hermanos a quienes desposeyó. Reunió así los reinos de Tortosa, Denia, Valencia y Lérida.

En el año 1063, con ayuda de tropas castellanas, vino a socorrer Graus que estaba sitiada por Ramiro I de Aragón siendo éste derrotado y muerto. En 1064 perdió la importante plaza de Barbastro que luego recuperó construyendo después el palacio de la Aljafería en Zaragoza. Tras sus victorias recibió el nombre de “Al-Muqtadir billah”, “el victorioso por Dios”. Contrató a menudo tropas mercenarias cristianas, de las que son famosas las del Cid Campeador.

Para contener el avance de aragoneses y navarros se convirtió en tributario del rey Sancho II de Castilla tras el asedio de éste a Zaragoza en el año 1067. Tras el asesinato del rey castellano Sancho II en el sitio de Zamora (1072) y como táctica para dividir a los reyes cristianos, Al-Muqtadir se hizo tributario del rey Sancho IV de Navarra intentando así enemistarlo con Sancho I Ramírez de Aragón y Alfonso VI de Castilla. Y de esta peligrosa relación con el rey moro piensan algunos historiadores que el rey de Castilla hubiera podido estar detrás de una trama para eliminar al rey navarro.