Nota 9.7

El Poema de Fernán González así define los límites primitivos de Castilla con la diócesis Tarraconense, cuyo confín occidental era La Rioja: "entonces era Castiella un pequeño rincón, era de castellanos Montes d'Oca mojón". El reino de León, por el condado de Castilla, domina los montes que rodean San Millán de la Cogolla y, al sur, avanza por la cuenca del Najerilla hasta más allá de Canales y Mansilla. Cerezo, Ibrillos, Grañón y Pazuengos eran las fortalezas castellanas que jalonaban la frontera con Navarra. Ese último castillo, el de Pazuengos, erigido sobre un alto cerro de 1.251 metros de altitud, era la atalaya que guardaba el Condado y estaba sito a tan sólo 4.700 metros de distancia en línea recta de San Millán de Suso, pero éstos 4.700 metros son una barrancada enorme con 524 metros de desnivel hasta alcanzar los 727 metros de altitud de San Millán de Yuso, desde donde hay que volver a ascender al monasterio de Suso sito a 979 metros sobre el nivel del mar.

Por el este, hasta la reconquista de Calahorra en 1045 por el rey navarro García III Sánchez el de Nájera (1020-1035-1054), era zona fronteriza con los musulmanes bajo el control de los renegados Banu-Qasi, gobernadores de la Marca Superior.

Actualmente, en el norte de la provincia de Burgos, se encuentran dos comarcas de señalada antigüedad histórica del condado de Castilla: la Bureba, al noreste de la provincia, que cierra al norte por la Mesa de Oña, al oeste por los altos paramerales de Altotero, sobre Poza de Sal, al este por los montes Obarenes donde se abre el desfiladero de Pancorbo y al sur por los montes de Oca y Sierra de la Demanda y el alto de la Brújula. Bribiesca es su capital. Pueblos como Oña o Poza de la Sal son notables, aunque el lugar querido de los burebanos es el santuario de la bella princesa mora, Santa Casilda. Azorín decía que la Bureba era “el corazón de las tierras de Burgos”.

La otra comarca, también de espléndida belleza y enorme significación histórica, es la “ vieja Castilla”, una seductora y privilegiada región siempre verde y llena de contrastes, llamada Las Merindades, que ocupa todo el tercio septentrional de la provincia de Burgos. Contiene la más elevada concentración de eremitorios, castillos, iglesias románicas, palacios y casonas señoriales de toda España. Medina de Pomar es una de las antiguas capitales de esta comarca y existen otros pueblos de gran sabor medieval como Frías, Villarcayo o Espinosa de los Monteros.