Nota e1.2
en los tres lustros largos de trabajo que precedieron a la guerra civil (1919-1936), la Academia atendió en primer lugar a su proyecto genérico de promover el nacimiento de una lengua literaria estándar, si bien no logró plasmar el propósito en una formulación académica fija y precisa (1922). Azkue, con la colaboración de F. Krutwig, pudo reiniciar tímidamente la vida académica a comienzos de la década de 1950, reformándose los estatutos de la Academia (1954). La década que siguió (1956-1968) corresponde a la introducción creciente del vascuence en los centros escolares bilingües de iniciativa social no-pública, la renovación de la prensa euskérica y los primeros intentos de alfabetización en vascuence. En el congreso de 1968 en Aránzazu se establecen de forma más sistemática las pautas básicas para lograr tal objetivo de contar con una normativa académica única para las manifestaciones escritas de la lengua. El debate social originado en 1968-1976 alrededor de esta normativa académica no impidió que la aceptación de la misma avanzara decididamente, tanto en el mundo de la enseñanza y la educación, como en el de los medios de comunicación y la administración (1976-1983), dentro ya de la etapa autonómica de gobierno (Estatuto de Autonomía de Euskadi, 1979).