SORLADA
Haute-Navarre
Sorlada
iglesia Santa Cecilia
ermita del Calvario
ermita Nuestra Señora de la Guarda
basílica San Gregorio Ostiense
ermita del Calvario ermita del Calvario
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ermita Nuestra Señora de la Guarda
ermita Nuestra Señora de la Guarda puerta apuntada y espadaña
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basílica de San Gregorio Ostiense
Sorlada
merindad de Estella
Navarra
Se trata de uno de los monumentos más significativos del Barroco navarro, aun cuando la nave ofrece en su interior un aspecto neoclásico, fruto de una remodelación del siglo XIX.
Se localiza en el alto de Piñalba, en el lugar de la antigua ermita de San Salvador, donde según la tradición piadosa un caballo dejó el cuerpo del santo cardenal y obispo de Ostia (+ 1044), quien había llegado al reino de Pamplona en los últimos años de su vida enviado por el pontífice Benedicto IX.
Aunque la iglesia actual presenta una interesante edificación barroca-rococó del período 1694-1771, esta basílica se empezó a construir en la primera mitad del siglo XI, siendo por tanto una obra rústica de transición perrománica dada su apartada ubicación en lo alto del monte. Una primitiva iglesia medieval fue construida más tarde, tras el descubrimiento milagroso del sepulcro del santo en el siglo XIII, de la que no quedan vestigios exceptuando el muro y contrafuertes de sillar del lado del Evangelio.
exteriores:
torre
torre y pies
de la basílica
torre
cabecera poligonal
humilladero
junto a la basílicahumilladero
portada
portada monumental
portada barroca absidial
cascarón de la portada
portada barroca
desde el lateral
detalle de la portada
columnas salomónicas
de la portada
escudo sobre la puerta
San Gregorio
en hornacina de la portada
En la primera fase barroca de finales del siglo XVII se transformaron profundamente la nave y la portada y se levantó la torre a los pies de la iglesia. La fase rococó, en el tercer cuarto del siglo XVIII, supuso la construcción del crucero y la cabecera con el camarín. Por último, hacia 1831 se procedió a la reforma decorativa de la nave, en estilo neoclásico y a la elevacion del coro de los pies.
Como resultado de las obras, se formó una iglesia de cruz latina con nave de cuatro tramos y crucero trebolado, definido por brazos y cabecera semicirculares, en el que conviven el barroco de principios del siglo XVIII y el rococó de la segunda mitad de esa centuria. Las pinturas decorativas son de 1831, época en que se acometen las reformas neoclásicas. Lo más destacable del conjunto es la cabecera interior del templo, con estructura trebolada y rematada por una monumental cúpula octogonal, que da al presbiterio una iluminación escenográfica. La sobrecargada ornamentación de la cupula de estilo rococó y las pinturas murales ingenuistas, que narran la pericia de San Gregorio en una plaga que tuvo lugar en la comarca en el siglo XI, le dan belleza y grandiosidad.
Destaca en el exterior la monumental portada barroca, de estructura absidial con cuerpos laterales, que constituye una versión barroca de la renacentista de Santa María de Viana. La portada se corona en un gran cascarón, embocado por arco de medio punto. La riqueza estructural y decorativa hace de esta portada la más suntuosa del Barroco navarro, admitiendo sólo parangón con las portadas de Santa María la Redonda de Logroño y Santa María de San Sebastián.
interior:
nave y cabecera
nave y cabecera
crucero trebolado
y capilla mayor
brazo del crucero y
pies de la basílica
crucero
y cúpula
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ático
de capilla mayor
cúpula octogonal
del crucero
bóveda de medio cañón
con ventanas terma
retablo mayor
retablo de San Joaquín
Domina el recinto del crucero un espectacular retablo mayor, bajo la advocación de San Gregorio Ostiense, con una rutilante y exquisita decoración de rocallas y flores que resaltan sus elementos arquitectónicos.
vida de San Gregorio
lienzo
vida de San Gregorio
lienzo
En cada uno de los cuatro tramos del muro del lado del Evangelio, cuelga un lienzo del siglo XIX de gran tamaño, alusivo a la vida de San Gregorio. En este mismo lado se encuentra un pequeño, elegante y exquisito retablo rococó dedicado a San Joaquín, de finales del segundo tercio del siglo XVIII. En el lado de la Epístola, el retablo de San Isidro Labrador, de traza y decoración semejantes a su colateral de San Joaquín.
Preside la sacristía un Cristo Crucificado, de principios del siglo XVII.
campanilla, h. 1779-1788
Méjicoarqueta
relicario
relicario
cáliz, h. 1779-1788
Méjico
En el capítulo de orfebrería, la basílica cuenta con una rica colección que solamente puede detallarse en una parte. Es importante la arqueta-relicario anónima de San Gregorio Ostiense, de plata parcialmente dorada, de época del Bajo-Renacimiento navarro, de hacia 1610. Su superficie está decorada con ornatos finamente cincelados. Las piedras polícromas responden a un añadido del siglo XVIII. Se conserva un rico conjunto de al menos cinco cálices de los siglos XVII al XIX. Existe también, además de una campanilla rococó de plata sobredorada y un plato limosnero de latón dorado (s. XVI), un juego de incensario y naveta de plata, de mediados del siglo XVII. Son del siglo XVIII tres vasijas de vinajeras de plata, mientras que las vinajeras, también de plata, son del XIX.
humilladero
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casas y palacios
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