Se localiza en la cima de la colina, dominando el pueblo.
Construcción de mediados del siglo XII, fue consagrada a Santa María y San Martín de Unx el 3 de noviembre de 1156, reinando Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194), según consta en noticias documentales. Aunque de estilo románico, se observan no obstante algunos avances hacia el protogótico. En el siglo XIV se añadió el coro alto y en el XVI - en torno a 1580 - se amplió la iglesia dotándola de una nave lateral en el lado del Evangelio, en estilo gótico. A principios del siglo XVII se acometió la reconstrucción del pórtico que había sido destrozado por un rayo. En el siglo XVIII se llevó a cabo una nueva ampliación del templo añadiéndole la tercera nave por el lado de la Epístola, actualmente convertida en pórtico, para lo que se abrieron los muros románicos dejándolos reducidos a pilares. En el año 1977 se desmontó la torre que amenazaba ruina y se restituyeron los muros cerrando la nave y reconstruyendo parte de las cubiertas.
cabecera y nave con arcos fajones dobles
escalera de acceso a cripta
nave principal y presbiterio
La iglesia medieval presentaba planta de nave única de cuatro tramos más cabecera semicircular, habiéndose construido sobre una cripta para salvar el desnivel del terreno - como en Leyre, Orísoain y Gallipienzo - que presentaba una pendiente muy pronunciada, permitiendo así la nivelación del suelo para la construcción de la cabecera del templo. Los robustos arcos fajones, dobles y levemente apuntados, sostienen las cubiertas de cañón asimismo apuntadas. El arco toral, de menor altura, es sin embargo un arco de medio punto, seguramente construido - igual que la cripta - en tiempo cercano anterior. El coro alto se alza sobre el último tramo de la nave y fue construido en el siglo XIV, estando su embocadura formada por un gran arco apuntado de sección pentagonal. La bóveda del sotocoro es de crucería sencilla. El primer tramo de la nave del Evangelio, del siglo XVI, se cubre con una bóveda de crucería sencilla y dos más con bóvedas de terceletes. La sacristía queda adosada al ábside por el lado de la Epístola, cubriéndose asímismo con bóveda de terceletes.
exteriores:
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arcos
del pórtico
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entrada al atrio que cobija
la portada principal y el acceso al pórtico
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antigua nave lateral convertida en pórtico
arcos de medio punto
del pórtico
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puerta apuntada
de acceso al pórtico
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escudo rococó
s. XVIII
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portada principal de arco de medio punto abocinado por tres arquivoltas
portada románica de Sengáriz de arco de medio punto abocinado por dos arquivoltas
Al exterior, se observan las distintas fases constructivas. Los muros medievales son visibles con contrafuertes en la zona del ábside que engloba en dos niveles superpuestos la cripta y la cabecera curva de la iglesia. Las ventanas de la cripta son simples saeteras, mientras que las ventanas altas son arcos doblados de medio punto con baquetones circulares sobre columnillas. Remata el ábside una imposta lisa sobre canes figurativos labrados en estilo románico, como se hizo en Artaiz. La construcción del siglo XVI se reconoce en el lado del Evangelio con gruesos muros de sillar jalonados por tres gruesos contrafuertes en diagonal y un cuarto perpendicular hacia los pies.
La portada principal, de estilo románico también del siglo XII, se sitúa a los pies de la iglesia. Está compuesta por un arco apuntado que se abocina mediante tres arquivoltas recogidas en columnas acodilladas sobre basamentos que culminan en capiteles con cimacios. Protege la portada un pórtico moderno con dos arcos de medio punto sobre pilares donde se aprovecha un capitel medieval y fragmentos de una imposta con palmetas. Se construyó en el lugar que ocupaba la torre medieval que fue derribada recientemente por amenazar ruina. Se reutiliza también un escudo rococó, de piedra, de la segunda mitad del siglo XVIII con las armas de los palacios de cabo de armería de Azcona y Remírez de Ganuza, éste en Riezu (valle de Yerri, merindad de Estella).
El lado de la Epístola se halla muy modificado debido a las últimas reconstrucciones. En su día fue la tercera nave de la iglesia, añadida en el siglo XVIII, sirviendo actualmente de pórtico con una portada románica de la segunda mitad del siglo XII, traída de la iglesia del señorío de Sengáriz - construida en ese lugar del valle de Ibargoiti, de la merindad de Sangüesa, en el siglo XX y vendida recientemente - que a su vez se había recuperado de una iglesia románica derruida, existente en el mismo término de Sengáriz. Consiste en un arco de medio punto abocinado mediante dos arquivoltas con aspas sobre columnas acodilladas de basamentos lisos y capiteles con volutas. El tímpano se guarda en el Museo de Navarra en Pamplona. En el frente mayor del pórtico se aprovechan de la anterior estructura barroca los cuatro arcos de medio punto sobre pilares, conservándose en el costado un arco apuntado con tres arquivoltas que responde a modelos del siglo XVI. De este siglo es la reja de esta puerta y la ventana apuntada del muro opuesto, esta última protegida por una soberbia reja gótica procedente del palacio de los reyes de Tafalla.
Preside la cabecera una talla gótica de la Virgen de la Leche, procedente de la ermita de Santa Zita, labrada en estilo hispano-flamenco a finales del siglo XV. El Crucificado es romanista, de principios del siglo XVII. En el lado del Evangelio del presbiterio hay un pequeño nicho de arco conopial con bolas de estilo Reyes Católicos en su rosca, cerrado por una reja gótica de hacia 1500, que sirve de sagrario y procede de Otano, del valle de Elorz. Del mismo lugar proceden también el aguamanil, la pila aguabenditera y el Cristo Crucificado.
antiguo retablo mayor
A los pies de la nave se encuentra una talla de Cristo yacente, del siglo XIX, según modelos barrocos. En el tramo central de la nave se ubica el antiguo retablo mayor, obra romanista de marcado carácter arquitectónico, de finales del siglo XVI. Tanto los relieves como las esculturas de bulto responden a los convencionalismos propios del Romanismo pleno, en actitudes, ropajes y composiciones en un nivel aceptable de calidad con policromía original a base de tonos rojos y azules. Corresponden al banco los relieves del Camino del Calvario, dos parejas de apóstoles y la Piedad. En el primer nivel, la Última Cena y la Oración del Huerto a ambos lados de las imágenes de un santo pontífice y un profeta, cobijados en las hornacinas de las entrecalles. La imagen del titular San Martín está flanqueada por las tallas de San Sebastián y San Roque más dos relieves de Jesús ante Anás y el Prendimiento. Remata el conjunto el grupo escultórico del Calvario entre las tallas de San Pedro y San Pablo más el busto del Padre Eterno bendiciendo el coronamiento. En la calle central se ubica un sagrario de madera labrado hacia 1560-1570 que reproduce en su puerta el relieve de Cristo resucitado.
En el tramo inmediato de la nave hay una escultura barroca de San Martín, del siglo XVIII, con policromía moderna, sobre el que se sitúan a ambos lados las tallas romanistas de Isaías y Moisés, procedentes del antiguo retablo. A continuación se localiza la pila bautismal románica de la época medieval de la iglesia.
pila bautismal
En el coro se encuentra una sillería de 16 asientos que pertenece a diversas épocas. Diez sillas son manieristas del último tercio del siglo XVI - destacando la silla abacial - y las seis restantes de estilo barroco de principios del XVIII. La balaustrada de madera es del último tercio del siglo XVI.
En el tramo más próximo al presbiterio arranca una escalera de caracol que comunica con una cripta abovedada, de estilo románico de mediados del siglo XII, construida a la vez que la cabecera del templo, a la que se adapta perfectamente para otorgarle la necesaria nivelación. Consta de un ábside semicircular que se prolonga en un espacio recto cuadrado, de lo cual resulta un espacio con cabecera curva y tres naves de tres tramos articulados por arcos formeros y fajones de medio punto los cuales se recogen, al igual que las correspondientes bóvedas de aristas, en doce toscas columnas - seis exentas y otras seis adosadas al muro - todas ellas de fuste liso con rústicos capiteles. Tres ventanas abocinadas de medio punto perforan el muro del ábside. Se conserva la primitiva ara de altar, del siglo XII. Esta cripta repite la estructura de las criptas catalanas del siglo XI, salvo en la forma de comunicarse con la iglesia.
cripta:
cripta abovedada románica
En la sacristía se ha conservado una buena talla de Cristo Crucificado del siglo XVIII, con detallada anatomía y dramático rostro. Del mismo siglo es una fuente de piedra con remate de frontón recto, que lleva la fecha de 1768. Se conserva también un terno rojo con flores de colores y una capa pluvial verde bordada en oro, ambas piezas del siglo XIX.
En el capítulo de orfebrería se custodian algunas piezas: tres cálices, uno manierista de plata dorada de hacia 1600, otro de plata, de traza purista sin decorar, de la primera mitad del s. XVII y el tercero, neoclásico, de principios del s. XIX; copón de plata parcialmente dorada, del siglo XVI; caja lisa de plata del s. XVIII con cruz moderna; crismeras neoclásicas de plata, fechadas en 1818; bello ostensorio barroco de plata dorada, fechado en 1764, con cuajada ornamentación a base de roleos y rosetas; vinajeras neoclásicas de plata de mediados del siglo XIX; y un grupo de relicarios en forma de pequeños ostensorios - todos ellos sin ornamentar y de escasa calidad - de diversas épocas del s. XVII al XIX, destacando el de San Martín de traza purista, propia de principios del s. XVII.
En las dependencias parroquiales se guardan algunas obras de arte, entre ellas una cabeza gótica de la Magdalena, que se ha aprovechado en una imagen barroca de candelero, una talla romanista de Cristo Crucificado de hacia 1600 y un Cristo a la Columna de la primera mitad del siglo XVII. Se conservan también varios lienzos barrocos, principalmente del siglo XVII.
Santa Catalina
En la casa parroquial se custodian también otras piezas de arte sacro, entre ellas una escultura de San Miguel alanceando al dragón, gótica del siglo XIV, con la policromía rehecha en el XVI, procedente de la ermita de Santa Zita, de donde se trajeron otras imágenes de notable antigüedad, como la de San Roque, de estilo hispano-flamenco.
