La doctrina herética de los arrianos (de Arius, sacerdote de Alejandría, 280-336) niega la Santa Trinidad rebajando la divinidad del Hijo a un segundo orden, al negar que su naturaleza fuera semejante a la del Padre, ya que fue creado por Éste de la nada. Alejandría fue la cuna del arrianismo. La fórmula del “Credo” - aún hoy día en vigor - es una condena del arrianismo y fue introducida en el Concilio de Nicea (325) que condenó esta herejía en el siglo IV por sugerencia del Obispo Osio de Córdoba.